Vox Cantabria sigue en el ojo del huracán. La reciente sanción de seis meses impuesta a Leticia Díaz por acoso laboral no solo ha sacudido a la formación en la región, sino que ha reavivado las tensiones surgidas en 2023, cuando la dirección nacional decidió apartar a Cristóbal Palacio del primer puesto en la lista al Congreso. Hoy, en septiembre de 2024, Palacio ha decidido hurgar en la herida, mostrando su apoyo incondicional a la sanción y a la víctima, una acción que amenaza con profundizar la crisis en el partido. Evidenciando que el partido en Cantabria está desnortado y ahora es una agrupación poco de fiar.

Una división que nunca cerró desde 2023

El origen de la actual tormenta en Vox Cantabria se remonta a junio de 2023, cuando la dirección nacional del partido decidió relegar a Cristóbal Palacio, entonces el hombre fuerte de Vox en la región. Palacio, que había sido portavoz del partido en el Parlamento de Cantabria, fue apartado de la candidatura al Congreso, donde fue relegado al número dos, dejando el liderazgo en manos de Emilio del Valle.

"Considero que no es el momento de formar parte de la lista de Vox al Congreso de los Diputados", declaró Palacio tras conocer la noticia, haciendo evidente su malestar y marcando distancia con la decisión de la dirección. A partir de ese momento, el conflicto interno quedó abierto, con Leticia Díaz tomando las riendas del grupo parlamentario, mientras el ala fiel a Palacio mantenía su descontento latente.

La sanción a Leticia Díaz: un nuevo capítulo en la crisis

La sanción impuesta en 2024 por el Comité de Garantías de Vox a Leticia Díaz ha sido el detonante de una nueva escalada de tensiones. Díaz, acusada de acoso laboral por una trabajadora, ha sido sancionada con la suspensión de sus derechos como afiliada durante seis meses. Sin embargo, a pesar de esta sanción, Díaz sigue manteniendo su puesto como portavoz parlamentaria, lo que ha generado aún más controversia dentro del partido.

La respuesta de Cristóbal Palacio no se ha hecho esperar. "Todo mi apoyo a la víctima y mi respeto al Comité de Garantías de Vox", afirmó en su cuenta de X (anteriormente Twitter), dejando claro que respalda la sanción y se desmarca completamente de Díaz. Este gesto, lejos de ser neutro, ha sido interpretado como un golpe directo al liderazgo actual de Díaz y un intento de reavivar su propia influencia dentro del partido.

Un conflicto de liderazgos sin resolver

La sanción a Leticia Díaz no es un caso aislado, sino un síntoma de un conflicto mayor: la batalla por el control de Vox en Cantabria. Desde que Palacio fue apartado de la portavocía en 2023, las luchas internas en el partido no han cesado. Díaz, que asumió el liderazgo en ese momento, ha tenido que lidiar con un grupo parlamentario dividido, donde los leales a Palacio nunca vieron con buenos ojos su ascenso.

"Es la hora de la política coherente", afirmó Palacio, en lo que muchos interpretan como un mensaje dirigido tanto a la dirección nacional como a sus críticos dentro del partido. Para él, la sanción a Díaz es una oportunidad para redibujar el panorama de Vox en Cantabria y reivindicar su papel como una figura relevante.

La reacción de la dirección nacional: silencio y prudencia

Mientras tanto, la dirección nacional de Vox, que ha intentado mantener el control en medio de estas luchas internas, ha optado por la prudencia en este caso. En un comunicado emitido tras la sanción, el partido señaló que "en Vox nunca comentamos las resoluciones del Comité de Garantías", subrayando que este órgano es independiente y que cualquier resolución es susceptible de recurso.

Sin embargo, este silencio estratégico no ha conseguido frenar las especulaciones sobre el futuro de Vox en Cantabria. Con la sanción a Díaz y el apoyo público de Palacio a la víctima, la percepción de que el partido atraviesa una crisis de liderazgo se ha intensificado. Las bases de Vox en Cantabria, que en su mayoría respaldaron a Palacio en las elecciones autonómicas de 2023, ahora se encuentran en una situación de incertidumbre.

¿Puede Vox sobrevivir a esta fractura?

Con las elecciones generales de diciembre de 2024 a la vista, Vox no puede permitirse más divisiones. La crisis de confianza generada por la sanción a Díaz y la batalla de liderazgos en Cantabria plantea dudas sobre la capacidad del partido para mantener su unidad. Para algunos observadores, la salida pública de Palacio en apoyo a la sanción es un intento de recuperar el terreno perdido y restablecer su autoridad dentro del partido.

El futuro de Vox en Cantabria parece depender de cómo se gestione esta situación. ¿Será capaz la dirección nacional de mediar en este conflicto? ¿Logrará Palacio consolidar su regreso o será Díaz quien mantenga el control? Lo único claro es que, como Palacio ha señalado en repetidas ocasiones, "sin coherencia política, no hay proyecto".

Una crisis con ramificaciones nacionales

Lo que está sucediendo en Cantabria no es solo un problema local. La forma en que Vox gestione esta crisis puede tener ramificaciones nacionales. Si el conflicto se agrava, podría afectar a la imagen del partido en el resto del país, especialmente en un momento en el que Vox se enfrenta a retos electorales importantes. La pregunta que queda en el aire es si la dirección nacional de Vox tomará medidas para resolver este conflicto o si permitirá que las tensiones internas sigan creciendo.