Las mascaradas de Zamora desafían la lluvia para revivir la tradición

Sanzoles (Zamora), 26 dic (EFE).- El ciclo de mascaradas de invierno de la provincia de Zamora se ha abierto este domingo, día de San Esteban, en cuatro localidades en las que que estrafalarios personajes han salido a las calles en celebraciones tradicionales protagonizadas por la juventud.

Sanzoles (Zamora), 26 dic (EFE).- El ciclo de mascaradas de invierno de la provincia de Zamora se ha abierto este domingo, día de San Esteban, en cuatro localidades en las que que estrafalarios personajes han salido a las calles en celebraciones tradicionales protagonizadas por la juventud.

De hecho, el rito del paso a la adolescencia a la edad adulta está asociado a unas fiestas invernales de máscaras que tienen se referente más lejano en épocas prerromanas y que se han adaptado a los tiempos y han resurgido en los últimos años en más de una docena de localidades zamoranas.

Este domingo la tradición ha vuelto a revivirse en un día lluvioso en municipios como Sanzoles, en la comarca de Tierra del Vino, donde el Zangarrón ha pedido el aguinaldo y ha corrido por las calles para asustar a vecinos y forasteros mientras los quintos han anunciado su presencia con cencerros atados a la cintura.

Cintas de colores blanco, verde, amarillo, rojo y azul a modo de pelo, una careta de color negro con una prominente nariz roja y bigote y perilla hechos con cerdas de ganado identifican una mascarada de la que destaca también su traje de cuadros marrones y blancos, su mandil y el zurrón rojo en el que guarda las propinas que recauda.

El Zangarrón lleva además un cinturón de cencerros y porta en su mano un palo con tres vejigas de cerdo hinchadas que se explotan al final del día, cuando concluye la fiesta asociada a esta mascarada.

Bajo la lluvia, y ante la presencia de vecinos con mascarillas, el joven Juan Sánchez Turrión se ha disfrazado de Zangarrón para recorrer las calles de este pueblo de medio millar de habitantes y pedir el aguinaldo en una celebración que está declarada fiesta de interés turístico regional.

Tras la misa del mediodía en la iglesia de San Zoiolo, los quintos han protagonizado junto al Zangarrón el denominado "Baile del niño", al ritmo de castañuelas, flauta y tamboril.

La salida de esta mascarada a las calles de Sanzoles cada 26 de diciembre se realiza de forma ininterrumpida desde hace más de un siglo, incluso en los años de la Guerra Civil, en los que salió de noche para cumplir con el ritual pese a la prohibición de la autoridad, según ha puesto de relieve la asociación que difunde esta mascarada.

De hecho, el presidente de la Asociación Amigos del Zangarrón de Sanzoles, José Javier Sánchez, encarnó el año pasado la mascarada en vez de hacerlo un quinto porque, aunque oficialmente se había suspendido su celebración por la pandemia y no había público, quiso que saliera a las calles y se cumpliera la tradición pese a la covid-19.

Otra mascarada de parecido nombre pero distinta vestimenta, el Tafarrón, se ha podido ver en Pozuelo de Tábara (Zamora), donde el traje del protagonista de la celebración está hecho con juncos y la máscara, que por lo general lleva a la espalda, es de color negro, con cuernos y orejas de liebre.

En esa población de la reserva de la Sierra de la Culebra el Tafarrón va acompañado de otros personajes como son los entrantes, los mayordomos, la Madama, el alcalde mayor y el alcalde menor.

Del mismo modo, en otra población del entorno de la Sierra de la Culebra, en Ferreras de Arriba, se ha celebrado la mascarada de la Filandorra, con dicotomía de personajes, el Diablo y la propia Filandorra a los que se conoce como los feos, y el Galán y la Madama que constituyen la pareja de guapos.

Además, en Villarino Tras la Sierra, una pequeña población limítrofe con Portugal de apenas sesenta habitantes, se ha revivido la mascarada de El Pajarico y el Caballico.

Las mascaradas de invierno de la provincia de Zamora cobrarán de nuevo protagonismo el próximo 1 de enero, cuando está prevista la celebración del Zangarrón de Montamarta, los Carochos de Riofrío de Aliste, los Diablos de Sarracín de Aliste y los Cencerrones de Abajera.EFE

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