La Ribot, versátil y reivindicativa, despliega alas en su gran exposición

Madrid, 18 feb (EFE).- Fascinantes, reivindicativos, rebeldes e imprevisibles, así son los espectáculos de la bailarina y coreógrafa La Ribot que despliega su maestría en "A escala humana", una exposición en la que compila danza contemporánea, obra gráfica y plástica, además de incorporar lenguaje gráfico y sonoro.

Madrid, 18 feb (EFE).- Fascinantes, reivindicativos, rebeldes e imprevisibles, así son los espectáculos de la bailarina y coreógrafa La Ribot que despliega su maestría en "A escala humana", una exposición en la que compila danza contemporánea, obra gráfica y plástica, además de incorporar lenguaje gráfico y sonoro.

Cuando la danza contemporánea en España de los ochenta era una erial, La Ribot abrió camino y ahora, tras 35 años de trabajo, inaugura "A escala humana", una exposición personal en la que muestra simultáneamente su trabajo coreográfico y plástico.

"El espectador va a encontrar danza contemporánea en una sala de exposiciones durante muchas horas y días", ha contado este viernes en una charla con Efe La Ribot (Madrid, 1962).

María José Ribot, conocida artísticamente como La Ribot, no ha dejado de reinventar constantemente la relación con los espectadores a lo largo de su carrera.

Comisariada por Olivier Kaeser, esta muestra, que estará del 19 de febrero al 3 de abril en la Sala Alcalá 31, abre con "Laughing Hole" (2006), una "performance" de seis horas de duración, cuyos provocadores carteles y risas sobreexcitadas siguen haciendo temblar las paredes de galerías de todo el mundo.

"Es una pieza política, violenta, intrigante en la que el espectador se siente atrapado en una especie de pesadilla", explica la artista.

"LaBola" (2022) es la nueva creación de esta exposición que podrá verse todos los días a partir del 1 de marzo. "La pieza retrata un mundo en constante mutación a través de un frenético intercambio de objetos y prendas".

Las instalaciones "Walk the Chair" (2010), "Walk the Bastard" (2017) y "Walk the Authors" (2018 - en curso) se presentan juntas por primera vez. A las sillas de estas tres piezas se añade ahora una veintena de nuevas sillas, conformando en la actualidad una gran familia de más de noventa sillas pirograbadas.

"La intención de estas sillas usadas, donde miles de personas se han sentado para ver películas en los cines de verano, para celebrar bodas o leer, es poner en acción el cuerpo", dice La Ribot, que a lo largo de su carrera no ha dejado de reinventar constantemente la relación con los espectadores.

La muestra también incluye una composición de 337 polaroides que componen "Otra Narcisa" (2003), una performace que interpretó entre 1997 y 2003, en la que La Ribot se fotografiaba los pechos y el pubis y después pegaba las fotografías sobre las partes de su cuerpo retratadas, permaneciendo de cara al público mientras las imágenes se revelaban.

Su obra ha cambiado profundamente el campo de la danza contemporánea. "Tengo respeto a mi trabajo y me preparo para superar miedos y limites físicos y mentales, así como la propia censura que no te deja pasar y tienes que forzar", añade.

La coreógrafa, León de Oro honorifico de la Bienal de Danza de Venecia 2020, ha hecho del arte efímero una obra que trasciende, pero también ha sufrido la censura. "La llevo muy mal, la censura es lo peor; la he sufrido en China y los países árabes, donde en alguna ocasión me pidieron que me pusiera un tanguita".

En esta sociedad, en la que existe el culto al cuerpo y a la eterna juventud, la coreógrafa reconoce que "la vejez y el destrozo del cuerpo me da estupor, es más cómodo todo cuando eres joven".

"Llevo mal el envejecimiento, pero eso no significa que no pueda trabajar, actuar", señala la bailarina, quien reconoce que es un tema polémico e interesante.

Por eso, "parte mi trabajo es reivindicar que todos los cuerpos están bien para bailar", dice La Ribot, que encuentra la inspiración en la actualidad, en la propia vida y también en lugares poéticos.

"A veces me considero más poeta que otra cosa, me interesa ese mundo en el que la mente está libre", concluye. EFE

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