Saúl García: «Mario es un ejemplo valioso»

Saúl está listo de nuevo. Está recuperado, en disposición de volver a convertirse en una de las principales apuestas de José Alberto. El técnico se la jugó con él y, aunque el cántabro estaba respondiendo, vio cortada su repentina aparición en escena por culpa de una lesión. Las lágrimas que le acompañaron en Mendizorroza, cuando tuvo que pedir el cambio al saber que se había roto, ya han quedado felizmente atrás. Aunque está yendo poco a poco, esta semana se ha sumado al grupo y podrá jugar de inicio el próximo lunes contra el Leganés. Es una buena noticia para él, que ha esperado su momento de manera paciente y sin levantar la voz, y a buen seguro que también para el equipo, que podrá hacer uso de su profundidad, de su llegada a zona de peligro y de sus medidos centros. Es él uno de esos jugadores capaces de convertirse en uno de los principales argumentos ofensivos de su equipo partiendo desde la línea defensiva.

El experimentado canterano dice sentirse «bien» y «con buenas sensaciones» tras haber abandonado el ostracismo de la enfermería. Sostiene que estos días le está tocando seguir «un plan planificado» para incorporarse totalmente al grupo de manera paulatina, sin correr y aprovechando que el partido no es hasta el lunes. Con todo, ayer ya se le vio ejercitándose a buen ritmo y dando la sensación de que, si hiciera falta, podría jugar un partido oficial al cien por cien hoy mismo.

Al volver al equipo, Saúl se ha encontrado una realidad diferente. Antes no tenía un competidor directo por el puesto porque su alternativa era Satrústegui, que jugó como lateral izquierdo con Fernández Romo pero a quien José Alberto devolvió el rol de central desde el primer día. Tras la tremenda irrupción de Mario García en Ponferrada, ahora hay otro jugador con capacidad de llegar arriba como él empujando y aportando competitividad a la posición. A Saúl le parece bien. De hecho, se muestra «contento» por lo que su nuevo compañero «ayudó al equipo». «Es un chaval que viene haciendo las cosas bien, muy dinámico, que gana bien la línea de fondo y que, como se vio, tiene también muy buen pie», resume.

Saúl, que ya pasó una década atrás por la situación por la que pasó Mario el pasado domingo, asume que «es complicado» aparecer en el primer equipo «en una situación así, con el equipo perdiendo un partido que era muy importante y que se había puesto muy complicado». Aún así, «rindió a muy buen nivel». «Me alegro de verdad porque viene trabajando muy bien y, además, su ejemplo es muy valioso para los de abajo, para el resto de jugadores que están en las categorías inferiores». Como él mismo salió de La Albericia, es alguien que siempre da mucho valor a eso. Por eso considera vital que los canteranos vean que «se están haciendo las cosas bien y que está la puerta abierta para que la gente pueda llegar al primer equipo».

 

EL OBJETIVO. Prefiere Saúl centrarse en todo lo bien que le puede venir al conjunto cántabro y al propio club la promoción de Mario en lugar de en la competencia que tiene ahora encima. De hecho, ya se pasó prácticamente toda la primera vuelta sin jugar y estaría dispuesto a pasarse lo que queda de la segunda si eso fuera positivo para el Racing. «Para mí lo fundamental es conseguir el objetivo. A partir de ahí, como si no juego ni un minuto hasta el final», explica. «Somos una plantilla y lo fundamental es lograr la permanencia juegue quien juegue», añade.

A la hora de alcanzar esa meta que todos tienen clara, el defensor cántabro está seguro de que van por el buen camino porque ve al conjunto cántabro subido en «una dinámica positiva de buenos resultados». «Perdimos en el campo del Alavés, donde es cierto que se pudieron hacer mejor las cosas, pero, sobre todo, perdimos por errores nuestros», lamenta. Llama a corregirlos y a seguir compitiendo bien porque la experiencia le dice que las segundas vueltas «son difíciles porque todos los equipos saben lo que se juegan, por lo que los partidos suelen ser más feos y trabados». Por eso es consciente de que han de «saber jugar ese tipo de partidos». Lo ideal sería hacerlo explotando sus propias «virtudes para conseguir los puntos que nos acerquen a la permanencia».

El domingo firmó el Racing un empate que Saúl considera que pudo haber sido una victoria. Le dio la sensación de que la Ponferradina se escapó viva porque vio al conjunto cántabro «acabando en campo contrario». A esto hay que sumar que justo en el tramo final se quedó el rival con diez, por lo que el encuentro lo tenía todo para haber escrito un final feliz. «Te ves ahí llegando al área y piensas que si llega a durar cinco minutos más, quizá habrías ganado», apunta el lateral zurdo. Con todo, se queda con «la respuesta del equipo ante una situación complicada fuera de casa». Sabe lo difícil que es remontar un resultado adverso en Segunda División y, aunque se quedaron a medio camino, valoró esa capacidad de levantarse tras el paso por vestuarios. «Tenemos que estar mentalizados para lo que viene por delante porque va a ser muy duro», advierte.

El Racing cambió completamente tras el paso por vestuarios. En el primer tiempo fue un equipo que esperó a que pasaran cosas y en el segundo salió a provocarlas. Saúl entiende que los partidos «son muy largos» y es «muy difícil ser dominador durante los noventa minutos, más aún en campo contrario». Recuerda que la Ponferradina también «se jugaba mucho» y llama a estar mentalizados de que en todas las jornadas va a tocar pasarlo mal. «El lunes contra el Leganés seguro que habrá momentos en los que sa superior y haya que sufrir. Hay que saber gestionarlos de tal manera que salgamos vivos», apunta.

Con todo, asegura que en el vestuario han «hablado» sobre lo sucedido en el primer tiempo de El Toralín porque saben que «se puede hacer mejor». Tienen claro que el ejemplo a seguir es el del segundo tiempo porque «el equipo terminó el partido con la sensación de que había que ir arriba a por el partido, lo que nos dio el empate». El envite contra el Leganés será en casa y ahí es importante hacerse «fuerte». Tampoco cree que haya que obsesionarse con ello porque, al final, lo importante es competir en cada jornada independientemente de dónde se dispute. «La Segunda División es muy competitiva y cualquiera te puede pintar la cara», recuerda Saúl. Eso tiene sus peligros pero también concede oportunidades.