El partido Junts ha expresado su descontento con el PSOE tras la filtración de una reunión de urgencia celebrada entre el secretario de organización socialista, Santos Cerdán, y el líder de Junts, Carles Puigdemont, quien sigue dirigiendo al partido desde el extranjero, según publica El Debate. El encuentro, que tuvo lugar en Ginebra, fue la primera reunión tras el breve paso de Puigdemont por España, y buscaba reencauzar las relaciones con Junts después de que este partido se desmarcara en votaciones recientes en las Cortes Generales.

Aunque el secretario general de Junts, Jordi Turull, había anticipado que pronto se llevaría a cabo una nueva reunión dentro del marco de las conversaciones periódicas que mantienen con el PSOE en Suiza, sorprendió en las filas de Junts que la noticia del encuentro se filtrara antes de su conclusión. Esta situación causó molestia, ya que hasta ahora estos encuentros se habían mantenido en discreción. Fuentes del partido ven la filtración como una maniobra de presión por parte del PSOE.

La reunión entre Cerdán y Puigdemont, a la que asistieron también Gonzalo Boye, Jami Matamala y Josep Lluís Alay, tenía como objetivo persuadir a Junts para que retomara su apoyo al gobierno en el Congreso de los Diputados, en particular en la votación sobre el techo de gasto. Desde Junts se insiste en que hasta que no se cumplan los acuerdos previos, no prestarán apoyo al PSOE.

Turull, por su parte, se distanció públicamente del encuentro compartiendo en redes sociales una imagen suya paseando en la Vall del Tenes, mientras que la presidenta de Junts, Laura Borràs, también evitó pronunciarse sobre la reunión al participar en un acto por el Día Internacional del Alzheimer.

Desde el PSOE se planteaba la posibilidad de dos reuniones, una el viernes y otra el sábado, pero Junts descartó esta opción, limitando la reunión al viernes por la tarde. La filtración buscaba proyectar una imagen de estabilidad en las relaciones entre ambas formaciones, aunque en la práctica estas siguen siendo tensas. En un mensaje en la red social X, Puigdemont respondió a las declaraciones de la vicepresidenta María Jesús Montero, quien se mostraba confiada en que Junts cambiaría de postura. Puigdemont reiteró que la presión no surtirá efecto y que solo si el PSOE cumple con los acuerdos previamente pactados, volverá a negociar.

Uno de los principales puntos de tensión en las negociaciones es la transferencia de competencias en materia de inmigración a Cataluña, un compromiso que, según Junts, el PSOE no ha cumplido. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, argumentó que dicha transferencia es inconstitucional. Puigdemont y su entorno ven con escepticismo las promesas del PSOE y prefieren no repetir la experiencia de ERC, que ha visto cómo concesiones acordadas no se han materializado o se han dilatado en el tiempo.

Para Junts, el foco principal de la negociación sigue siendo la amnistía, que permitiría el retorno de Puigdemont a España. Aunque desconfían de las promesas socialistas, creen que la mejor oportunidad para lograr este objetivo pasa por mantener abiertas las vías de diálogo con el gobierno de Pedro Sánchez.