La obra fotográfica de Adolf Mas se reivindica en Fundación Mapfre Barcelona

Jose Oliva

Barcelona, 19 feb (EFE).- La exposición "Adolf Mas. Los ojos de Barcelona" descubre y reivindica en el centro KBr de la Fundación Mapfre la obra del fotógrafo catalán, referente en el campo de la fotografía patrimonial, fundamental para entender la transformación social de la ciudad en el inicio del siglo XX.

A través de 200 fotografías, la exposición permite descubrir, como ha explicado la comisaria, Carmen Perrotta, investigadora documentalista de la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico, que Adolf Mas, "conocido principalmente por la creación y consolidación del célebre Archivo Mas y por ser uno de los primeros fotógrafos de patrimonio en Cataluña, es en realidad un fotógrafo mucho más complejo".

Sus comienzos como reportero gráfico van en paralelo con una aproximación a la fotografía artística plasmada mediante el retrato.

"Se trata de unas imágenes que se escapan del retrato al uso y que aproximan su obra a los círculos artísticos de la época, y aunque no se pueda inscribir a Mas entre los pictorialistas, es indudable que parte de su producción va más allá de lo que se estaba haciendo en otros establecimientos fotográficos contemporáneos, y esta exposición pretende reivindicar también esta faceta".

Creado por Adolf Mas en 1900 con el propósito de inventariar el repertorio iconográfico de Cataluña y, posteriormente, de toda España, constituye el más importante archivo fotográfico de Europa sobre patrimonio español.

"Una obra monumental" desarrollada a lo largo de más de treinta años en la que una idea vanguardista, surgida con fines comerciales, se materializó sin perder de vista la importancia de documentar y divulgar un patrimonio cultural compartido.

Después de la Guerra Civil española, el Archivo Mas fue adquirido por Teresa Amatller en 1941 y en la actualidad perdura como parte de los fondos del Instituto Amatller de Arte Hispánico.

En el inicio de la muestra, que recoge su aparatosa cámara de viaje de fuelle y su maleta, hay un apartado dedicado al café modernista Els Quatre Gats, obra de un joven arquitecto Puig i Cadafalch, que Mas frecuentó junto a Ramón Casas, Santiago Rusiñol o Picasso, como testimonia un dibujo de Opisso.

Casas, que mantuvo un estrecho vínculo con Mas, fue retratado por él en varias ocasiones y también hizo dos reportajes fotográficos en el taller del pintor, en 1909 y 1912, pero Mas visitó y fotografió también los talleres del escultor Josep Llimona, el de los hermanos Josep y Francesc Masriera y el de Antoni Gaudí en la Sagrada Familia.

El proyecto de construcción de la futura Vía Layetana, prevista por la gran reforma urbanística del Plan Cerdà, contemplaba la destrucción de un área de alta densidad del casco antiguo de la ciudad y el Ayuntamiento, por petición de la unión de artistas de Barcelona, convocó un concurso para documentar la memoria del entramado arquitectónico destinado al derribo.

Adolf Mas fue uno de los autores más premiados y en sus imágenes, que recuerdan las fotografías que Eugène Atget realizó del Viejo París, se aprecia la presencia de personas que humanizan las vistas arquitectónicas, en un claro intento de dignificar la historia de aquellos edificios, y de sus habitantes, frente a su inminente desaparición.

La comisaria destaca que los retratos de Mas alcanzan su fuerza por "los drásticos contrastes lumínicos, que hacen que el sujeto resalte de forma parcial", y en su afán de generar cercanía entre retratado y espectador "aproximaba la cámara de manera exagerada a la cara del sujeto".

Como retratista, Mas desarrolló una línea de producción específicamente vinculada con el sector del espectáculo, como ilustran en el Kbr los reportajes realizados entre 1914 y 1915 dedicados a dos personajes emblemáticos de la época: la bailarina Tórtola Valencia (1882-1955) y la soprano María Barrientos (1884-1946).

Junto con la obra del fotógrafo, se incluyen en el recorrido expositivo piezas de artistas como Ramón Casas, Alexandre de Riquer o Eusebi Arnau, que se generaron alrededor de su establecimiento fotográfico. EFE

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