La seguridad vial en Cantabria da un paso adelante con la confirmación por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) de la próxima instalación de un radar de tramo en la Autovía del Cantábrico (A-8), específicamente en la zona de Saltacaballo, Castro Urdiales. Esta medida, anunciada por Pere Navarro, director de la DGT, supone un cambio significativo en la estrategia para controlar el cumplimiento de los límites de velocidad en esta crucial arteria vial.

Este nuevo dispositivo, que forma parte de un ambicioso plan de instalación de 88 radares de tramo a lo largo y ancho del país, está destinado a reemplazar los actuales radares de punto en el mismo sector. “El cambio hacia el radar de tramo busca un enfoque más justo en el control de la velocidad”, afirmó Navarro, destacando que mientras es fácil superar el límite de velocidad en un punto específico por error, mantener esa velocidad excesiva a lo largo de varios kilómetros indica un comportamiento de riesgo más pronunciado.

La implementación de este radar no solo se alinea con la mejora continua de la seguridad vial sino que también responde a una gestión más equitativa del tráfico, al considerar el comportamiento del conductor en un tramo más extenso de la carretera. Además, todos los nuevos radares estarán debidamente señalizados, proporcionando a los conductores la oportunidad de ajustar su velocidad y evitar sanciones.

El anuncio se realizó en la jornada ‘Somnolencia y Conducción’ organizada en el Colegio de Médicos de Cantabria, donde Navarro aprovechó para reiterar el compromiso de la DGT con la reducción de accidentes y la promoción de una conducción responsable.

La confirmación de este radar en Saltacaballo, previamente mencionada como una posibilidad en estudio, refleja el esfuerzo continuado de las autoridades por adaptar las herramientas de control a las necesidades reales de las vías, priorizando la seguridad de todos los usuarios de la carretera.