Loa diez retos de Pakistán en 2022

Islamabad, 29 dic (EFE).- Encontrar soluciones que estimulen de nuevo la economía, aumentar la seguridad ante las amenazas terroristas, mejorar las relaciones con Estados Unidos o contrarrestar problemas sociales, como la escasez de agua o el auge de la pobreza, son algunos de los retos que afrontará Pakistán en 2022.

Islamabad, 29 dic (EFE).- Encontrar soluciones que estimulen de nuevo la economía, aumentar la seguridad ante las amenazas terroristas, mejorar las relaciones con Estados Unidos o contrarrestar problemas sociales, como la escasez de agua o el auge de la pobreza, son algunos de los retos que afrontará Pakistán en 2022.

PARCHES A UNA FRÁGIL ECONOMÍA

El principal desafío de Pakistán en 2022 será la estabilización de su frágil economía, que afronta serios problemas arrastrada por un déficit récord, una devaluación histórica de su moneda, una alta inflación y una reducción de las reservas de divisas.

La Oficina de Estadísticas de Pakistán registró una inflación del 11,5 % en noviembre, convirtiéndose en el mayor aumento de los últimos 20 meses, principalmente propiciado por el alza del precio del combustible. Mientras, el Banco Mundial reveló que la tasa de crecimiento económico de Pakistán se redujo ligeramente al 3,4 % durante el año fiscal actual -en comparación al 3,9 % del año fiscal anterior-.

MÁS SEGURIDAD ANTE EL TERRORISMO

Más de 80.000 ciudadanos paquistaníes han muerto desde 2001 a causa de atentados terroristas, un dato que sin embargo se revela alentador al comprobar que el número de ataques terroristas se mantiene en retroceso desde el comienzo de las operaciones militares contra los terroristas en 2014.

Pero esta tendencia parece estar revirtiéndose tras la llegada al poder de los talibanes en Afganistán, cuando el Pakistán ha presenciado un aumento de este tipo de incidentes violentos. En 2022, el país continuará luchando contra la militancia en Baluchistán y el terrorismo en su cinturón tribal a lo largo de la frontera afgana, donde los terroristas están resurgiendo.

AUGE DEL EXTREMISMO RELIGIOSO

El extremismo y el fundamentalismo religioso, considerados una amenaza para la democracia paquistaní por su capacidad para paralizar el funcionamiento del sistema mediante manifestaciones y protestas violentas, son uno de los grandes desafíos que la nación afronta en este momento.

En este sentido, el Gobierno actual del primer ministro Imran Khan se ha mostrado laxo en sus políticas, y levantó la prohibición que pesaba sobre el partido político Tehree-e-Labaik, catalogado de extremista religioso, permitiendo su participación en la política.

UN DESARROLLO SOSTENIBLE

La situación geográfica y geopolítica de Pakistán le convierten en un país especialmente vulnerable a los efectos de la crisis climática, y así lo reflejó el último indice de riesgo climático global, elaborado por la organización internacional, Germanwatch, que situaba al país asiático como el octavo Estado más afectado por el cambio climático en los últimos 20 años.

En consecuencia, Pakistán requiere de asistencia inmediata para la transferencia de tecnologías respetuosas con el medioambiente, apoyo para continuar con su desarrollo sin contribuir al cambio climático, y financiación para adaptar los sectores primarios a las nuevas demandas globales.

LA PANDEMIA DE COVID-19

Al igual que el resto de países, Pakistán cierra el 2021 con un repunte de las infecciones por covid, principalmente achacadas a la nueva variante ómicron y al escaso éxito de las campañas de vacunación.

A pesar de que Islamabad ha insistido en que la población se vacune, tan solo 67,5 millones de personas tienen la pauta completa del suero, en un país que suma 220 millones de habitantes. La teorías de la conspiración, que sugieren la inserción de microchips en los vacunados o que no sobrevivirán más allá de dos años, explican el lento avance de las cifras.

ESCASEZ DE AGUA

La población del país se ha duplicado en los últimos 29 años, registrando aproximadamente unos 4,4 millones de nacimientos anuales, y la ONU ya estima que la población de Pakistán alcanzará los 403 millones de habitantes en 2050.

Este rápido crecimiento está ejerciendo presión sobre el desarrollo del país, y las reservas anuales de agua per cápita no son ajenas al problema: mientras que en 2009 estas reservas eran de 1.500 metros cúbicos, actualmente se sitúan en 1.000 metros cúbicos, y se prevé que las cifras sigan cayendo en 2022.

POBREZA

Las estimaciones de pobreza del Banco Mundial sugieren que un 5,4 % de la población vive actualmente por debajo del umbral de la pobreza (1,9 dólares diarios) en comparación con el 4,4 % que lo hacía el pasado año, mientras que reflejan que el 39,2 % de las personas viven con menos de 3,2 dólares al día.

Estas cifras se han visto condicionadas por distintos factores, como la pandemia, los desastres naturales, las plagas de langostas que dañan las cosechas, los efectos climáticos en el sector agrícola o la inflación.

RELACIONES CON EE.UU

Las relaciones entre Washington e Islamabad se encuentran muy distantes. Recientemente, Estados Unidos redujo la ayuda militar para contribuir al desarrollo de Pakistán y suspendió los programas de formación dirigidos a formar en su territorio a los oficiales superiores del ejército paquistaní.

A expensas de que Pakistán trabaje en 2022 por mejorar sus relaciones con la nación americana, el país asiático ha buscado cobijo en otros aliados como China, Rusia, Irán o Turquía.

DISPUTA POR JAMMU Y CACHEMIRA

El conflicto por Jammu y Cachemira volverá a centrar en 2022 la política de Pakistán, a pesar de que Islamabad y Nueva Delhi se comprometieron en el presente año a respetar el alto el fuego acordado a lo largo de sus fronteras y la Linea de Control que les separa en la disputada Cachemira.

La situación se volvió especialmente tensa después de que la India revocará en 2019 el estatus especial de semiautonomía del que gozaba la Cachemira india, deteriorando todavía más las relaciones bilaterales de ambas naciones.

DERECHOS HUMANOS

Numerosos activistas de derechos humanos, abogados y periodistas han sido acosados por el Gobierno y las agencias de inteligencia por mostrarse críticos con las actuaciones del Ejecutivo y del ejército. Las autoridades aplicaron leyes de sedición y antiterrorismo para reprimir la disidencia, y establecieron estrictas regulaciones para controlar a los medios de comunicación y las organizaciones de derechos humanos.

Además, las mujeres, las minorías religiosas y las personas transgénero continuaron siendo víctimas de la violencia, discriminación y persecución. En este sentido, Pakistán ocupó el puesto 140 de 162 países en el informe del Índice de Libertad Humana 2020 publicado por el Instituto Cato.EFE

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