El "viaje suicida" por el Atlántico que acabó con un narcosubmarino hundido

Alejandro Espiño

Alejandro Espiño

Pontevedra, 1 feb (EFE).- Veintisiete días de una travesía "infame". Fue el tiempo que duró el "viaje suicida" que emprendió un exboxeador gallego, acompañado de dos ecuatorianos, a bordo de un narcosubmarino que acabó hundido frente a las costas gallegas.

El periodista Javier Romero relata esta peculiar singladura en el libro "Operación Marea Negra" (Ediciones B), la crónica de cómo la primera embarcación de estas características detectada en Europa pasó de ser una operación de narcotráfico a una "cuestión de supervivencia".

Lo que le atrajo no fue que haya sido el alijo de droga más singular incautado jamás en Europa, relata Romero en una entrevista con Efe, sino la propia historia de Agustín Álvarez, el piloto de la peculiar nave, que cruzó el Atlántico con más de 3.000 kilos de cocaína en su interior.

"Era una historia apasionante que me apetecía contar", explica este periodista rememorando el pasado boxeador de Agustín o el hecho de que sus amigos acabasen implicados, junto con las penurias que vivieron los tres tripulantes durante los 27 días que duró su periplo.

El piloto del narcosubmarino, explica el autor del libro, "no era el típico tipo que viene de una familia desestructurada o de un ambiente marginal que le hubiese llevado a la delincuencia juvenil", ya que no tenía antecedentes "y todo su ambiente era completamente normal".

A él le ofrecen este trabajo "por descarte" porque inicialmente "iba a ir otro chico gallego" que incluso llegó hasta el astillero del Amazonas desde donde partió la embarcación pero, según Javier Romero, "se echó atrás porque lo que vio no le gustó".

Entiende que "era alguien con poder suficiente para tomar esa decisión, porque Agustín no la hubiese podido tomar si lo hubiese querido". El vigués, que ya trabajaba para una organización con "fuertes vínculos" con Colombia, tuvo apenas cinco días para prepararse.

Le acompañaron dos ecuatorianos que lo hicieron por dinero. "Les prometieron 55.000 dólares a cada uno", apunta Romero, antes de relatar las condiciones "infames" en las que tuvieron que atravesar el Atlántico "y luchando contra los temporales".

"Piensa en tres tíos corpulentos en un espacio de apenas un par de metros cuadrados durante tres semanas", subraya el periodista gallego, que señala que los primeros ocho días fue una travesía "apacible" e incluso "salían a cubierta a estirar las piernas y asearse".

Pero a partir de ahí, los temporales lo complicaron todo. Eso, y las continuas averías. Y el hedor que había dentro. De la gasolina, de la cocaína y de sus propias deposiciones, que debían hacer en una bolsa. "Fue un viaje suicida, una cuestión de supervivencia", añade.

El viaje "se torció desde el principio", pero la recta final fue un desastre para ellos. "Todo salió mal, creo que incluso peor de lo que nadie esperaba", apunta el cronista de esta historia.

El desembarco de la droga tenía que haberse hecho a 269 millas de Lisboa. Se iban a encargar profesionales. "Era una organización gallega que debía recoger la mercancía y a los tripulantes y hundir el narcosubmarino, que siempre son de usar y tirar", afirma Javier Romero.

"Tenían dos planeadoras preparadas pero una de ellas tuvo un fallo en el motor", explica, lo que retrasó todo el operativo "y el mal tiempo lo complicó todo", tanto que en plena tormenta "casi mueren aplastados o tronzados por un gran buque".

Fue entonces cuando activaron el teléfono satelital para pedir ayuda y eso les delató. La señal la captaron las autoridades británicas. Al verse descubiertos, los responsables de la operación "les dijeron que tirasen hacia Galicia", pero lo hicieron "sin red y tirándose al vacío".

La idea era encontrar a alguien en Galicia para que recogiese la droga "pero nadie aceptó a pesar de que se hicieron suculentas ofertas para tentarles". Ya con las fuerzas policiales españolas tras su rastro, "les pidieron lo más difícil todavía", resume el autor del libro.

Debían llegar, en plena borrasca, hasta la Costa da Morte para encontrarse con un pesquero asturiano. Pero ese plan también fracasó. "Les volvieron a pedir que lo intentasen más al norte, pero les dijeron que no. Ya no eran física ni mentalmente capaces", añade Romero.

Fue entonces cuando Agustín activó su plan B. "Lo había organizado en Portugal y los dueños de la droga se lo permitieron", subraya el periodista. Fue cuando recurrió a sus amigos de la infancia "por lo que pudiera pasar". Ellos lo hicieron por amistad con él.

Eso sí, "hubo también dinero de por medio", insiste Javier Romero, como revelaron los mensajes telefónicos entre ellos. A su llegada a Aldán, en Cangas (Pontevedra), hundieron el narcosubmarino y trataron de escapar. Ya les esperaban las autoridades. Poco a poco fueron cayendo todos. Los tres tripulantes, días después, aun con los trajes de neopreno puestos.

Además del libro, "Operación Marea Negra" llegará a televisión. Será con una serie que emitirá Amazon a partir de este mes de febrero y en la que el propio Romero es asesor de guiones y responsable de un documental en el que se reconstruye toda esta "yincana infernal". EFE

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