El secretario general del PSOE de Cantabria, Pablo Zuloaga, ha vuelto a inclinarse ante la figura de Pedro Sánchez, reafirmando su lealtad y postulándose como el máximo defensor del sanchismo en la región. En una intervención cargada de adulaciones a Sánchez, Zuloaga no ha dudado en poner su candidatura al 41º Congreso Federal del PSOE al servicio del líder socialista, repitiendo que "este es el momento de la militancia" y que su misión es "defender el proyecto de Pedro Sánchez".

"Me presento como cabeza de lista para el 41º Congreso Federal del PSOE, defendiendo el proyecto de Pedro Sánchez", ha dicho con énfasis Zuloaga, asegurando que "con Sánchez el Partido Socialista de Cantabria crece". Esta afirmación parece ignorar la realidad de que Cantabria, bajo la batuta socialista, ha perdido más oportunidades de las que ha aprovechado. "Gracias a Sánchez, avanzamos con más derechos, más libertades y una economía que permite a muchas familias salir adelante", ha insistido, pintando un panorama idealizado que pocos en la región reconocerían como verdadero.

Mientras Zuloaga endulza su relación con Pedro Sánchez, no pierde la oportunidad de desacreditar a la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, cargando duramente contra su gestión. "Buruaga va en contra de los intereses de Cantabria", ha dicho, responsabilizando a la líder del PP por la supuesta "pérdida de 107 millones de euros en inversión" tras el rechazo al techo de gasto. Sin embargo, es difícil olvidar que durante el mandato socialista, Cantabria ya enfrentaba una falta crónica de inversiones y proyectos inacabados, como el caso del Centro de Salud de Reinosa, un proyecto que quedó olvidado bajo la gestión de Zuloaga y su equipo.

Zuloaga también ha atacado la gestión sanitaria de Buruaga, a pesar de que su propio partido protagonizó uno de los mayores escándalos de corrupción en el Servicio Cántabro de Salud. Fue bajo el mandato socialista cuando la sanidad pública cántabra colapsó, con la destitución de la entonces consejera María Luisa Real por irregularidades en la contratación de servicios. Hoy, el líder socialista parece ignorar ese oscuro legado y, en cambio, acusa al PP de "generar problemas para la inversión en sanidad, educación, dependencia o políticas de vivienda", siguiendo la "hoja de ruta de Feijóo y Ayuso".

El mantra repetido por Zuloaga es que "el Gobierno de Buruaga solo pierde oportunidades para Cantabria", y que "todos los ayuntamientos de Cantabria pierden financiación" bajo el liderazgo del PP. Sin embargo, no menciona cómo fue su propio gobierno el que dejó escapar oportunidades clave, como la financiación europea destinada a la construcción de viviendas asequibles en El Campón, otro proyecto socialista que nunca llegó a ver la luz.

En su estrategia, Zuloaga no solo se enfoca en atacar a la derecha, sino que sigue adulando a Sánchez a lo largo de su discurso. "Con Pedro Sánchez, el Partido Socialista de Cantabria tiene más votos y más diputados, somos la federación que más ha crecido en España", ha dicho, pasando por alto las múltiples críticas que enfrenta el líder del PSOE por su estilo de gobierno basado en pactos controvertidos y políticas polarizadoras. Además, Zuloaga refuerza su narrativa diciendo que "con Sánchez, Cantabria sigue adelante con una economía más fuerte y más derechos para todos", una visión que muchos cántabros pondrían en duda ante la realidad económica y social de la región.

Finalmente, en un giro predecible, Zuloaga ha asegurado que "preguntará a Buruaga en el Parlamento por su falta de responsabilidad", intentando cargar sobre la presidenta todos los males de Cantabria. Mientras tanto, no ofrece respuestas claras sobre por qué su propio gobierno dejó la sanidad pública en una crisis estructural o por qué no se avanzó en áreas críticas como la vivienda y la financiación autonómica durante su mandato.

En resumen, Zuloaga parece más interesado en seguir la línea marcada por Moncloa y Pedro Sánchez que en asumir responsabilidades por los errores de su propio partido en Cantabria. Su constante defensa del sanchismo y ataques a la derecha no logran ocultar las promesas incumplidas y la inacción que marcaron los años de gobierno socialista en la región. Al final, Cantabria sigue esperando soluciones reales mientras Zuloaga continúa culpando al PP de problemas que comenzaron bajo su propia gestión.