Italia ha logrado reducir significativamente los flujos migratorios, disminuyéndolos a más de la mitad gracias a acuerdos con varios países africanos. El Gobierno de Giorgia Meloni ha adoptado una postura rigurosa para controlar la inmigración ilegal, especialmente desde África. Este enfoque incluye la firma de múltiples acuerdos y tratados con las naciones de origen de estos migrantes.

Meloni ha realizado varias visitas a Libia, Egipto y Túnez, siendo este último país el más frecuente en sus viajes, con hasta cuatro visitas en el transcurso del año. Gracias a estas acciones, la inmigración desde Túnez ha disminuido en un 77% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Meloni ha proporcionado una ayuda de 331 millones de euros al presidente de Túnez, Kais Saied, lo que ha contribuido a esta notable reducción.

Por otro lado, el Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, ha planeado una inversión superior a los 300 millones de euros para Mauritania en los próximos años para controlar el aumento de la inmigración ilegal. Esta inversión se divide en 200 millones para fomentar la inversión de empresas españolas, 60 millones para proyectos de desarrollo y 50 millones para cooperación financiera.

Ambos gobiernos han buscado el apoyo de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para formalizar acuerdos que involucran a toda la Unión Europea. En el caso italiano, el plan conocido como el "Plan Mattei" para África incluye inversiones en educación, energía y agricultura, con un presupuesto de 5.500 millones de euros destinados a diversos proyectos en el continente africano.

El Plan Mattei se basa en la premisa de que África no es un continente pobre, ya que posee el 30% de los recursos minerales globales y el 60% de las tierras cultivables. Además, Italia ha mantenido acuerdos con Argelia para asegurar el suministro de energía y ha ofrecido un paquete de 7.400 millones de euros a Egipto para apoyar su economía y la integración de refugiados.

En términos de política migratoria interna, el gobierno italiano ha incrementado las denegaciones de asilo en un 91% y las revocaciones de protección internacional en un 10%. Asimismo, se han impuesto restricciones a las ONG que trabajan en la asistencia a migrantes.

Por su parte, durante una visita a Mauritania, Pedro Sánchez prometió regularizar a 250.000 trabajadores migrantes. El Ejecutivo español estima que entre 200.000 y 250.000 trabajadores migrantes serán necesarios hasta 2050 para sostener el estado de bienestar en España.