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Liencres viaja al pasado: un campamento visigodo recrea la vida de los invasores del siglo V

Recreación histórica de un campamento visigodo en Liencres. / A.E.

Este fin de semana, la Plaza Martínez de la Pedraja en Liencres se transforma en un campamento visigodo, recreando la cultura material de los visigodos que se asentaron en la Península Ibérica durante la Alta Edad Media

Un campamento recreará este fin de semana en la Plaza Martínez de la Pedraja de Liencres la cultura material de los visigodos que invadieron la Península Ibérica a principios del pasado siglo V, lugar en el que se asentaron hasta buena parte de la Alta Edad Media.

Se trata de una actividad de carácter didáctico organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Piélagos dentro de los actos conmemorativos del 20 aniversario del descubrimiento del yacimiento arqueológico de la Cueva de Las Penas, en Mortera.

Además de una muestra de armas, textiles y enseres de la vida cotidiana de la época, en el campamento de Liencres se sucederán a lo largo de dos jornadas las actividades y los talleres desarrollados por la Asociación “Clan del Cuervo” para que los visitantes, tanto adultos como niños, puedan experimentar de primera mano cómo vivían los visigodos que habitaron en Cantabria.

Yeyo Balbás, miembro de la Asociación “Clan del Cuervo”, hace hincapié en que, “muchas veces, cuando nos aproximamos a la historia conocemos bien los hechos políticos o las grandes gestas militares pero nosotros -en alusión a la asociación a la que pertenece- intentamos recrear la vida cotidiana de la gente común, sobre todo su cultura material”.

“En ocasiones, vemos objetos en los museos, pero no sabemos cómo se hicieron”,  reflexiona Yeyo Balbás, quien incide en que “nuestro desafío es usar las mismas herramientas y los materiales para reproducirlos con un objeto divulgativo”.

Bajo esta premisa, durante la jornada de hoy sábado, 27 de julio, (de 10:30 a 14:30 y de 16:30 a 20:00 horas) y mañana, domingo, día 28, (entre las 10:30 y las 14:00 horas), habrá talleres artesanales de oficios  con charlas y demostraciones de fundición de bronce; cerámica; cocina con alimentos propios de la época o de Scriptorium, para mostrar cómo se hacían los libros con pigmentos y herramientas de la época.

Además, destaca, habrá taller de medicina a cargo de Silvia Carnicero la antropóloga forense que estudió lo huesos que aparecieron en la Cueva de las Penas;  de forja  o de  textil, en el que el público podrá comprobar cómo, a partir materias primas bastante humildes como la lana o el lino, se conseguían productos de valor añadido como era la indumentaria.

20 años de un hallazgo único

En 2024 se cumplirán 20 años desde que el grupo de espeleología GEIS C/R, junto con miembros de Mortera Verde, descubrieron en la Cueva de Las Penas o Los Perros, en la localidad de Mortera, un importante yacimiento arqueológico en el municipio de Piélagos.

Fue entonces cuando el Servicio de Patrimonio del Gobierno de Cantabria, bajo la dirección de la arqueóloga Ángeles Valle,  realizó en primer lugar un detallado estudio de la cavidad, que confirmó hallazgos de gran importancia, entre los que destaca una placa decorada en bronce de un antiguo cinturón hispanovisigodo.

La presencia de estos objetos de los siglos VII y VIII, junto a restos humanos, hace pensar que la cueva fue un templo funerario, es decir, que sirvió de cementerio en un periodo poco conocido de nuestra historia, ya que en Cantabria únicamente se sabía de enterramientos en otras cuevas como la de La Garma.

Para evitar la desaparición de estos restos, también en 2004, se hizo una excavación en la que un equipo de arqueólogos y voluntarios encontró los restos de 13 cadáveres, que habían sido enterrados junto cinco cinturones, pendientes, un anillo y un encendedor; así como con objetos domésticos como calderos y ollas y distintas armas como hachas y lanzas.

Todos estos objetos, especialmente los broches de cinturón, que están considerados como la mejor colección del norte de España, se encuentran expuestos, en la actualidad, en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), de Santander, pero también en el Centro de Interpretación del Valle de Piélagos, donde hay una réplica de los mismos.