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El Diario de Cantabria

CURIOSIDADES

Las 10 curiosidades que no conocías sobre la capital de Cantabria

Explorar estos rincones y conocer estas historias añade una nueva capa de profundidad a la experiencia de visitar o vivir en la capital de Cantabria
La ciudad de Santander, la capital de Cantabria, desde las alturas. / A.S.
La ciudad de Santander, la capital de Cantabria, desde las alturas. / A.S.
Las 10 curiosidades que no conocías sobre la capital de Cantabria

Santander, la capital de Cantabria, es una ciudad que cautiva por su elegancia, sus paisajes y su historia, pero también esconde una serie de secretos y curiosidades que muchos desconocen. Aunque es posible que creas saberlo todo sobre esta encantadora ciudad, algunas de estas anécdotas y datos históricos podrían sorprenderte y añadir una nueva dimensión a tu conocimiento sobre Santander.

1. Los restos romanos bajo la Catedral: Un viaje en el tiempo

Debajo de la majestuosa Catedral de Santander se encuentran restos arqueológicos que datan de la época romana. Santander, conocida en aquellos tiempos como Portus Victoriae, era un puerto de gran importancia en el Imperio Romano. Estos vestigios subterráneos incluyen partes de la antigua muralla y otros elementos que reflejan la presencia romana en la ciudad. Este aspecto de la Catedral la convierte no solo en un centro religioso sino también en un punto de referencia histórica que conecta el pasado remoto con el presente.

2. El incendio que cambió Santander: Los edificios que resistieron las llamas

En 1941, Santander sufrió uno de los desastres más devastadores de su historia: un incendio que arrasó buena parte del casco antiguo. Conocido como "El Andaluz" debido a que comenzó en la calle Cádiz y terminó en la calle Sevilla, el fuego destruyó numerosos edificios históricos. Sin embargo, dos estructuras emblemáticas resistieron las llamas: el Banco de España y la Oficina de Correos. Estas construcciones se erigieron como símbolos de la resiliencia de la ciudad, conservando su integridad mientras todo a su alrededor se reducía a cenizas.

3. La playa de Los Peligros: Antiguo refugio de piratas

La Playa de Los Peligros, situada cerca de la península de La Magdalena, tiene un nombre que evoca tiempos peligrosos. Este nombre proviene de la época en la que los piratas utilizaban este rincón costero para desembarcar y saquear la ciudad. Las aguas tranquilas de la playa, que hoy atraen a bañistas y turistas, fueron en su día testigos de episodios oscuros de la historia marítima de Santander, donde el temor a los ataques piratas era una realidad constante.

4. La revolución del Bikini: La playa de Los Bikinis y el cambio de costumbres

La Playa de Los Bikinis, ubicada en la península de La Magdalena, no siempre tuvo este nombre. Fue durante la década de los 50 cuando empezó a ser conocida así, gracias a las estudiantes extranjeras que venían a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Estas jóvenes trajeron consigo una moda que aún era novedosa en España: el bikini. En una época en la que esta prenda no era común en el país, los habitantes de Santander acudían en masa a esta playa para observar la osadía de las extranjeras que se atrevían a usarlo, marcando un cambio en las costumbres y actitudes de la sociedad local.

5. El Palacio de la Magdalena: 365 ventanas para una residencia real

Uno de los monumentos más emblemáticos de Santander es el Palacio de la Magdalena, una majestuosa construcción de estilo inglés que fue donada a la familia real española como residencia de verano. Lo que muchos no saben es que este palacio tiene 365 ventanas, una para cada día del año. Este detalle arquitectónico no solo añade grandeza al edificio, sino que también refuerza su simetría y su diseño único, que lo convierten en una joya del patrimonio de la ciudad y en un lugar lleno de historias y leyendas.

