Grupo editorial alemán quiera aprender "diversidad" tras abusos de poder

Rodrigo Zuleta

Rodrigo Zuleta

Berlín, 12 feb (EFE).- Tras el escándalo por abusos de poder, ante todo sobre mujeres, del exdirector del diario sensacionalista alemán "Bild" Julian Reichelt el grupo editorial Axel-Springer se ha propuesto reformar su cultura empresarial con cursos obligatorios para los directivos sobre diversidad e inclusión.

"Hay que reconocer que cometimos errores y que en algunos ámbitos hay necesidad de mejorar", dice un mensaje del Consejo Directivo de Axel Springer a los trabajadores a los que han tenido acceso medios alemanes.

El plan del presidente del Consejo Directivo, Mathias Döpfner, es que todas las personas que estén en posiciones importantes del grupo realicen cursos y talleres de inclusión y diversidad a lo largo de este año.

Los miembros del Consejo Directivo, según el mensaje citado, ya lo han hecho.

Todo ello es un resultado del llamado caso Reichelt y las posibles implicaciones de Döpfner y otros directivos en el manejo del mismo.

Reichelt fue despedido tras una serie de denuncias sobre abusos de su posición de poder, tener sexo con subordinadas aprovechando la relación con dependencia y mezclar asuntos de trabajo con asuntos privados favoreciendo a personas cercanas.

Diversos medios de comunicación, entre ellos la revista "Der Spiegel", sostienen que Döpfner y la cúpula de Axel-Springer tuvieron conocimiento del comportamiento de Reichelt al menos seis meses antes de su despido por los resultados de una investigación interna

Döpfner, según esas versiones, había optado por proteger a Reichelt restándole importancia a las denuncias.

Reichelt era el principal aliado de Döpfner en una especie de cruzada que este había iniciado desde su posición en el grupo Springer contra el último Gobierno de Angela Merkel.

Los diarios del grupo Axel-Springer -ante todo "Bild" y "Die Welt"- siempre habían ocupado el ala derecha en el espectro político de la prensa alemana.

"Bild" ha mezclado siempre el sensacionalismo informativo con posturas ultraconservadoras en política y, también, con fotos en gran formato de tinte sexista, muchas veces cercanas a la pornografía.

En ese contexto no era extraño que los críticos de Axel-Springer vieran en el caso Reichelt -un jefe que abusa de su poder para tener relaciones sexuales con sus subordinadas- un síntoma de lo que había sido siempre el grupo.

Por otra parte, mientras durante mucho tiempo "Bild" y "Die Welt" se habían concentrado en atacar políticamente al Partido Socialdemócrata (SPD) y a Los Verdes y a todo lo que estuviera a la izquierda de ellos durante la era Merkel también tomaron como blanco a la Unión Cristianodemócrata (CDU).

Al comienzo de la última gran coalición el "Bild" se declaró como la verdadera oposición, ante la falta de una oposición parlamentaria. Eso llevó a que la línea editorial se moviera hacia la derecha y Döpfner y Reichelt eran los abanderados de esa evolución.

En un mensaje de whatsapp al escritor Benjamin von Stuckrad-Barré -que fue hecho público- Döpfner calificó a la Alemania de Merkel como "nueva RDA" y a Reichelt como el único periodista que tenía el valor de hacer frente a este.

Reichelt era visto por Döpfner como su aliado en la lucha contra un presunto nuevo avance del socialismo, para lo que veían al "Bild" como una especie de bastión.

En ese contexto tenía una explicación que lo protegiese y que incluso, después de su despido, insistiera en destacar sus presuntos méritos y en hablar de "maniobras oscuras" que habían llevado a su salida.

Su última lucha común fue contra las restricciones dentro de la pandemia.

El que en Axel-Springer se hable ahora de talleres de diversidad e inclusión es algo que parece ir en dirección opuesta a todo lo que ha representado el grupo.EFE

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