Política

El PP logra bloquear temporalmente la «ley Txapote» con veto en el Senado

La bancada del PP aplaude a la senadora del PP Marimar Blanco (d) durante un pleno extraordinario en el Senado. / Fernando Sánchez

El PP ha logrado frenar temporalmente la reforma conocida como «ley Txapote» en el Senado, que pretende reducir penas a presos de ETA | El veto obliga al Congreso a revisar la ley, retrasando su aprobación

El Partido Popular (PP) ha conseguido retrasar temporalmente la aprobación de la polémica reforma legal conocida como la «ley Txapote», gracias a un inesperado giro de guion en el Senado. Esta reforma de la ley orgánica 7/2014 permitirá que alrededor de 44 presos etarras vean reducidas sus penas, al descontar los años que ya cumplieron en cárceles de Francia. Aunque el resultado final parece inevitable, el PP logró que el proyecto de ley tuviera que volver al Congreso, lo que supone un retraso en su entrada en vigor, que en un principio estaba destinada a ser publicada directamente en el BOE.

En la votación celebrada este lunes, el PP, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara Alta, consiguió bloquear temporalmente la modificación de la ley al votar en contra, junto a Vox y UPN, sumando un total de 148 votos negativos frente a 111 votos a favor y dos abstenciones. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando el presidente del Senado, Pedro Rollán, se apoyó en un informe de los letrados que indicaba que, al haber sido vetada por mayoría en el pleno, la ley debía regresar al Congreso para levantar el veto, lo que retrasará su aprobación.

El Gobierno de Pedro Sánchez no retiró la ley, a pesar de la presión ejercida por el PP, que decidió apurar los plazos hasta el último momento, buscando trasladar parte de la responsabilidad al Ejecutivo. Sin embargo, el PSOE, lejos de sentirse incómodo por su acuerdo con Bildu, ha avanzado con la reforma, consciente de su capacidad para levantar el veto en el Congreso gracias a sus alianzas con los partidos independentistas. Este retraso no cambia el desenlace final, aunque añade algunos días más de debate antes de que la ley entre en vigor.

Un debate tenso en el Senado

El debate en el Senado fue especialmente agrio. Desde el primer minuto, los intercambios de reproches entre los representantes de distintos partidos políticos evidenciaron la división. La portavoz de Sumar, Carla Antonelli, lanzó duras acusaciones contra el PP, al afirmar que «ETA dejó de asesinar hace 13 años, pero ustedes la resucitan cada vez que pueden con la exhibición impúdica de las víctimas». En su discurso, Antonelli también culpó a los populares de la gestión de la pandemia en Madrid, haciendo referencia a la muerte de miles de ancianos en residencias.

En contraste, la senadora del PP y hermana de Miguel Ángel Blanco, Marimar Blanco, fue contundente en su intervención. «¿Van a mirarme a los ojos y decirme que yo tengo nostalgia de ETA?», retó Blanco a los senadores del PSOE, mientras recibía una ovación de sus compañeros de bancada. Blanco calificó la reforma de la ley como una «clara traición a las víctimas», y acusó al Gobierno de Sánchez de «abrir las puertas de la cárcel y las heridas de las víctimas». En un discurso lleno de dolor, lamentó que los herederos de ETA se estén riendo, mientras las víctimas claman por un mínimo de justicia.

Blanco también señaló que la directiva europea, que supuestamente obliga a la transposición de la ley, no requiere una aplicación tan literal como la que el PSOE y sus socios han defendido. Asimismo, recordó que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló en 2016 la exclusión de los etarras de la conmutación de penas, lo que, según la senadora, refuerza el argumento en contra de esta reforma.

Las defensas del PSOE y Bildu

Por su parte, la portavoz del PSOE, Elena Diego, se mostró visiblemente indignada durante su turno. «¿Ustedes creen que yo soy una defensora del terrorismo?», preguntó a los populares, antes de defender la reforma como un paso necesario para la paz, la concordia y la democracia en España. El PSOE no asoció el voto a un peaje a Bildu, sino que lo justificó como una medida de normalización democrática.

El que más satisfacción mostró fue el portavoz de Bildu, Gorka Elejabarrieta, quien no ocultó su felicidad. Para Elejabarrieta, la ley debe acabar con lo que calificó como «tiempo de excepción» y «política basada en el rencor». No hizo mención directa a los presos de ETA, refiriéndose en cambio a «presos y presas vascos» y celebrando que la reforma elimine una «discriminación».

Un paso más hacia la aprobación final

A pesar de la victoria momentánea del PP en el Senado, la suerte parece echada. El Congreso tiene la capacidad de levantar el veto y avanzar hacia la aprobación final de la ley, lo que probablemente ocurra en los próximos días. La portavoz de Vox, Paloma Gómez, expresó su solidaridad con las víctimas del terrorismo y pidió al PP que agotara todas las vías posibles para impedir que la reforma entrase en vigor, aunque reconoció que el PSOE y sus socios están decididos a aprobar la norma.

Con esta ley, Pedro Sánchez continúa reforzando su alianza con Bildu, un movimiento que ha sido duramente criticado por sectores conservadores y por las víctimas del terrorismo. No obstante, el Gobierno socialista y sus aliados han seguido adelante con la propuesta, en la creencia de que es un paso más hacia la reconciliación en el País Vasco. Sin embargo, para las víctimas y sus familias, la «ley Txapote» representa una profunda traición que reabre heridas que nunca terminaron de cerrarse.