Aplazada vista del primer caso criminal por presunta esclavitud en el Líbano

Beirut, 10 feb (EFE).- Un juez libanés aplazó este jueves la vista de un caso penal por presunta esclavitud y tráfico de esclavos presentado por una empleada del hogar etíope que afirma fue obligada a trabajar sin paga ni acceso al exterior durante siete años, el primero de su tipo en el país mediterráneo.

Beirut, 10 feb (EFE).- Un juez libanés aplazó este jueves la vista de un caso penal por presunta esclavitud y tráfico de esclavos presentado por una empleada del hogar etíope que afirma fue obligada a trabajar sin paga ni acceso al exterior durante siete años, el primero de su tipo en el país mediterráneo.

La ONG de ayuda jurídica Acción Legal Mundial (LAW, en inglés), representante de la trabajadora doméstica, informó en un comunicado de que su antigua empleadora compareció hoy para pedir más tiempo para preparar su defensa, mientras que no ha prosperado una solicitud de orden de arresto contra la agencia de selección de personal.

La víctima, de 40 años y quien regresó a Etiopía tras ser "liberada" en 2019, fue supuestamente obligada a trabajar 15 horas todos los días de la semana y a permanecer "encerrada en un apartamento día y noche", además de recibir amenazas, insultos y golpes, según la nota.

Identificada como M.H., la mujer asegura que su pasaporte fue confiscado y que solo recibió su salario durante uno de los más de siete años que estuvo retenida en Beirut.

El caso, cuya primera vista tuvo lugar el pasado octubre, involucra no solo a sus antiguos empleadores sino también a la agencia que la reclutó en 2011.

Unos 250.000 trabajadores inmigrantes residen actualmente en el Líbano, en su mayoría mujeres procedentes de África o Asia excluidas de las leyes locales de protección laboral, por lo que se rigen por el controvertido sistema de patrocinio "kafala", que las deja a merced de sus empleadores.

De acuerdo con LAW, este es el primer caso penal por presunta esclavitud y tráfico de esclavos en el Líbano y la región, si bien en el pasado se han presentado otros similares alegando trabajos forzosos, maltrato o ausencia de retribución salarial.

"M.H. es una de miles de trabajadoras domésticas inmigrantes sometidas a torturas, abuso físico y emocional, y discriminación racial y de género. Encerradas, pasan desapercibidas en una sociedad que continúa haciendo la vista gorda ante el abuso y la discriminación sistemáticos", alertó la directora de la ONG, Antonia Mulvey. EFE

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