Fuga de Puigdemont

Puigdemont se burla de la policía: ¿Cómo pasó de tres pisos a la frontera sin ser detenido?

El expresidente de la Generalitat y prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont. David Zorrakino / Archivo
El expresidente de la Generalitat y prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont, se ocultó en tres pisos en Barcelona antes de huir a Bélgica, aprovechando la suspensión de la operación jaula de los Mossos. Turull detalló la fuga y la estrategia utilizada.

Carles Puigdemont se ocultó en tres domicilios particulares antes de abandonar Barcelona el pasado 8 de agosto, según ha revelado Jordi Turull, secretario general de Junts. Este detalle surge en un contexto donde se están conociendo más pormenores sobre cómo el ex presidente de la Generalitat logró evadir a los Mossos d'Esquadra durante su visita a Cataluña. El viaje de Puigdemont a Barcelona tenía como objetivo principal ofrecer un mitin cerca del Parlament y luego retornar a Bélgica, evitando así ser arrestado.

Turull, quien acompañó a Puigdemont en su paso por España, explicó que el ex mandatario catalán permaneció oculto en tres diferentes pisos de la capital catalana, todos ofrecidos por particulares que le brindaron refugio. No fue hasta las ocho de la tarde cuando ambos abandonaron la ciudad, seis horas después de que la policía autonómica catalana decidiera suspender la "operación jaula", un dispositivo diseñado para cerrar las principales vías de escape y evitar que Puigdemont cruzara la frontera francesa, con el objetivo de ponerlo a disposición del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. El magistrado reclama a Puigdemont por un delito de malversación que no ha sido amnistiado.

Turull, en declaraciones realizadas este lunes, confirmó que Puigdemont pasó la noche del 7 de agosto en un piso cercano al Arco de Triunfo, desde donde al día siguiente lanzó su mensaje desafiando a la Justicia. Sin embargo, decidió no intentar ingresar al Parlament para asistir a la investidura de Salvador Illa, como había prometido.

En una entrevista concedida a la emisora Rac1, Turull relató que desde el primer piso se trasladaron en coche a otra vivienda en la misma ciudad. En ese segundo piso permanecieron mientras seguían el desarrollo del dispositivo policial. A la una de la tarde, al percatarse de la imposibilidad de acceder a la Cámara catalana sin ser arrestado, decidieron poner rumbo al extranjero. Desde ese segundo piso, se trasladaron a un tercero, ubicado en una zona más alejada del centro. El traslado se hizo en otro vehículo que los esperaba en el estacionamiento de la finca donde se encontraban. Puigdemont viajaba en la parte trasera del coche, cuyas ventanas estaban cubiertas con parasoles para evitar ser visto. Durante todo el día, ambos líderes de Junts mantuvieron la comunicación con su entorno mediante un teléfono sin conexión a internet, una medida que, según Turull, fue tomada para evitar la detección.

A las ocho de la tarde, cuando ya no había un control policial tan estricto, Puigdemont y Turull emprendieron el viaje hacia Waterloo por carretera, logrando evitar su detención. "Los Mossos no hicieron el ridículo; quien lo hizo fue su dirección política", afirmó Turull, responsabilizando directamente al entonces consejero de Interior de ERC, Joan Ignasi Elena.

Por su parte, los Mossos han reconocido las deficiencias del operativo desplegado para capturar a Puigdemont. En un informe enviado al juez Llarena, el cuerpo policial autonómico admitió la existencia de "errores" en el plan desarrollado en los alrededores del Parlament. El documento, firmado por el comisario jefe Eduard Sallent, subraya que la huida de Puigdemont fue posible "gracias a una maniobra de distracción desarrollada con la cooperación involuntaria de miles de personas y la actividad organizada de un grupo de colaboradores próximos".