Crisis en el PSOE

La preocupación crece en el PSOE tras la fuga de Puigdemont

La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, el presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez Castejón, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, durante la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE. Carlos Luján / Archivo
El PSOE enfrenta una preocupación interna tras el desafío de Puigdemont. La dependencia del Gobierno de Sánchez del líder fugado genera tensión y desconcierto en el partido.

El PSOE enfrenta un momento de incertidumbre tras el más reciente desafío de Carles Puigdemont. La reacción del Gobierno, que intenta minimizar lo ocurrido, contrasta con la creciente preocupación entre dirigentes y cuadros del partido, quienes ven con alarma la situación y consideran que "así no se puede seguir".

El intento de mantener la calma frente a la situación televisada del jueves, que implicó la llegada y posterior fuga del ex presidente de la Generalitat, contrasta con la inquietud en diversas federaciones del PSOE. A pesar de que la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat es valorada positivamente, ya que marca el fin de doce años de hegemonía independentista, el hecho de que la gobernabilidad del Ejecutivo dependa en gran medida "de un fugado a quien los Mossos de Esquadra buscaban en los maleteros de los coches por Barcelona", según palabras de un alcalde socialista, genera gran preocupación.

Desde La Moncloa, la Dirección Federal en Ferraz, y casi todos en el partido, se daba por sentado que Puigdemont aprovecharía la ocasión para restar protagonismo a Illa y hacer pagar a ERC por lo que considera una "traición" al proceso independentista. Se asumía que Puigdemont se entregaría pacíficamente a los Mossos, quienes lo llevarían ante el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena en Madrid. Sin embargo, lo que ocurrió complica no solo el futuro legal del ex presidente catalán, sino también el político del Gobierno de Pedro Sánchez. Un destacado dirigente socialista advirtió que, si Puigdemont fuera detenido, "lo más probable es que Llarena decrete su ingreso en prisión provisional por riesgo de fuga más que acreditado", lo que podría desestabilizar aún más la legislatura, según publica VozPópuli.

Además, tras lo sucedido en Barcelona, se plantea una pregunta clave: "¿Puede volver Santos Cerdán a entrevistarse en Ginebra, o donde sea, con quien ha ridiculizado de esta manera a los Mossos, a los jueces y a todos?", expresando la indignación y resignación que sienten muchos en el PSOE. La mayoría de los consultados opina que el silencio del gabinete, y en particular la falta de declaraciones del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, indica que Sánchez intentará minimizar la situación y continuar apoyándose en Puigdemont para mantener la mayoría parlamentaria.

La preocupación ya no se limita a los críticos habituales como Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, y Javier Lambán, líder del PSOE en Aragón. Desde que se conoció el acuerdo entre el PSC y ERC para investir a Illa a cambio de un concierto fiscal que permita a Cataluña recaudar el cien por cien de sus impuestos, otros dirigentes han expresado sus reservas. El presidente de Asturias, Adrián Barbón, junto a los líderes socialistas en Madrid, Juan Lobato; Castilla y León, Luis Tudanca; y Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, han apoyado la investidura de Illa, pero "no a cualquier precio"; no al coste de perjudicar a sus comunidades, que dependen del régimen común de financiación.

Tras la investidura, García-Page expresó en la red social X que siente "una profunda vergüenza y un profundo sonrojo porque la gobernabilidad de España dependa de alguien como Puigdemont. Espero que ya nadie le incluya cuando se hable de mayoría progresista". Estas declaraciones, compartidas en silencio por otros cuadros del partido, representan un golpe dialéctico contra Sánchez.

Barbón, por su parte, calificó lo ocurrido el jueves en Barcelona como "una cosa loca". "Esto de que entro, voy y me escapo... Estamos todos sorprendidísimos... Aparece para que le aplaudan y luego desaparece porque tiene miedo que le detengan", afirmó el presidente asturiano.

Todo esto sucede en un momento delicado para el Gobierno, que está intentando reactivar la negociación presupuestaria con Junts y otros socios, después de que el partido de Puigdemont tumbara el techo de gasto en el último pleno antes de las vacaciones. El Ejecutivo planea presentar nuevamente el proyecto en septiembre, pero lo ocurrido en la investidura de Illa ha generado desconcierto en el Gobierno, según una fuente interna.