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Cantabria y Mónaco refuerzan lazos con la visita de Alberto II de Mónaco que elogia la modernidad del Centro de Arte Rupestre

Inauguración en Puente Viesgo con Alberto II de Mónaco la exposición dedicado a su tatarabuelo, Alberto I. / X

El príncipe Alberto II de Mónaco ha ensalzado el contenido de las exposiciones del CEAR en Puente Viesgo, que considera "un buen ejemplo" de cómo buscar "de forma moderna" la implicación del publico en los descubrimientos en torno al arte rupestre

En una visita marcada por la emoción y el reconocimiento histórico, el príncipe Alberto II de Mónaco ha elogiado la modernidad y la pedagogía del Centro de Arte Rupestre (CEAR) de Cantabria en Puente Viesgo. En su discurso, resaltó cómo el museo, que lleva el nombre de su tatarabuelo Alberto I de Mónaco, ha sabido utilizar tecnologías modernas para implicar al público en el descubrimiento y comprensión del arte rupestre.

El príncipe expresó que el CEAR presenta de manera "muy bonita" los hallazgos arqueológicos en las cuevas cántabras y subrayó la importancia de la interactividad en la experiencia museística. “Creo que mi tatarabuelo, Alberto I, hubiera estado muy feliz y muy orgulloso de esta muestra y, sobre todo, de que este centro lleve su nombre. Para mí y para mi familia es una gran alegría y orgullo”, declaró Alberto II.

Un legado familiar honrado

La visita del príncipe a Cantabria también incluyó la inauguración de una exposición dedicada a su tatarabuelo, quien financió en 1902 las primeras excavaciones en varias cuevas de la región, entre ellas la del Castillo en Puente Viesgo. Este homenaje, titulado 'Alberto I, el príncipe de la prehistoria', resalta el papel pionero del monarca monegasco en el ámbito de la investigación prehistórica.

Durante la inauguración, Alberto II destacó la riqueza de las cuevas cántabras y la visión de su tatarabuelo sobre su importancia para la humanidad. Además, mencionó una carta histórica de Alberto I al rey Alfonso XIII en la que se afirmaba que España podía estar orgullosa de estos descubrimientos esenciales para comprender los primeros gestos artísticos de la humanidad.

El príncipe Alberto de Mónaco durante la inauguración de la exposición temporal 'Alberto I, el príncipe de la prehistoria', en el Centro de Arte Rupestre de Cantabria. / César Ortiz

Convenio de cooperación y proyección internacional

El acto de hoy no solo celebró el pasado, sino que también miró hacia el futuro con la firma de un convenio de colaboración entre el Museo de Antropología de Mónaco y el CEAR. Este acuerdo busca fomentar la cooperación en la investigación y difusión del patrimonio rupestre, lo cual el príncipe consideró "muy importante" debido a los constantes descubrimientos en este campo.

La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y la embajadora de Mónaco en España, Catherine Fautrier-Rousseau, subrayaron el valioso papel de Alberto I y la relevancia de este convenio para impulsar el conocimiento y el valor del arte paleolítico. Este convenio es un paso significativo para fortalecer los lazos científicos y culturales entre Cantabria y el Principado de Mónaco.

Un vínculo reforzado

En su intervención, la presidenta de Cantabria agradeció al príncipe Alberto II su visita y el constante apoyo de su familia a la región. "Confío en que pueda regresar pronto a esta tierra. Siempre estaremos encantados de volver a recibirle en la que ya puede considerar su casa", afirmó.

La exposición temporal dedicada a Alberto I estará abierta durante seis meses en Puente Viesgo y se prevé que, al concluir, se traslade al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), permitiendo así que más personas conozcan la historia y los vínculos entre Cantabria y Mónaco.

La jornada culminó con la firma de Alberto II en el libro de honor del CEAR, donde expresó su orgullo y satisfacción por ver el centro completamente terminado y abierto al público, cumpliendo así la promesa que hizo en su visita de 2022. "Deseo que su notoriedad y su frecuentación esté a la altura de la inversión que le ha sido consagrada por Cantabria", escribió el príncipe en el libro de honor, sellando un día memorable para la región y el Principado de Mónaco.