Teresa Gimpera: Hasta cerca de los 70 no estuve segura de mí misma

Barcelona, 9 feb (EFE).- La actriz, modelo y empresaria Teresa Gimpera, musa de la modernidad y la belleza en la España franquista, ha confesado que hasta cerca de los 70 no estuvo segura de sí misma, si bien cree que ha tenido una vida intensa y feliz que no ha estado exenta de tragedias, como la muerte de su hijo por el sida.

Barcelona, 9 feb (EFE).- La actriz, modelo y empresaria Teresa Gimpera, musa de la modernidad y la belleza en la España franquista, ha confesado que hasta cerca de los 70 no estuvo segura de sí misma, si bien cree que ha tenido una vida intensa y feliz que no ha estado exenta de tragedias, como la muerte de su hijo por el sida.

Teresa Gimpera (Igualada, 1936) ha presentado este miércoles en la "Així és la vida" (Columna), un libro firmado por Toni Vall en el que explica recuerdos, historias y anécdotas de sus 85 años de vida, sin un estricto orden cronológico, y donde cuenta sus relaciones con grandes estrellas y directores de cine y no obvia sus infidelidades a su primer marido, con el que tuvo 3 hijos y al que dejó para unirse al "amor de su vida", el actor norteamericano Craig Hill.

La vida de Gimpera incluye una estancia en un campo de exiliados españoles en Francia cuando tenía 2 años, ya que sus padres se marcharon de Cataluña al término de la Guerra Civil; convertirse en la imagen de Boccacio, el templo de la 'Gauche Divine' de Barcelona; haber sido modelo de Pertegaz, Leopoldo Pomés, Xavier Miserachs y Colita; haber rodado 155 películas o tener entre sus amistades a Rock Hudson, Claudia Cardinale o Vittorio de Sica.

Gimpera admite la etiqueta de "moderna" en la época franquista porque entonces, en los años 60, "una mujer casada con hijos que hiciera de modelo ya para empezar estaba mal visto por la moral imperante", pero con la ayuda de muchos amigos hicieron "un mundo diferente", en alusión al grupo de artistas e intelectuales que integraban la 'Gauche Divine'.

Reconoce que ese ambiente cultural y de libertad que se vivía entonces en Barcelona no existía en Madrid, y que cuando viajó a la capital española para hacer cine tuvo "como un shock", porque llegaba "de un mundo absolutamente diferente a aquel".

Teresa Gimpera se convirtió también en un icono de la publicidad, y entre mediados de los 60 y finales de los 70 su presencia era habitual en los medios de comunicación de toda España, con su imagen de rubia nórdica a la que, antes de ser conocida, mucha gente le preguntaba en las calles de Barcelona: "Do you speak English?"

Respecto a su imagen, indica que siempre le decían que era fotogénica, pero que nunca se consideró una diva ni especialmente guapa cuando era joven, aunque ahora que es mayor y ya está "de vuelta de todo", mira las fotos del pasado y piensa que "sí que tenían razón, era muy guapa", una belleza que en su momento le llevó a ser proclamada "Lady España" y "Lady Europa"

Recuerda Gimpera en el libro el casting que hizo para Alfred Hitchcock para interpretar a un personaje de la película Topaz, Juanita de Córdoba, una puertorriqueña morena y pasional en el que ella misma no se veía, aunque no podía rechazar hacer la prueba para un director mundialmente famoso y que, de ser escogida, le hubiera abierto el camino para hacer varios rodajes con la productora estadounidense Universal.

Admite que solo en aquella prueba, en la que descubrió que en Hollywood había "dobles de luz", la productora se gastó "un dinero indecente" en viajes en avión, alojamiento en un hotel de lujo, conductor disponible las 24 horas e intérprete, todo ello para que finalmente, ya de vuelta en Barcelona, recibiera un cheque, unos bombones y un mensaje: "Gracias, pero no nos cuadra para el papel".

Gimpera indica que en su carrera ha sabido "ser muy lista" y que en su momento supo ver ciertas propuestas que "no eran limpias", también de mujeres, que bordeaban la prostitución: "No me he dejado enredar en estas historias de llegar a hacer cosas que no te gustan por temas de trabajo".

En este sentido, explica en el libro que un empresario de mantas que la había contratado le aseguró que se suicidaría si no aceptaba sus requerimientos amorosos, a lo que ella le replicó: "Ya te puedes suicidar, que si me tocas un pelo te arreo un bofetón, me marcho corriendo y ya me has visto".

Se considera "feminista" en el sentido de que en su época, en el que las mujeres debían "pedir permiso para todo" a sus maridos, ella era "completamente autónoma, independiente" y que cuando no tenía marido se mantenía a ella y a sus tres hijos", además de haber decidido dejar a su primer marido por Craig Hill, una decisión que en aquel momento en España imnplicaba que una mujer podía ser llevada a la cárcel.

Gimpera justifica que hiciera muchas películas de poca calidad porque le reportaban ingresos para subsistir, pese a los reproches que le hacían sus amigos intelectuales, pero se ha mostrado contenta por haber protagonizado filmes como "El espíritu de la colmena", de Víctor Erice, que figura en las listas de películas que hay que ver antes de morir.

No elude el recuerdo para su hijo Joan, fallecido a los 28 años, víctima de las drogas y el sida, tras una lucha de más de una década contra su adicción, unos años devastadores que todavía le afectan, aunque quiere pensar que cuando murió dejó de sufrir. EFE.

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