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La maniobra de Puigdemont: ¿Es esta su última carta para regresar?

El expresidente de la Generalitat y prófugo de la justicia, Carles Puigdemont. Glòria Sánchez / Archivo
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, prepara su apelación ante el Tribunal Constitucional, argumentando que no debería haber obstáculos para su amnistía, mientras Junts tensa su relación con el PSOE

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, ha presentado un recurso de apelación ante la sala penal del Tribunal Supremo contra la decisión de no aplicar la amnistía a su persona, basándose en la consideración del tribunal de que la malversación no es un delito amnistiable. Este movimiento es solo el inicio de lo que Puigdemont califica como su "momento de la verdad", con planes de llevar su caso al Tribunal Constitucional (TC).

Un recurso que marca la pauta

Puigdemont sostiene que en el TC, donde los jueces han sido nombrados por Pedro Sánchez, no debería haber obstáculos para que se acepte la amnistía y le permita regresar a España. Este recurso ante el Supremo coincide estratégicamente con el anuncio de que Junts no apoyará los presupuestos generales del Estado, lo que revela la hoja de ruta del partido y su intención de presionar al Gobierno.

La situación se complica aún más, ya que Junts no tomará decisiones definitivas sobre su relación con el PSOE hasta que el TC se pronuncie sobre el caso de Puigdemont. Miriam Nogueras, portavoz del grupo parlamentario desde Bruselas, ha dejado claro que la respuesta del Constitucional será crucial para determinar el futuro político de la formación.

El plan de Junts y las inquietudes del PSOE

Junts espera que el recurso en el Supremo sea rechazado, preparándose ya para presentar un texto ante el TC. Sin embargo, Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, expresa su preocupación por posibles inhibiciones de miembros del TC cercanos al PSOE, lo que podría complicar la situación de Puigdemont.

Desde el PSOE, existe una percepción de que cualquier avance en el proceso judicial de Puigdemont podría afectar su capacidad para mantener el apoyo de Junts en el Congreso. La relación entre ambos partidos se ha vuelto tensa, y Sánchez ha dejado de considerar a Junts como una fuerza progresista, refiriéndose a ellos como "derecha independentista".

La estrategia parlamentaria de Junts

Mientras se espera la decisión del juez Pablo Llarena y el posterior pronunciamiento del TC, Junts continuará su estrategia de sabotear votaciones clave en el Congreso. La dirección del partido no está dispuesta a romper oficialmente con el PSOE, ya que eso podría facilitar que cualquier concesión que Sánchez haga a Cataluña sea vista como un resultado de las negociaciones con ERC, no con Junts.

Un panorama incierto

Sánchez ha mostrado su frustración por las dificultades en el Congreso, especialmente tras la reciente pérdida de la votación sobre la regulación de los alquileres, influenciada por la postura de Junts. En este contexto, el PSOE prefiere que la situación de Puigdemont se prolongue, evitando una resolución que podría comprometer su apoyo en el Parlamento.

El desenlace del recurso ante el TC será determinante no solo para Puigdemont, sino también para el futuro de la relación entre Junts y el Gobierno. La cúpula del partido independentista, que se prepara para un congreso en el que Puigdemont será elegido presidente, tiene claro que su estrategia debe centrarse en presionar al PSOE sin que se materialice una ruptura definitiva.

La situación de Puigdemont y la respuesta de Junts ponen en jaque la estabilidad del Gobierno de Sánchez, mientras el expresidente busca nuevas vías para regresar a España. Con un futuro incierto y un escenario político tenso, tanto Puigdemont como Junts parecen decididos a seguir presionando, planteando un desafío significativo para el actual ejecutivo.