Moscú encuentra en La Habana un aliado estratégico para desafiar a Washington
En un movimiento que resuena con las reverberaciones de la Guerra Fría, Cuba ha anunciado su disposición a permitir la entrada de submarinos y fragatas rusas en sus aguas, en un gesto de apoyo a Moscú y desafío a Washington. La justificación oficial de la dictadura cubana es la "amistad y colaboración", un término que contrasta con la retórica que utilizaría La Habana si la situación involucrara a los Estados Unidos, donde tal acción podría ser etiquetada como subordinación y servilismo ante el imperialismo. Este movimiento se produce como respuesta a la autorización de EE.UU. para que Ucrania realice ataques limitados dentro del territorio ruso con municiones estadounidenses.
"Al final, si vemos que estos países se involucran en una guerra contra nosotros, lo que están haciendo los involucra directamente en una guerra contra la Federación Rusa, nos reservamos el derecho de actuar de la misma manera", afirmó el presidente ruso Vladimir Putin en referencia a los países occidentales que apoyan a Kiev.
Este desarrollo refleja la creciente dependencia de Cuba del petróleo y la ayuda rusa para hacer frente a la peor crisis económica que ha enfrentado en décadas como resultado del fracaso del modelo comunista. La isla caribeña ha sido durante mucho tiempo un aliado clave de la ex Unión Soviética, como evidenciado durante la crisis de los misiles cubanos en 1962, cuando brevemente albergó misiles nucleares soviéticos en su territorio.
El régimen cubano ve en esta coyuntura una oportunidad para revitalizar su relación política con Rusia, que se ha fortalecido desde la reunión entre el heredero de la dictadura cubana Miguel Díaz-Canel y el presidente Putin en 2022. En esa reunión, Díaz-Canel expresó su apoyo a Rusia en su conflicto con Ucrania y criticó la "manipulación geopolítica" por parte de los Estados Unidos y la OTAN.
Por su parte, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia se han intensificado con la invasión de Ucrania, y la presencia naval rusa cerca del territorio estadounidense ha aumentado, aunque los funcionarios estadounidenses no consideran amenazante la llegada de los buques rusos a Cuba.