Ecologistas piden subir la ambición del reglamento de deforestación importada

Madrid, 13 ene (EFE).- Las oenegés ecologistas piden a España que eleve la ambición de la propuesta de reglamento con el que la Comisión Europea quiere frenar la deforestación importada, incluyendo la protección de los derechos humanos e incorporando más cultivos al listado de materias primas reguladas.

Madrid, 13 ene (EFE).- Las oenegés ecologistas piden a España que eleve la ambición de la propuesta de reglamento con el que la Comisión Europea quiere frenar la deforestación importada, incluyendo la protección de los derechos humanos e incorporando más cultivos al listado de materias primas reguladas.

Así lo han señalado a EFE los portavoces de diversas organizaciones ecologistas españolas, que, aunque recibieron la propuesta de la CE como "una buena noticia", temen una rebaja en la ambición del reglamento en el encuentro que reunirá el lunes 17 de enero a un grupo de trabajo "ad hoc" creado en el Consejo de la Unión Europea.

Según explica Tom Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acción, su temor es que este tipo de reuniones "a puerta cerrada y sin transparencia" se utilicen para que las áreas de comercio y de agricultura "intenten debilitar el reglamento" y puedan ejercer presión sobre el área de medio ambiente, cuyos ministros pueden estar a favor de una visión "más progresista".

TRAZABILIDAD DE PRODUCTOS IMPORTADOS

Tal y como está planteada la propuesta de la CE, el reglamento obligaría a las empresas importadoras y comercializadoras a informar sobre el origen y sobre los impactos ambientales de determinados productos una vez atraviesan las fronteras de la Unión Europea.

A nivel mundial, la UE es responsable del 16 % de las importaciones de productos agrarios vinculadas a la deforestación, recuerdan desde WWF; y, dentro de este bloque, "España es el tercer mayor importador de deforestación tropical", sobre todo de soja (mayoritariamente -en un 87 %- para alimentar al ganado), y de aceite de palma, para la producción de biodiésel.

Pese a este impacto que puede generar el reglamento en este país, Kucharz critica que el Gobierno está aún "muy verde", y considera que desde que se hizo pública la propuesta de la Comisión, el 17 de noviembre del 2021, son las empresas quienes "se han puesto las pilas".

Así, otro miedo que tiene este activista es que sean las compañías quienes lleven la batuta y que el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) "vaya por detrás", sobre todo después de que la consulta pública que lanzó este departamento el pasado 30 de diciembre esté, según las organizaciones consultadas, "muy dirigida a las empresas".

"En Amigos de la Tierra hemos intentado rellenar el formulario pero hay puntos que no podemos completar, porque están dirigidos a las empresas", coincide Miguel Díaz Carro, responsable del área de biodiversidad de esta organización.

Los activistas celebran la propuesta de la CE, que ven como "un primer paso en la dirección correcta", recalca Kucharz, y "una reivindicación histórica de la sociedad civil" de exigir la trazabilidad en la cadena de suministro -que ya se pide para la madera- a un grupo más amplio de materias primas ligadas a la deforestación.

Sin embargo, el listado, que incluye productos como la soja, el aceite de palma, la madera, la carne vacuna, el cacao y el café, excluye a cultivos como el caucho, la caña de azúcar o el maíz, que están también considerados entre los que más deforestación generan, así como otros tipos de carne.

Además, los ecologistas denuncian que la propuesta se centra en los ecosistemas forestales, sin aludir a los pastizales, las praderas, los humedales o las sabanas, por ejemplo, que quedarían expuestas a la amenaza de la agricultura industrial.

"No podemos proteger los bosques a costa de cargarnos otros ecosistemas", asevera Elena Domínguez, del programa de alimentos de WWF, quien advierte del posible "efecto fuga" al desviar el impacto que los cultivos tienen sobre los bosques a los ecosistemas no forestales.

Además, las organizaciones critican que el reglamento no contemple la vulneración de derechos humanos ligada a las importaciones, algo "muy relevante" en el contexto de Brasil, donde se da "el caso más espeluznante de cómo el Gobierno intenta reducir la protección ambiental y a la vez la de los derechos de los pueblos indígenas", sentencia Kucharz. EFE

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