TRIBUNALES

El monitor de Cantabria acusado de abusos sexuales a un niña de cinco años lo niega: "nunca" le metió el dedo en la vagina

Juzgados Calle Alta, Santander. / Nacho Cubero
Los padres han expuesto la declaración "espontánea" de la niña que manifestó a su madre, mientras le ponía el pijama y el pañal, que le dolía y le relató lo que le había hecho el "jefe"
El monitor deportivo acusado de abusar sexualmente de una niña de cinco años ha asegurado este miércoles que "nunca" le metió el dedo en la vagina cuando estaba castigada y apartada del grupo como relató la menor, a la que las agentes de la Guardia Civil especializadas en estos casos dan credibilidad.

"Yo soy o me siento inocente", ha asegurado el hombre, que sigue ejerciendo la labor de monitor de multideporte con niños en el mismo municipio cántabro, en el juicio celebrado en la sección tercera de la Audiencia de Cantabria, en el que la fiscalía ha elevado a definitiva su petición de tres años y medio de cárcel y el pago de una multa de 4.000 euros por daños morales.

La acusación particular, que ejercen los padres de la niña, eleva su petición de pena para el acusado a seis años de cárcel y le reclama una indeminización de 25.000 euros, con responsabilidad civil subsidiara para la empresa que le tiene contratado para realizar una trabajo que desarrolla desde hace más de diez años.

En su declaración, el hombre ha explicado que castiga a los niños, de unos cinco años, cuando "no obedecen" sentándolos en el banquillo del polideportivo, donde el Ayuntamiento ofrece actividades deportivas, apartados del grupo.

Y ha admitido que, en el caso de esta niña, la castigaba "más de lo habitual" porque le "costaba admitir las normas de los juegos", pero ha recalcado que no se sentó a su lado y introdujo la mano por debajo de las bragas y la metió un dedo en los genitales, como relató la niña a sus padres, que presentaron una queja en el Ayuntamiento.

Tras esta queja, según han relatado el gerente de la empresa que le tiene contratado, el coordinador municipal de los monitores y el concejal de Deportes, se le cambiaron los horarios para no coincidir con los padres y la niña, aunque sí que se han vuelto a ver en los cambios de actividades, y estuvo "controlando" durante un tiempo en sus clases sin que se apreciara "nada fuera de lo normal" con los niños.

De hecho, han asegurado que durante los casi diez años en los que ha ejercido no se ha producido ninguna otra queja contra él. "Es uno de los monitores más queridos porque es de los que más tiempo lleva", ha manifestado uno de ellos.

La trabajadora social del Ayuntamiento que intervino tras la denuncia ha detallado que, siguiendo el protocolo pidió a los padres que la niña fuera explorada por la pediatra, que al final no lo hizo, y se entrevistó con ellos a pesar de que le "costó un poco", para derivar el caso a la Subdirección de Infancia.

Los padres han expuesto la declaración "espontánea" de la niña que manifestó a su madre, mientras le ponía el pijama y el pañal, que le dolía y le relató lo que le había hecho el "jefe", que finalmente la menor reconoció que era su monitor de multideporte.

El padre grabó la conversación en un vídeo con su teléfono móvil que mantuvo posteriormente con la niña, en la que ella daba detalles de lo ocurrido y que se ha reproducido en el juicio.

También se ha reproducido la entrevista mantenida por la niña con dos agentes del departamento de análisis del comportamiento delictivo de la Guardia Civil dedicadas a investigar casos con menores de siete años en la que repetía su relato.

"No se observa en la niña una tendencia a la fabulación o a la mentira", ha apuntado, y han destacado que en el relato de la menor destaca su descripción del movimiento para "ahuecar el pantalón y la braguita" y de su sentimiento de "frío", lo que no es habitual. "Resulta una característica que confirma los hechos", han apuntalado.

Antes de este juicio estaba previsto celebrase en la misma sección de la Audiencia de Cantabria otro a un acusado de abusar de una menor, de 16 años, a la que mientras estaba dando clases de tenis de mesa, supuestamente, tocó los glúteos, el pecho y la zona pélvica, para el que la fiscalía pide tres años de cárcel.

Sin embargo, el tribunal ha estimado que por la entidad de la petición de pena le corresponde enjuiciar esta caso al juzgado de lo penal, al que se le va a remitir a través de un auto.