POLÍTICA

¡Un juego peligroso! La enmienda Txapote desata una tormenta política

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / EP
La realidad paralela que la portavoz del Gobierno presentó el martes desde la sala de prensa de la Moncloa ha tenido una continuación inesperada en el Congreso, donde la polémica 'enmienda Txapote' se convirtió en el centro de atención

La situación se intensificó cuando el presidente del Gobierno y sus ministros activaron lo que algunos denominan la máquina del fango, defendiendo la idea de que el PP había votado a favor de la enmienda en las distintas fases del proceso legislativo, siendo plenamente conscientes de las implicaciones de su decisión. Según el Gobierno, esto implica que los populares estaban al tanto de que su voto permitía a etarras como Txapote, Kantauri y Anboto descontar años de condena. Sin embargo, después de que la noticia del voto se hiciera pública y la prensa conservadora reaccionara, el PP retrocedió ante la presión mediática.

La sesión en el Congreso

El debate se tornó álgido desde el inicio de la sesión, con el presidente Pedro Sánchez siendo el primero en desplegar este argumentario. Aunque comenzó su intervención hablando sobre la crisis migratoria, pronto fue interpelado por Alberto Núñez Feijóo, quien redirigió la conversación hacia los presos de ETA y la supuesta existencia de un pacto oculto con Bildu. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, intentó contener la discusión, pero el líder del PP planteó una pregunta directa a Sánchez: "¿Usted sabe lo que vota o no?" cuestionando la responsabilidad del partido en la votación.

Respuestas del Gobierno

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también se sumó a esta línea de ataque. En un momento tenso, el portavoz del PP, Miguel Tellado, mostró una imagen de los 12 dirigentes socialistas que fueron asesinados por ETA, lo que Montero calificó de "vergüenza nacional". La ministra no escatimó en reproches, sugiriendo que el PP había querido trasladar la responsabilidad a otros tras darse cuenta de las repercusiones de su voto.

Por su parte, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, defendió la enmienda, argumentando que la Audiencia Nacional había advertido de una desigualdad manifiesta en el trato a los ciudadanos españoles en comparación con los ciudadanos comunitarios, y que la reforma era necesaria para corregir este déficit. Sin embargo, esta argumentación no pudo evitar que surgieran preguntas críticas sobre por qué la modificación de la ley orgánica 7/2014 no fue incluida en el anteproyecto original que había presentado el ministro Félix Bolaños en marzo.

La polémica de la enmienda Txapote

El hecho de que la 'enmienda Txapote' no hubiera sido parte del texto inicial y que fuese presentada en el trámite en la comisión por el grupo de Sumar, en lugar del Grupo Parlamentario Socialista, añade una capa de controversia a toda la situación. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, insistió en que su Gobierno no beneficia a ningún preso de ETA y que simplemente cumple con la ley, mientras que otros, como Cayetana Álvarez de Toledo, del PP, expresaron que el error cometido por su partido era grave, pero enfatizaron que las acciones del Gobierno eran aún más inaceptables.

Reacciones y consecuencias

El tono irónico del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, enfatizó la tensión, recordando a los diputados del PP que "el eslogan malvado de 'que te vote Txapote' les ha vuelto", sugiriendo que el contexto actual era un reflejo de sus propias decisiones. Rufián añadió que, en última instancia, "los que han votado a Txapote son ustedes", encapsulando la frustración del debate.

El cruce de acusaciones y el intento de cada bando por desviar la responsabilidad continuaron marcando el debate. Mientras el Gobierno trataba de enfatizar su posición y las necesidades legislativas detrás de la enmienda, el PP buscaba reafirmar su inocencia en un asunto que, a ojos del público, parecía estar lleno de contradicciones. Este episodio no solo resalta la polarización política en España, sino que también subraya la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en los procesos legislativos que afectan a temas tan sensibles como el terrorismo y la justicia.