Lacalle en Santander: El Gobierno de Sánchez aumenta masivamente la deuda y los impuestos

El doctor en Economía, profesor y gestor de inversiones Daniel Lacalle llamó al Gobierno de España a revisar al alza sus previsiones de inflación para 2022 porque «ya no se las cree nadie». Así lo aseguró en Santander después de que se conociera el dato de la inflación de mayo, que ha empeorado hasta el 8,7%, muy por encima del 6,5% que prevé el Ejecutivo central para todo el año. «Si no hay una crisis aún mayor que desplome la demanda, ese horizonte ya no es creíble», remarcó Lacalle. A su juicio, «lo más importante es que los índices de precios industriales están subiendo un 45% y, con este escenario, que nadie espere que los precios al consumo vayan a bajar después. Si el Gobierno no reduce el gasto público es muy difícil que baje la inflación», remarcó.

Por otro lado, y en alusión a la confianza expresada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez de que la próxima entrada en vigor del tope al precio de gas ayude a deshinchar esta actual escalada de precios, el economista español aseguró que «los gobiernos no bajan la inflación, no cambian los precios. No existe el concepto de topar los precios del gas. Al final la ministra ya ha reconocido que lo vamos a pagar igual los consumidores», insistió para criticar esta medida. En su opinión, «España no depende del gas ruso y, por lo tanto, el concepto de isla energética debería de ser una ventaja para tener una menor inflación, no mayor. Es un absoluto desastre y una malísima noticia que la inflación subyacente -la que no tiene en cuenta los precios de la energía y de los alimentos- se haya disparado a los niveles más altos desde 1995. Esto lo que demuestra es que andar con intervencionismo en el precio del gas no soluciona nada, porque la inflación subyacente sigue su camino», zanjó.

Lacalle, que ofreció una conferencia invitado por el Centro Montañés de Investigación y Desarrollo Empresarial (CEMIDE) en la que analizó la actualidad empresarial, afirmó que la gestión económica del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que esta semana cumple cuatro años en La Moncloa, «todavía está por ver».

«A tirar del cheque en blanco de la UE y aumentar masivamente la deuda, los impuestos y los desequilibrios estructurales no le podemos llamar gestión. Cualquier gestor de una empresa estaría alarmado. Además, el gran problema va a venir a medio plazo, porque ahora todo lo disfraza la compra por parte del Banco Central Europeo del 100% de la deuda del país», alertó.

Asimismo, Lacalle criticó la reforma fiscal que el Gobierno prevé poner en marcha en el primer trimestre de 2023. «Reducir los desequilibrios fiscales aumentado los impuestos no solamente no funciona, sino que no ha funcionado nunca. La falacia de la consolidación fiscal vía ingresos está ya más que desmontada en todo el mundo y lleva a empeorar el potencial de crecimiento», afirmó.

Preguntado por las particularidades de Cantabria, Lacalle no dudó en señalar que la comunidad cuenta con «enorme potencial en el sector agroalimentario y la exportación de alimentos de alta calidad», que son, según subrayó, «los más demandados en el mundo». «En España, por alguna razón que aún no entiendo como economista, se demoniza al turismo y al sector primario, algo que no hace ninguna economía seria del mundo. Son sectores con un altísimo valor y altísima demanda que, además, podrían estar ayudando a recuperarnos mejor que otras economías de nuestro entorno», destacó.

Por último, Lacalle insistió en su visión de que los fondos europeos de recuperación «no son la panacea». «No han funcionado ni van a funcionar porque están diseñados desde el poder político, cuentan con una enorme burocracia y solo van a beneficiar, en caso de que lo hagan, a las empresas muy grandes», precisó. Para este economista, «ni España ni Europa han tenido jamás problemas para invertir con rentabilidad económica en digitalización, energías verdes o tecnología. Generar un enorme plan de gasto público para sectores que nunca han tenido problemas de financiación y no prestar atención a otros que sí la necesitan, lo único que va a hacer es que el dinero termine en el balance de las grandes empresas cuando el tejido empresarial español está formado fundamentalmente por pequeñas y medianas empresas», concluyó.