El carnaval de Badajoz sube al Olimpo con música, disfraces y sarcasmo

José Luis Real

José Luis Real

Badajoz, 28 ene (EFE).- La espectacularidad de los disfraces, la letra ácida de las murgas y la música de las comparsas en calles y bares sustentan el carnaval de Badajoz, una cita que siempre ha anhelado situarse a la altura de sus hermanas de Cádiz y Santa Cruz de Tenerife, y que ahora, con la declaración obtenida de "Fiesta de Interés Turístico Internacional", sube al Olimpo de las máscaras.

Ya sea por localismos o por esa maldita frase hecha de 'ni idea' para quienes no viven en Extremadura, el carnaval pacense no había traspasado muchas fronteras ni estaba en la agenda de viajes de quienes buscan experiencias distintas.

Bien es cierto que el desconocimiento no es sinónimo de inexistencia y al carnaval de Badajoz le faltaba un pasito más para estar en la cúspide de las citas de Don Carnal.

Para quienes vienen de fuera, el carnaval de Badajoz ofrece dos máscaras distintas, dos espacios diversos, pero que a su vez conforman una única sensación: diversión.

La calle es el epicentro de la fiesta en su sentido más cercano. Días antes de las fechas del carnaval, las comparsas, cuyo fin es amenizar con ritmos y coreografías, salen a la calle para mostrar disfraces, música y jolgorio. Su día grande es el Domingo de Carnaval, con un gran desfile en el que participan miles de personas.

A las comparsas, cada una de ellas ataviada con disfraces de una temática que previamente eligen, se suman los "artefactos", vehículos creados por grupos de amigos con más humor que chapa.

El Teatro López de Ayala es otro de los espacios de la fiesta. Su escenario acoge los días previos al Carnaval el concurso de murgas, agrupaciones de entre 10 y 15 componentes que, con un reperterio de canciones con letras ácidas y plagadas de sátira, extienden su humor a los espectadores.

Con la llegada de los días claves, las murgas trasladan esa ironía a los bares. No es difícil que el visitante, mientras degusta jamón ibérico, patatera o cachuela, se vea rodeado de música, disfraces y sonrisas.

En las citas más importantes pueden darse cita en torno a 80.000 personas y, según los datos de la última edición antes de la pandemia, la fiesta llegó a movilizar, entre participantes y visitantes, a unos 250.000 ciudadanos en cinco días.

Pese a la actual situación sanitaria, solo el desfile de comparsas de este año -el carnaval se celebrará del 25 de febrero al 1 de marzo- contará con unos 6.000 participantes gracias a 45 comparsas, 11 grupos menores y 27 artefactos, a lo que se unirán los miles de espectadores.

Ahora, tras ser ldeclarado “Fiesta de Interés Turístico Internacional”, al carnaval de Badajoz se le abre un camino de proyección que difundirá su espacio festivo más allá de una ciudad, de una región y de un país.

La carrera iniciada por el carnaval de Badajoz, que fue recuperado por agrupaciones locales en 1980, dio su primer paso en 1996 con la consecución del reconocimiento como “Fiesta de Interés Turístico Regional”, continuó con la obtención de "Interés Nacional" en 2011 y ahora sube al Olimpo con el sello de internacionalidad.

"Si quieres vivir la noche, no salgas sin disfrazar", afirman desde Badajoz. EFE

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