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Íñigo Sainz-Maza: "Me podría morir tranquilo si el Racing sube a Primera División"

El capitán del Racing de Santander, Íñigo Sainz-Maza. / RRC

«Este año, sí», repite con convicción Íñigo, el capitán de un Racing que se ha consolidado como el líder indiscutible de Segunda

El capitán del Racing de Santander, Íñigo Sainz-Maza, se muestra ilusionado ante la posibilidad de llevar al club de su vida de vuelta a la Primera División. Con el equipo cántabro actualmente liderando la Liga Hypermotion, el sueño del ascenso está más cerca que nunca. En una entrevista en Jugones, el mediocampista habla de su trayectoria, el amor por los colores y lo que significaría alcanzar la máxima categoría con el Racing.

«Este año, sí», repite con convicción Íñigo Sainz-Maza, el capitán de un Racing de Santander que se ha consolidado como el líder indiscutible de la Segunda División. Su voz refleja la esperanza, pero también la cautela de alguien que ha vivido los momentos más difíciles del club. El Racing, que ha pasado por etapas complicadas, hoy sueña con regresar a la élite del fútbol español, un anhelo que su capitán compartía desde niño.

«Me podría morir tranquilo si el Racing sube a Primera. Es lo que siempre he soñado desde que entré en la cantera. Subir con este equipo, el club de mi vida, sería el final perfecto a una carrera que he construido con esfuerzo y dedicación», asegura Íñigo, que a sus 27 años es el líder y referente de un equipo que ha encontrado la estabilidad y la confianza necesarias para pelear por el ascenso.

Un sueño forjado desde la cantera

Íñigo Sainz-Maza es un producto genuino de la cantera racinguista. A sus 10 años ya vestía la camiseta verdiblanca, soñando con el día en que pudiera llevar al equipo a lo más alto. «Recuerdo mis días en alevines como si fuera ayer. Tenía 10 o 11 años y un pelazo impresionante —ríe—. En esos momentos no te das cuenta de hasta dónde puedes llegar. Pero el sueño siempre ha sido el mismo: ver al Racing en Primera».

Para el capitán, la historia del Racing es la historia de su vida. Desde su debut en el primer equipo hasta la actualidad, ha sido testigo y protagonista de algunos de los momentos más oscuros y difíciles de la entidad. «He pasado por las peores etapas del club. El Racing ha estado a punto de desaparecer en varias ocasiones, y era duro, muy duro. Recuerdo entrenar en condiciones complicadas, en lugares con frío, en campos en mal estado… pero nunca dejamos de luchar por el escudo», cuenta con emoción.

El peso del brazalete

Hoy, Íñigo luce con orgullo el brazalete de capitán del Racing, un símbolo que lleva con gran responsabilidad. «Llevar el brazalete es un honor increíble. No solo porque represente a mis compañeros, sino porque sé lo que significa para la afición. El Racing es mucho más que un equipo de fútbol, es una forma de vida para mucha gente, y yo lo siento igual. Ver a niños con camisetas con mi nombre es algo que nunca hubiera imaginado. Es un orgullo inmenso». Sainz-Maza reconoce que el racinguismo está viviendo un momento dulce, pero que no pueden relajarse. «La temporada es larga y complicada. Aún queda mucho camino por recorrer, pero el equipo está mentalizado. Sabemos lo que nos jugamos, y estamos dispuestos a darlo todo por devolver al Racing al lugar que merece: la Primera División».

La esperanza del ascenso. El Racing de Santander ha sorprendido en la Liga Smartbank por su solidez y regularidad. Los verdiblancos han mostrado una gran cohesión y espíritu de equipo, algo que Íñigo Sainz-Maza atribuye al trabajo del grupo y al apoyo incondicional de la afición.

«La comunión con la afición es total. Nos sentimos arropados en cada partido. Sabemos que este sueño del ascenso no es solo nuestro, es de toda Cantabria. Subir a Primera sería la recompensa a tanto sacrificio y sufrimiento», asegura el capitán. A medida que se acerca el tramo decisivo de la temporada, el Racing sigue enfocado en su objetivo, y Sainz-Maza tiene claro que la clave está en mantener la humildad y el trabajo duro. «No podemos confiarnos. Hemos llegado hasta aquí gracias al esfuerzo de todos, y así es como vamos a seguir hasta el final».