ERC fija un ultimátum para alcanzar un preacuerdo con el PSC

La secretaria general de ERC, Marta Rovira. / a.e

Marta Rovira, secretaria general de ERC, ha anunciado esta decisión tras un consejo nacional extraordinario, subrayando la necesidad de tiempo para que las bases del partido avalen cualquier pacto alcanzado.

El ultimátum de ERC indica que, si no se concreta un acuerdo con el PSC, a partir de agosto se explorarán opciones con Junts per Catalunya para evitar unas nuevas elecciones en octubre. Rovira ha expresado la reticencia de ERC a apurar los plazos hasta el 26 de agosto, fecha límite para la elección de un nuevo presidente del Parlament y evitar así una disolución automática de la cámara catalana.

El foco principal de las negociaciones de ERC se centra en cuatro puntos clave, agrupados en diferentes carpetas. Entre estas, destaca la «financiación singular» para Cataluña, que según Rovira es «imprescindible para avanzar» en las demás áreas como el referéndum, la protección del catalán y las políticas de servicios públicos. La líder republicana ha subrayado la importancia de establecer un sistema financiero similar al concierto económico vasco o navarro, argumentando que esto liberaría a Cataluña de un régimen común que, a su parecer, limita el desarrollo económico regional y amenaza con futuros recortes.

Por su parte, Salvador Illa del PSC ha reiterado la necesidad de un pacto de progreso entre su partido, ERC y los Comuns para evitar unas elecciones anticipadas. El líder socialista ha descartado otras opciones aritméticas, enfatizando la estabilidad que podría ofrecer una alianza de fuerzas progresistas en el Parlament. Illa ha manifestado disposición para negociar ampliamente, incluso tendiendo la mano a sectores como Junts per Catalunya y otros partidos para acuerdos en políticas públicas que beneficien a Cataluña. En contraste, desde Junts per Catalunya, Jordi Turull ha criticado la vinculación de la financiación catalana a la investidura como «chantaje y mercadeo del poder».

Presión del Calendario Electoral

El escenario político en Cataluña se encuentra en un momento crítico mientras los partidos negocian frenéticamente para evitar unas elecciones anticipadas el próximo 13 de octubre. Con el cronómetro activado tras la disolución del Parlament el pasado miércoles, las negociaciones entre el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se presentan como la única opción para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat antes del 26 de agosto.

Sin embargo, el calendario apremia tanto a Illa como al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Para el mandatario nacional, la fecha límite del 20 de agosto se presenta como un factor crucial, ya que sería el último día para convocar elecciones generales simultáneas con las catalanas, si así lo decidiera. Esta fecha límite condiciona las negociaciones de Illa con ERC, que podría apurar las conversaciones hasta el último momento.

Complicaciones Internas y División en ERC

El proceso de negociación entre PSC y ERC no está exento de complicaciones internas. ERC ha prometido someter cualquier acuerdo con Illa a una consulta entre sus militantes, programada estratégicamente para mediados de agosto, coincidiendo con un periodo vacacional y festivo, lo cual podría influir en la participación y, por ende, en el resultado de dicha consulta.

Además, en medio de las negociaciones, persisten las divisiones internas dentro de ERC, particularmente con la figura de Oriol Junqueras, quien busca reafirmarse como líder del partido frente a oposiciones internas representadas por Marta Rovira y Pere Aragonès.

El panorama político catalán se ve complicado por la presión del calendario electoral y las demandas divergentes de los partidos involucrados. Mientras los independentistas insisten en «carpetas» como la financiación singular para Cataluña y un referéndum, los acuerdos parecen estar en una cuerda floja entre aspiraciones políticas y realidades legislativas. La situación en Cataluña se encuentra en un punto álgido, con ERC estableciendo un ultimátum para negociar con el PSC y evitar unas elecciones anticipadas. La presión del calendario, junto con las divisiones internas y las demandas específicas de financiación, complican el panorama. La estrategia y el manejo de estos factores determinarán si Salvador Illa puede ser investido como presidente de la Generalitat o si Cataluña se enfrentará a nuevas elecciones en octubre.