Del laúd de Galileo al violín de Einstein: el eterno binomio música-ciencia

Carla Aliño

Carla Aliño

Valencia, 20 feb (EFE).- La vida de Albert Einstein no se entiende sin la relación que tuvo con su violín, al que llamaba cariñosamente Lina, pero la música ha sido fundamental para la trayectoria vital y profesional de otros muchos científicos e investigadores, como Galileo Galilei, Charles Darwin, Cecilia Payne, Mateu Orfila o Max Planck.

Así lo reivindica el profesor de Historia de la Ciencia de la Universitat de València, músico "amateur" y divulgador cultural Pedro Ruiz-Castell en su libro "Melodías de ciencia" (Editorial Amarante), donde recopila y documenta la estrecha relación entre ambas disciplinas a través de la vida de algunas de las mentes científicas más brillantes y de sus vínculos con la música.

En una entrevista con la Agencia EFE, Ruiz-Castell asegura que ciencia y música "siempre han ido de la mano", aunque en el imaginario popular actual pueda existir la percepción de que pertenecen a mundos distintos.

"Históricamente, la música era una de las materias que se enseñaba junto con la aritmética", explica para asegurar que esa relación entre ciencia y humanidades, entre ciencia y artes, y entre música y ciencia e investigación ha estado muy presente a lo largo de la historia y "lo sigue estando" hoy en día.

DE LA RADIO AL PAPEL

El libro nace de la colaboración que Pedro Ruiz-Castell, hijo del antiguo rector de la Universitat de València Pedro Ruiz, mantuvo con el programa "Longitud de Onda", de Radio Clásica (RNE), desde el que dio a conocer la vida de muchos científicos, algunos conocidos como grandes genios, pero también de divulgadores, científicos no profesionales, fabricantes de instrumentos y mujeres.

Y es que la idea de Ruiz-Castell como historiador es "desmontar algunos mitos", mostrando que la ciencia no solo la hacen los científicos profesionales, sino también los "amateur".

Asegura que cuando inició estas colaboraciones radiofónicas, uno de los problemas que tuvo es que había algunos datos sobre la relación de los científicos con la música que se podían recopilar, pero no había estudios sistemáticos.

Su libro no pretende ser un estudio sistemático, pues cree que faltan muchas personas en él, sino una obra de divulgación para que, al menos, haya algún trabajo o publicación donde se pudiera encontrar "una vertiente más coherente de esas relaciones".

"Me parece un tema fascinante y me llama la atención que no se haya estudiado tanto", señala este físico y doctor en Historia, quien ejerce actualmente de diputado del PSPV-PSOE en Les Corts Valencianes, donde se encarga de asuntos relacionados con innovación, universidades y ciencia.

DE GALILEO GALILEI A CECILIA PAYNE

En el libro se puede descubrir el papel desempeñado por el laúd en el desarrollo de las investigaciones realizadas por Galileo Galilei; la transformación de un músico como William Herschel en un astrónomo profesional tras su descubrimiento del planeta Urano, o la importancia que tuvo el violín para Albert Einstein.

También la vinculación de Charles Darwin con la música, a pesar de no ser una persona especialmente hábil en la interpretación musical, o cómo las veladas musicales que organizaba el español Mateu Orfila, considerado el padre de la toxicología, fueron fundamentales en el desarrollo de su carrera.

Pero si hay un personaje que haya sorprendido al propio autor durante sus investigaciones es Cecilia Payne-Gaposchkin, conocida por sus importantes contribuciones al conocimiento de la composición química y la evolución de las estrellas, pero quien tuvo que atravesar numerosas dificultades para lograr reconocimiento.

Cecilia tenía, además, "una formación musical impresionante", explica Ruiz-Castell, quien se identifica con ella ("salvando todas las distancias"), pues le fascina "cómo la música fue acompañándola en toda su trayectoria vital como un elemento que estaba siempre muy presente", algo que también le ocurre a él.

Junto a estos personajes, el lector podrá adentrarse en la vida científica y musical de Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos; Charles Wheatstone, un constructor de instrumentos musicales que acabó en la vanguardia de la investigación científica de su época, o Dmitri Mendeléiev, el creador de la tabla periódica.

El premio nobel Max Plank; Frank Oppenheimer, hermano de Robert (responsable del Proyecto Manhattan para fabricar la bomba atómica); el divulgador José María Melià Bernabeu, alias Pigmalion, o la química María Teresa Toral son otros de los científicos cuyas trayectorias profesionales y vitales no se entenderían sin la música.

Los capítulos de este libro se completan con una breve selección musical de tres obras o pequeños fragmentos de composiciones que ayudan a contextualizar las historias, y a las que puede accederse a través de una lista de reproducción que el propio autor ha creado en la plataforma Spotify. EFE

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