Abascal llama a darle "el recibimiento que se merece" a Puigdemont
Abascal asegura que Vox estará frente al Parlament esperando a Puigdemont.
En un tono desafiante, el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha lanzado un mensaje contundente a sus seguidores y a la opinión pública: Carles Puigdemont debe ser recibido con hostilidad si cumple su promesa de regresar a España. El anuncio de Puigdemont de que ha iniciado su viaje de vuelta, tras permanecer huido desde 2017, ha encendido los ánimos políticos y sociales en un contexto ya de por sí tenso.
Abascal anima a la movilización
"Hay que dar al prófugo golpista el recibimiento que se merece si se atreve a pisar España", escribió Abascal en su perfil de la red social X (anteriormente conocida como Twitter). El líder de Vox subrayó que su partido estará presente frente al Parlament de Cataluña, esperando la llegada de Puigdemont para manifestar su rechazo. En su mensaje, garantizó que "Vox estará ante el Parlament esperándolo", reforzando así el llamado a la acción directa.
La vuelta de Puigdemont
Carles Puigdemont ha sido un personaje central en la política española desde su huida en 2017, tras el referéndum ilegal de independencia en Cataluña. Ahora, su anuncio de regresar para asistir al pleno de investidura del socialista Salvador Illa, programado para este jueves a las 10 de la mañana, ha generado un amplio debate y movilización tanto de sus partidarios como de sus detractores.
Protestas planeadas
Abascal no fue el único en llamar a la movilización. Ignacio Garriga, secretario general de Vox y diputado en el Parlament, también instó a los seguidores del partido a manifestarse con banderas de España para "impedir" que Puigdemont llegue caminando al Parlamento catalán. La protesta organizada por la plataforma 'S'ha acabat' está programada para este jueves a las 9:30, media hora antes del inicio del pleno.
El Lema: "Puigdemont a prisión"
El mensaje de Abascal concluye con el lema "Puigdemont a prisión", enfatizando el objetivo de Vox de ver al expresidente catalán tras las rejas por su papel en el procés y el referéndum de independencia de 2017. "Que sepa que no olvidamos todo el daño que causó (y que aún causa) a nuestra patria y a millones de españoles", añadió Abascal, subrayando el dolor y la división que los sucesos relacionados con el procés han causado en la sociedad española.
Tensión política y social
El posible regreso de Puigdemont y las respuestas polarizadoras de figuras como Abascal y Garriga reflejan la tensión política y social en España. La investidura de Illa, en sí misma un evento significativo, ahora se ve eclipsada por la incertidumbre y el potencial conflicto que podría generar la presencia de Puigdemont.
Reacciones y Consecuencias
La comunidad política y social ha reaccionado de diversas maneras al anuncio de Puigdemont y al llamado de Abascal. Mientras algunos sectores apoyan la manifestación y el rechazo a Puigdemont, otros ven en estos llamados una incitación a la confrontación y un agravamiento de la ya delicada situación política en Cataluña y España.
La legalidad en juego
La legalidad del regreso de Puigdemont y su potencial arresto también está en juego. El expresidente catalán enfrenta varios cargos en España y su retorno podría desencadenar un proceso judicial inmediato. Abascal y Vox parecen estar preparando el terreno para un enfrentamiento, tanto legal como social, con Puigdemont y sus seguidores.
El retorno de Carles Puigdemont a España, si se produce, será un momento crucial para la política española. La respuesta de Vox, liderada por Abascal, y las acciones de sus seguidores jugarán un papel importante en la evolución de este episodio. La llamada a dar a Puigdemont "el recibimiento que se merece" refleja la polarización y el fervor que aún envuelven el debate sobre la independencia de Cataluña y la unidad de España.
Este jueves, los ojos estarán puestos en el Parlament de Cataluña, no solo por la investidura de Illa, sino por la posible confrontación entre quienes ven en Puigdemont a un líder y quienes lo consideran un traidor. La historia, sin duda, se escribirá en las calles de Barcelona y en los pasillos del poder político.