A medida que se acercan las elecciones en Cataluña, una creciente sensación de inquietud se instala en el seno del núcleo duro de Yolanda Díaz y su partido aliado catalán, los Comunes. La proximidad del 12 de mayo suscita un clima de incertidumbre respecto a los resultados que podrían materializarse, avivando los temores de una eventual derrota que podría afectar profundamente el devenir político de la región.

Según fuentes internas, Díaz y sus colaboradores han llegado a una conclusión inquietante: las recientes maniobras políticas impulsadas por Pedro Sánchez parecen estar encaminadas a absorber todo el espacio político ocupado por su formación. Esta percepción ha avivado las tensiones dentro del partido, donde se percibe una urgencia por desmarcarse del PSOE, especialmente en vista de unas elecciones catalanas que podrían representar una amenaza existencial para los Comunes.

La "polarización" política, un término que resuena en las discusiones internas, se señala como un factor determinante que podría pasar factura al partido. Ante este panorama adverso, los socios de Díaz exigen una respuesta contundente. En este contexto, se plantea la necesidad imperiosa de que Sumar se distancie rápidamente del PSOE, una estrategia vista como crucial para mantener cierta viabilidad política en el escenario catalán.

Los Comunes iniciaron la precampaña electoral con proyecciones modestas, estimando la consecución de seis diputados autonómicos. Sin embargo, a medida que avanzan los días, estas expectativas se han visto eclipsadas por un clima de pesimismo. Actualmente, se baraja la posibilidad de que la formación obtenga únicamente cuatro o cinco escaños, lo que representaría un revés significativo para Díaz y sus aliados.

La situación política de los Comunes adquiere una dimensión histórica al considerar los resultados electorales previos. Si bien en 2021 la formación logró mantenerse con ocho representantes en el Parlament, las elecciones de 2017 arrojaron una cifra idéntica, evidenciando una estabilidad relativa. Sin embargo, el panorama era más alentador en años anteriores, con un pico de 11 diputados en 2015 y cifras aún más elevadas en elecciones previas.

La posibilidad de que Sumar se enfrente a un escenario similar al de Izquierda Unida en sus "peores tiempos" es motivo de alarma en el entorno de Díaz y sus colaboradores. La perspectiva de una derrota electoral significativa despierta el temor de que los aliados de la vicepresidenta segunda decidan poner fin a la alianza política, planteando un futuro incierto para la formación.

Las elecciones catalanas no solo se perciben como un desafío político inmediato, sino que también proyectan su sombra sobre futuros procesos electorales. Se anticipa que los resultados de estas elecciones podrían tener un impacto significativo en las elecciones europeas subsiguientes. La debilidad interna de los Comunes, evidenciada por su abstención en la nueva ejecutiva del partido, sugiere un clima de disensión y descontento interno.

La ausencia de Podemos en el escenario electoral catalán añade una capa adicional de complejidad. La percepción de que el partido morado podría estar influyendo en el apoyo hacia otras formaciones políticas, como ERC o la CUP, plantea interrogantes sobre el juego político subyacente. Este factor, sumado a la falta de recursos políticos y humanos, genera dudas sobre la verdadera influencia de Podemos en el desempeño de los Comunes en las elecciones catalanas.

La estrategia de los Comunes para afrontar este escenario incierto incluye la búsqueda de una "excusa" ante un posible mal resultado electoral. Sin embargo, esta estrategia se ve obstaculizada por las buenas relaciones entre Podemos y ERC en el Congreso, lo que sugiere un panorama político complejo y en constante evolución.

En última instancia, las elecciones catalanas se vislumbran como un hito crucial en el devenir político de la región, con el potencial de reconfigurar el panorama político catalán y tener repercusiones más amplias a nivel nacional. La incertidumbre y la especulación sobre los resultados electorales proyectan una sombra de inquietud sobre el futuro político de los Comunes y su líder, Yolanda Díaz.