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Zelenski hace cambios drásticos en su gabinete y seis ministros dimiten

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski. / EP
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, ha presentado su dimisión en un giro inesperado que podría señalar el mayor cambio en el gobierno de Volodimir Zelenski desde el inicio de la invasión rusa

Esta renuncia, junto con una serie de otras dimisiones ministeriales, refleja una estrategia para fortalecer las instituciones ucranianas en un momento crucial de la guerra.

El panorama político de Ucrania está en ebullición tras el anuncio sorprendente de la dimisión de Dmitro Kuleba, el hasta ahora ministro de Exteriores del país. La noticia, que ha sacudido a la comunidad internacional, no solo marca un cambio significativo en el gabinete de Volodimir Zelenski, sino que también podría ser el primer paso hacia una transformación más profunda del gobierno ucraniano en medio de la guerra con Rusia.

Kuleba, quien ha sido una figura clave en la diplomacia ucraniana durante los últimos meses, ha decidido dar un paso al costado en un momento en que Ucrania enfrenta uno de sus mayores desafíos. Su dimisión no solo cierra una etapa en la historia reciente de Ucrania, sino que también abre un nuevo capítulo en el que la administración Zelenski buscará redefinir su estrategia y estructura gubernamental.

Volodimir Zelenski ha utilizado sus redes sociales para tranquilizar a la población y explicar que estas renuncias son parte de un esfuerzo mayor para “dar nueva fuerza” a las instituciones del país. Según el presidente, esta reorganización es esencial para fortalecer el gobierno y afrontar con mayor eficacia los retos impuestos por la invasión rusa. En sus palabras, “El otoño será un mes muy importante para Ucrania. Las instituciones estatales deben estar organizadas de tal manera que Ucrania logre todos los resultados que necesitamos para todos”.

Kuleba, quien ha sido el ministro de Exteriores más joven de la historia de Ucrania, se destacó por su activa participación en la política exterior del país y por su resiliencia en tiempos de crisis. Desde el inicio de la invasión rusa, Kuleba ha sido la cara visible de Ucrania en el escenario internacional, buscando apoyo y solidaridad en todo el mundo. Su papel ha sido crucial, especialmente en la tarea de multiplicar la acción exterior de un país en guerra contra una potencia nuclear.

La renuncia de Kuleba no llega sola. Junto a él, Olga Stefanishyna, viceprimera ministra para la integración europea y euroatlántica, Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra para la reintegración de los territorios temporalmente ocupados, Oleksandr Kamyshin, ministro de Industrias Estratégicas, Denys Malyuska, ministro de Justicia, Ruslan Strilets, ministro de Protección Ambiental y Recursos Naturales, y Vitaliy Koval, jefe del fondo de propiedad estatal, también han presentado su dimisión.

Estas dimisiones podrían ser indicativas de una reorganización más amplia en el gobierno. Fuentes cercanas al Ejecutivo han sugerido que algunos ministerios podrían fusionarse y que se podrían crear nuevos cargos para abordar las nuevas necesidades que la guerra ha puesto de manifiesto. La reestructuración parece ser un intento de optimizar la administración en un contexto de crisis prolongada y creciente presión internacional.

A pesar de la magnitud de estos cambios, Denys Shmyhal, el primer ministro y estrecho colaborador de Zelenski, permanecerá en su puesto. Se espera que Shmyhal juegue un papel central en la nueva configuración del gobierno, y las fuentes indican que Kuleba podría ser asignado a una nueva tarea dentro del nuevo esquema gubernamental.

David Arakhamia, jefe del partido Servidor del Pueblo de Zelenski en el parlamento, ha añadido más leña al fuego al sugerir que más de la mitad del gabinete actual será “trasladado o reemplazado en los próximos días”. Esta afirmación subraya la magnitud de la reforma que se está gestando y la urgencia con la que el gobierno ucraniano está abordando la situación.

El momento elegido para esta reorganización es crítico. La guerra con Rusia ha entrado en su 30º mes, y Ucrania se encuentra en una encrucijada. En el este del país, Kiev está intentando contener la ofensiva rusa mientras se esfuerza por consolidar el territorio que ha ganado en la región de Kursk. Los misiles de largo alcance y el veto estadounidense sobre su uso contra las bases aéreas rusas continúan siendo una fuente de gran preocupación y presión para el gobierno ucraniano.

El desafío para el nuevo ministro de Exteriores será monumental. Deberá negociar con aliados internacionales para desbloquear el uso de esos misiles que podrían ser decisivos en la lucha contra las fuerzas rusas. Además, tendrá que gestionar una diplomacia activa en un momento en que Ucrania busca maximizar el apoyo internacional mientras enfrenta una crisis interna y externa.

En este contexto de incertidumbre y transformación, el liderazgo de Zelenski y su capacidad para adaptarse a las circunstancias se pondrán a prueba. La reorganización del gobierno no solo busca responder a las exigencias de la guerra, sino también fortalecer las instituciones de un país que sigue enfrentando desafíos sin precedentes en su historia reciente.

El próximo periodo será crucial para Ucrania, y el éxito de esta nueva etapa dependerá en gran medida de cómo se manejen estos cambios y de la capacidad del gobierno para unificar esfuerzos internos y externos en medio de una guerra que no muestra signos de cesar.