Convención demócrata

El conflicto interno que amenaza con destruir la campaña de Kamala Harris

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a la vicepresidenta, Kamala Harris. Annabelle Gordon
Kamala Harris y Tim Walz buscan asegurar votos en la convención demócrata, enfrentando las tensiones internas por la postura hacia Israel y Palestina, mientras que intentan proyectar de unidad y captar diferentes sectores.

Durante la Convención del Partido Demócrata, la actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el gobernador de Minnesota, Tim Walz, se han propuesto asegurar cada voto necesario para garantizar la victoria electoral. Esta estrategia se enmarca en el objetivo del partido de proyectar una imagen de unidad y fortaleza en un momento en el que la captación del voto de diferentes sectores se vuelve crucial. La importancia de cada voto se hace evidente al recordar que en las elecciones de 2000, el expresidente George W. Bush ganó a Al Gore por solo 537 votos, un resultado que fue decidido por la Corte Suprema de Estados Unidos.

El Partido Demócrata aún no ha expresado claramente su posición sobre el conflicto en Palestina, una cuestión que ha generado manifestaciones significativas en Chicago durante la convención. Harris, quien busca asegurar su camino hacia la presidencia, enfrenta el desafío de manejar este delicado tema, especialmente después del incidente en Detroit a principios de agosto, cuando reaccionó con firmeza ante manifestantes pro palestinos: “Si quieres que gane Donald Trump, habla; de lo contrario, hablaré”, afirmó en ese momento.

Se espera que durante el congreso, el grupo 'Delegados Contra el Genocidio' intente intervenir para presionar a los demócratas a cambiar su postura hacia Israel y enfocarse en Gaza. Hasta el momento, Harris ha mantenido su posición, rechazando la idea de un embargo de armas a Israel, mientras su equipo confirma que apoya la reciente venta de armamento por 18.000 millones de euros a ese país. En respuesta a los bombardeos sobre Gaza, Harris expresó ante la prensa: “No podemos permitirnos volvernos insensibles al sufrimiento y permanecer en silencio”.

La situación es compleja y no exenta de desafíos, tal como lo demuestra el caso de la rectora de la Universidad de Columbia, Minouche Shafik, quien enfrentó críticas tanto de sectores pro israelíes como pro palestinos, y cuya renuncia la llevó a liderar la oficina del secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido.

A pesar de las tensiones, Harris parece tener un ligero margen en las encuestas sobre Donald Trump, apelando a los sentimientos de la clase trabajadora en sus discursos. Walz, por su parte, se enfoca en atraer el voto rural. Harris suele mencionar su origen en una familia de clase media y su experiencia laboral en un McDonald’s para destacar su conexión con los votantes. Su promesa principal, en caso de ganar la presidencia, es reducir los costos y aumentar la seguridad económica para todos los estadounidenses, una propuesta que, según los economistas Jean Boivin y Alex Brazier del BlackRock Investment Institute, resulta desafiante en un contexto económico que lleva más de dos años y medio estancado.