6. La leyenda de la Isla de la Horadada: Santos, milagros y rocas mágicas

Una de las leyendas más fascinantes de Santander está vinculada a la Isla de la Horadada, una pequeña formación rocosa ubicada en la bahía. Según la tradición, cuando los santos patronos de la ciudad, San Emeterio y San Celedonio, fueron martirizados, sus cabezas fueron arrojadas al río Ebro. Estas, milagrosamente, recorrieron el Mediterráneo y el Atlántico hasta llegar a la bahía de Santander, donde la balsa que las llevaba chocó contra esta isla, creando el característico túnel en la roca. Esta historia no solo es un pilar de la tradición local, sino que también otorga a la isla un aura mística que fascina a quienes conocen su historia.

7. El monumento a José del Río, El Poeta del Mar: Homenaje a un ícono local

En el Paseo de Pereda, junto al mar, se encuentra un monumento dedicado a José del Río Sainz, conocido como "El Poeta del Mar". Este emblemático personaje de Santander es recordado por sus grandes botas, su pipa y el libro que siempre llevaba consigo. José del Río fue un destacado escritor y periodista que capturó con sus palabras la esencia marinera de la ciudad. Su figura, inmortalizada en bronce, rinde homenaje a la relación profunda entre Santander y el mar, recordando a todos los que pasan por allí la importancia de la tradición marítima en la historia de la ciudad.

8. Los Jardines de Piquío: El Pico del barco que navega hacia el mar

Los Jardines de Piquío son uno de los rincones más encantadores de Santander. Su nombre proviene de la forma de pico de barco que tienen, adentrándose en el mar como si fuera la proa de una embarcación. Estos jardines no solo ofrecen vistas espectaculares del Sardinero, sino que también son un lugar perfecto para pasear y disfrutar de la tranquilidad. De noche, la iluminación resalta su belleza, convirtiéndolos en un lugar mágico donde los visitantes pueden relajarse y contemplar la inmensidad del mar.

9. La Cruz del Faro de Cabo Mayor: Un recuerdo de la Guerra Civil

Junto al imponente Faro de Cabo Mayor, que con sus 30 metros de altura guía a los navegantes desde 1839, se erige una cruz que pocos conocen su origen. Esta cruz fue colocada en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil Española que fueron arrojadas al mar desde este acantilado. Es un lugar de recogimiento y memoria, que contrasta con la majestuosidad del faro, recordando un capítulo oscuro de la historia de España y ofreciendo un espacio para la reflexión en medio de la impresionante belleza natural de la costa cántabra.

10. El pasado sumergido de la Plaza de Pombo: Cuando el mar llegaba a la ciudad

Hoy en día, la Plaza de Pombo es uno de los puntos neurálgicos del centro de Santander, lleno de vida y actividad. Sin embargo, pocos saben que, en tiempos antiguos, las aguas de la bahía llegaban hasta esta plaza. Durante siglos, el mar tuvo una presencia mucho más prominente en el casco urbano de Santander, antes de que se ganara terreno al agua para la expansión de la ciudad. Este dato histórico ofrece una perspectiva única sobre cómo ha cambiado el paisaje urbano de Santander a lo largo del tiempo.

Bonus: El Misterio del Banco de Santander y su asimetría

El icónico edificio del Banco de Santander que dominaba el centro de la ciudad tiene una peculiaridad que pasaba desapercibida para muchos: no es simétrico. Aunque a simple vista parece un diseño homogéneo, la verdad es que se construyó en dos fases. Primero se levantó la parte derecha, luego se añadió el arco y, finalmente, la parte izquierda, pero esta última quedó sin un balcón, creando una curiosa asimetría que solo es perceptible para quienes prestan mucha atención a los detalles.

Santander es una ciudad rica en historia, leyendas y curiosidades que la hacen única. Cada uno de estos detalles revela aspectos fascinantes de su pasado, desde las leyendas de santos y piratas hasta los secretos ocultos en sus edificios más emblemáticos. Explorar estos rincones y conocer estas historias añade una nueva capa de profundidad a la experiencia de visitar o vivir en esta ciudad maravillosa, que sigue sorprendiendo a quienes se adentran en sus calles y monumentos.

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