En un acto de descontento sin precedentes, miles de ciudadanos españoles han colmado nuevamente las calles de Madrid en una manifestación masiva que se dirigió hacia el Congreso, expresando su enérgico rechazo a la propuesta de amnistía promovida por Pedro Sánchez para los independentistas catalanes vinculados al proceso independentista. La Gran Vía fue el epicentro de esta poderosa demostración de disconformidad que atrajo a una audiencia considerablemente mayor que en jornadas anteriores, extendiéndose pacíficamente por más de una hora y media. Los participantes, enarbolando proclamas en contra de la amnistía, de Sánchez, Puigdemont y a favor de la unidad de España, revivieron con pasión los cánticos ya entonados en días previos.

Las consignas resonaron con fuerza: "¡Sánchez traidor!", "¡Sánchez dimite!", "¡Puigdemont a prisión!", "¡España no se vende, España se defiende!", "¡No nos engañan, Cataluña es España!", "¡Que te vote Txapote!", "¡Nuestro presidente es un delincuente!".

El martes marcó la quinta jornada consecutiva de protestas contra el gobierno socialista, siendo el lunes el día más tenso con cargas policiales que diversos sindicatos calificaron como "desproporcionadas". En respuesta, se elevó la exigencia de dimisión del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín.

En el fragor de las manifestaciones, los agentes antidisturbios recurrieron al uso de gases lacrimógenos, desencadenando caos y confusión en las calles circundantes a Ferraz. El saldo fue de tres detenciones y al menos una decena de heridos, entre ellos, personas mayores que participaban de manera pacífica.

Dos Frentes de Protesta: La Marcha desde Pintor Rosales y la Tensión en Ferraz

Simultáneamente, una marcha convocada desde Pintor Rosales una hora antes de la concentración oficial frente a Ferraz tomó las riendas de un recorrido estratégico. Después de acercarse al cruce de Marqués de Urquijo con Ferraz, el grupo dio media vuelta, desplazándose por el centro de Madrid, la Gran Vía completa y avanzando por el Paseo del Prado hacia el Congreso de los Diputados. El punto culminante fue una sentada simbólica. Este tramo también experimentó una firme presencia policial, con vallas y furgones bloqueando el acceso al inicio de la Carrera de San Jerónimo.

Mientras tanto, en la concentración principal en Ferraz, la tensión se palpaba entre los manifestantes y grupos de jóvenes radicales. Cánticos provocativos como "Marlaska maricón" o "la Constitución destruye la Nación" resaltaron la disputa. La quema de bengalas y los intentos de derribar vallas, acompañados del canto del 'Cara al Sol', provocaron reacciones adversas, incluyendo pitos por parte de otros manifestantes. La Policía Nacional respondió con un despliegue significativo para mantener la integridad y seguridad en la zona.

Un grupo de violentos radicales monta una batalla

Un tumulto se desató frente a la sede del Partido Socialista en Ferraz, interrumpiendo la manifestación pacífica que se llevaba a cabo el martes. Después de más de dos horas de concentración tranquila, un grupo de individuos radicales irrumpió en el cordón policial derribando vallas y desencadenando enfrentamientos con los agentes al lanzar adoquines. Estos manifestantes también erigieron barricadas improvisadas con cubos de basura y contenedores para evitar la respuesta de los antidisturbios. En respuesta, la policía cargó contra ellos y empleó gases lacrimógenos.

Las cargas policiales generaron avalanchas, obligando a los manifestantes pacíficos a buscar refugio en portales de viviendas y establecimientos locales. Numerosas personas resultaron heridas y tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia del Samur.

Como consecuencia de los disturbios, al menos seis personas fueron detenidas por desórdenes públicos, incluyendo cinco hombres y una mujer.