Bárbara Blasco rebusca en su memoria para tratar la crisis de la adolescencia

Eva Batalla

Eva Batalla

Valencia, 9 feb (EFE).- El libro "La memoria del alambre" de la escritora valenciana Bárbara Blasco vuelve este miércoles a las librerías de la mano de la editorial Tusquets, un novela sobre la amistad femenina, la adolescencia, las drogas, el sexo, la música como conductora de emociones y los misterios de la memoria y de un pasado "que siempre está en movimiento".

La primera edición de "La memoria del alambre" se publicó en 2018 por la pequeña editorial Che Books-Ediciones Contrabando y Tusquets pensó que "merecía más lectores", señala la escritora en una entrevista con Efe, por lo que le planteó la posibilidad de reeditarlo con su sello.

La escritora, premio Tusquets de novela en 2020 con el libro "Dicen los síntomas", reconoce que reprimió la tentación de hacer algunos cambios desde la convicción de que "cada época tiene su escritura y debe quedar ahí, con sus defectos y sus virtudes".

"Es como en la película de 'Regreso al futuro', no se puede tocar el pasado sin que haya consecuencias", bromea, aunque hay algún retoque de estilo y de pequeños detalles que no influyen en la historia original.

EL RETO DE HURGAR EN EL PASADO

"La memoria del alambre" parte de un correo electrónico que la protagonista recibe de la madre de su mejor amiga, Carla, fallecida hace 25 años atropellada por un tren, en el que le pregunta sobre el papel que llevaba su hija en el bolsillo de la chaqueta.

Esta "llamada del pasado" lleva a la protagonista a rebuscar en su memoria y tratar de "ordenar" sus recuerdos para descubrir qué pasó con Carla, si su muerte fue un accidente o un suicidio.

Con ello, Blasco aborda "los misterios de la memoria", que a su juicio "no es algo estático" ya que el pasado "está siempre en movimiento", y hay recuerdos que aparecen y otros desaparecen, que se bloquean por sentimientos como la culpa o el trauma.

EL POSO DE LOS AÑOS 90

La novela transcurre en un momento presente, el año 2007, y el pasado, los años 80 y principios de los 90, en la Valencia de los excesos de la ruta del Bakalao, las drogas sintéticas y el mundo de la noche. Un ambiente inspirado en la historia personal de la autora y anécdotas de su vida llevadas a la ficción.

"Fui muy precoz", recuerda Blasco, que con 14 y 15 años vivió esta movida valenciana y tuvo relación con las drogas y el mundo de la noche hasta que a los 17 tuvo una fuerte depresión. En un acto de "madurez y supervivencia" decidió alejarse de ese ambiente, convencida de que si no lo hacía "no iba a salir viva".

La historia de las protagonistas le sirve también para abordar la música como conductora de emociones. Habla de la "muerte de la melodía" que llegó con la ruta del Bakalao, y se sirve de ella para plasmar la pérdida de la inocencia de las dos adolescentes protagonistas.

Son los años 80, los de los sonidos anglosajones, de guitarras, los conciertos en el local Barracabar de Jorge Albi en Valencia y las ganas de "modernidad con imaginación", que dio paso a la música electrónica, a "la droga pura y dura, la uniformidad y la alienación", lamenta Blasco.

Muestra de este desencanto y "vacío" es también el devenir de la protagonista, que acaba como cantante en una orquesta en las verbenas de los pueblos y reniega de las canciones comerciales que se ve obligada a cantar, que "odia y le avergüenzan".

UN RETROVISOR HACIA LA ADOLESCENCIA

Blasco echa también la vista atrás en esta novela sobre el rol que desempeñaba la mujer hace 30 años. "Es increíble las cosas que aceptábamos como normales, todos los abusos que soportábamos", señala para agradecer que, en este aspecto, la sociedad "haya cambiado para bien", gracias a movimientos como el feminista.

La novela trata también "del momento en que perdemos la inocencia de la infancia", el descubrimiento del sexo, la amistad femenina, el devenir cuando la familia te falla o la huella que dejan los abusos sexuales. Y de ahí su título, que es una metáfora de la adolescencia, porque el alambre posee memoria y "una vez doblado no volverá a enderezarse y tenderá a su posición combada", señala la autora.

"La literatura es siempre conflicto" y "el lugar donde los desheredados se convierten en héroes", defiende la escritora, quien trabaja ya en su próxima novela, de la que solo desvela que será "más metaliteraria pero también muy visceral". EFE

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