Política

El debate que lo cambiará todo: Harris y Trump se enfrentan por primera vez

El expresidente de Estados Unidos y candidato republicano, Donald Trump. / Mark Alfred
El próximo debate en Filadelfia será el primer encuentro entre Harris y Trump. Ambos candidatos se preparan intensamente, con equipos y estrategias contrastantes, en un evento crucial para sus campañas.

La próxima semana, el National Constitution Center en Filadelfia será escenario del primer enfrentamiento en persona entre Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris. Ambos se preparan intensamente con sus respectivos equipos para lo que será un debate de gran relevancia en la campaña electoral.

En el caso de Harris, un miembro de su equipo ha desempeñado el papel del expresidente para ayudarla a visualizar el escenario con antelación. Según fuentes, este miembro ha utilizado una corbata roja característica de Trump para hacer la representación más realista. Por su parte, Trump ha optado por evitar un entrenamiento específico con alguien que interprete a Harris, replicando en cambio el "tiempo de política" que utilizó en el pasado, una estrategia informal que usó antes de su debate con el presidente Joe Biden en junio. Ese encuentro resultó en un revés significativo para Biden, quien terminó retirándose de la carrera tres semanas después, lo que generó incertidumbre en el panorama político. A pesar del cambio en la lista de candidatos demócratas, el entorno de Trump señala que su preparación no ha variado mucho. Un cambio destacable ha sido la incorporación de Tulsi Gabbard, exrepresentante de Hawái y exrival de Harris en las primarias demócratas de 2020, quien ha sido invitada a colaborar con el equipo de Trump.

Los intercambios tensos entre Gabbard y Harris durante la campaña de 2020 generaron bastante atención, lo que hace que la participación de Gabbard en la preparación de Trump sea un hecho significativo. Sin embargo, aún queda por ver si el enfoque de Trump frente a una candidata más joven resultará efectivo. El equipo de Harris considera que ella parte con desventaja, ya que este será el séptimo debate de Trump en una elección general, lo que lo convierte en el candidato con más experiencia en este tipo de eventos.

Trump tiene una agenda de campaña relativamente ligera la semana previa al debate, lo que le permite dedicar tiempo a su preparación mientras se desplaza entre sus propiedades en Bedminster, Mar-a-Lago y la Torre Trump en Manhattan. Sus asesores le han recomendado que se enfoque en temas como la inflación y la inmigración, buscando vincular a Harris con las áreas más impopulares de la gestión de Biden, especialmente en estos dos temas donde Trump ha demostrado tener una ventaja en las encuestas. Asimismo, el equipo de Trump está preparando respuestas sobre derechos reproductivos, ya que se espera que Harris centre parte de su estrategia en este tema durante el debate.

Ambas campañas siguen negociando los detalles de las reglas del debate. Un punto en disputa es si los micrófonos estarán silenciados mientras uno de los candidatos no esté hablando. El equipo de Trump insiste en que el tema está resuelto y que los micrófonos deberían apagarse, como se hizo en el debate de junio, mientras que la campaña de Harris prefiere que los micrófonos permanezcan encendidos en todo momento.

Desde que Harris se convirtió en la abanderada del Partido Demócrata tras la retirada de Biden, ha intensificado sus preparativos para el debate. Su equipo está liderado por asesores experimentados como Rohini Kosoglu y Karen Dunn, junto con la participación de su jefa de gabinete, Lorraine Voles, y otros estrategas de alto nivel. También ha contado con el apoyo de Philippe Reines, quien simuló el papel de Trump en la preparación del debate de Hillary Clinton en 2016.

Harris ha recibido orientación de los dos únicos demócratas que han debatido previamente con Trump: Biden y Clinton. La relación cercana de Harris con ambos le ha permitido obtener valiosos consejos de cara a este enfrentamiento. A pesar de esta preparación, algunos de sus aliados han advertido que sería un error subestimar a Trump. En una entrevista reciente, el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, señaló que Trump ha demostrado su habilidad para ganar debates en el pasado y advirtió que Harris no debe confiarse demasiado.

Por su parte, el equipo de Trump se mantiene fiel a su enfoque tradicional. A diferencia de Harris, que ha participado en debates simulados, Trump no tiene a nadie interpretando a Harris en sus sesiones de preparación. En estas reuniones, sus asesores actúan principalmente como moderadores y las discusiones se centran en la revisión de políticas, con la participación de figuras como Jason Miller y Stephen Miller.

El debate representa un desafío distinto para Trump, especialmente debido a las diferencias entre Harris y Biden. Algunos aliados del expresidente han expresado su preocupación por el tono que podría adoptar Trump con Harris, dado que su estilo agresivo podría tener un impacto distinto al enfrentar a una mujer en un escenario público. Fuentes cercanas a Harris han señalado que la vicepresidenta está muy consciente de las tácticas que Trump podría emplear y está preparada para enfrentarlas con claridad.

El impacto de este primer encuentro en el electorado es incierto, pero las encuestas recientes muestran que Harris tiene una imagen favorable para el 46% de los votantes, mientras que Trump cuenta con un 33% de favorabilidad. Este cara a cara será un punto culminante en la campaña de ambos candidatos, ya que no se ha confirmado si participarán en un segundo debate.