Inspector que colaboró con Villarejo: "me revistieron todo de legalidad"

Madrid, 13 ene (EFE).- El inspector de Policía jubilado Antonio Bonilla, acusado de colaborar con el excomisario José Villarejo en sus negocios de espionaje, ha asegurado que cuando éste le contrató como "asesor externo" le comentó que estaba autorizado para compatibilizar asuntos privados con los de su labor como comisario y que la mayoría de los clientes eran en relación a asuntos judicializados.

Madrid, 13 ene (EFE).- El inspector de Policía jubilado Antonio Bonilla, acusado de colaborar con el excomisario José Villarejo en sus negocios de espionaje, ha asegurado que cuando éste le contrató como "asesor externo" le comentó que estaba autorizado para compatibilizar asuntos privados con los de su labor como comisario y que la mayoría de los clientes eran en relación a asuntos judicializados.

"A mi me revistieron de legalidad todo. Vamos con los buenos y somos los buenos", ha alegado para defenderse de las acusaciones contra él en el juicio que celebra la Audiencia Nacional por tres piezas del caso Tándem relativas a otros tantos asuntos de espionaje.

A Bonilla se le acusa en concreto de haber aportado a Villarejo información confidencial de archivos policiales, lo que ha negado tajantemente y ha sostenido que todos los datos con los que trabajaba eran de fuentes abiertas y no confidenciales.

Ha relatado que conoció al excomisario cuando estuvo destinado en la Comisaría General de Información y que "aterrizó" en Cenyt, la empresa de Villarejo, por mediación de otro comisario, Mariano Serrano Hervás, que le comentó que Villarejo estaba buscando un analista y que pensó en él debido a su "trayectoria profesional".

Hervás le concertó entonces una cita con Villarejo para entregarle el currículum en las oficinas de Cenyt en Torre Picasso en Madrid y allí le comentó que era comisario en activo, que era adjunto a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía y que actuaba también como agente encubierto en temas de terrorismo y crimen organizado.

"Me dice que su empresa se dedica al análisis de información. Me comenta cuáles son las condiciones, que sería como colaborador externo, que facturaría a través de mi sociedad unos 1.500 euros al mes", ha expuesto tras hacer hincapié en que no fue contratado como empleado ni como autónomo.

A partir de esa conversación, ha proseguido, pasó a despachar siempre con el socio de Villarejo en Cenyt, el acusado Rafael Redondo, y ha asegurado que él se limitaba a proponer fuentes abiertas complementarias para obtener más información de los asuntos que se investigaban y que nunca le dijeron quiénes eran los clientes que tenían,

Respecto a una información que le fue trasladada a su correo electrónico por el también inspector Constancio Riaño, otro de los acusados en Tándem, Bonilla ha explicado que a él le dijeron que tenía relación con asuntos oficiales de Villarejo, y de hecho ha destacado que el correo se lo envió con su cuenta oficial de la Policía.

Le comentaron, ha añadido, que eran datos para una actuación oficial concreta, "todo revestido de legalidad, evidentemente", ha observado.

Ha admitido que una de sus colaboraciones fue en el proyecto conocido como Iron (el encargo de un despacho de abogados para espiar a otro rival) y ha negado haber intervenido en el que se denominó Pintor, por el que está acusado, entre otros, el marido de la presentadora Ana Rosa Quintana.

Sobre esta pieza también ha prestado declaración este jueves el que fuera novio de una de detective que contrató Villarejo para este proyecto y que también era policía.

Según su versión, él nunca quiso saber nada de los asuntos en los que estaba metida su entonces novia, "ambos dijimos que cada uno a su trabajo", ha señalado, y ha asegurado que la primera noticia que tuvo sobre este asunto fue cuando recibió la notificación de imputación.

Ha admitido no obstante que una vez le comentó un apellido y por primer vez se metió en una base de datos policial "para cotillear".

Según su versión, el apellido era Martín y la detective la dijo que había dos coches en su barrio que eran de esta persona por lo que tuvo curiosidad.

Ha relatado que su entonces novia le dio el nombre y dos apellidos de esa persona, pero que ella no supo que se metió "a cotillear" y que en la base qué miró al meter el apellido aparece la calle pero no el teléfono.

El juicio continuará este viernes con el interrogatorio a Villarejo por parte de su defensa, con lo que ya quedaría concluso, y que este jueves se ha tenido que posponer ante las muestras de cansancio del excomisario tras cuatro días respondiendo a las preguntas del fiscal, las acusaciones y las defensas.EFE

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