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Explora los secretos mejor guardados de Costa Quebrada siguiendo estas indicaciones

Varias personas pasean por la ruta de Costa Quebrada. / A.E.

Desde la histórica Ermita de Santa Justa en Ubiarco hasta los impresionantes Urros de Liencres en Piélagos, cada parada revela la majestuosidad de la naturaleza y la historia geológica de la región

La Costa Quebrada, un tesoro natural que se despliega majestuosamente entre los municipios de Santillana del Mar y Santander en la región de Cantabria, España, emerge como un santuario geológico y un paraíso para los amantes de la naturaleza. Este tramo costero, bañado por las aguas del mar Cantábrico, despliega una diversidad geológica que cautiva a quienes se aventuran a explorar sus recodos y miradores escarpados. 

Desde tiempos inmemoriales, la costa ha sido esculpida por la implacable acción del mar, moldeando acantilados imponentes, cuevas ocultas y formaciones rocosas únicas que narran la historia geológica de millones de años. Es aquí, en este rincón de la tierra, donde convergen la grandiosidad de la naturaleza y la fascinación por el pasado, creando un escenario sin igual donde el tiempo parece detenerse.

Desde arcos naturales hasta formaciones como los "urros" o farallones, este tramo de la costa cántabra exhibe una variedad de procesos morfológicos. Aquí hay una mirada a trece paradas imprescindibles en esta región.

  • Ermita de Santa Justa en Ubiarco: Esta playa alberga una ermita empotrada en una formación rocosa, resultado de la acción de las placas tectónicas durante la Orogenia Alpina hace 30 millones de años. La ermita, construida en el siglo XIII, es un sitio de interés geológico y religioso que fusiona historia y naturaleza de manera impresionante.

  • Punta Ballota en Tagle: Este cabo es un excelente lugar para observar aves marinas, ofreciendo una vista panorámica del paisaje costero y la posibilidad de contemplar un valle elevado, antiguo cauce de un río, que agrega un componente histórico al paisaje natural.

  • Roca Blanca en la Península del Dichoso: Este lugar muestra los restos de un antiguo arrecife tropical de hace 125 millones de años. Es un sitio impresionante para observar las fuerzas de la naturaleza durante una tormenta, destacando la influencia del tiempo y los elementos en la configuración del paisaje.

  • Pozo Tremeo en Rumoroso: Este lago, resultado de la disolución de rocas calizas, es un fenómeno kárstico y una de las tres áreas naturales de especial interés en Cantabria. Su formación única y su entorno natural lo convierten en un lugar fascinante para explorar y comprender los procesos geológicos.

  • Playa de los Caballos en Miengo: Esta playa salvaje, respaldada por acantilados, es frecuentada principalmente por lugareños, lo que le confiere un ambiente auténtico y tranquilo. Su acceso algo complicado añade un componente aventurero a la experiencia, recompensado por su belleza natural.

  • Dunas de Liencres en Piélagos: Este parque natural alberga el mayor campo de dunas de la costa cantábrica, proporcionando un escenario impresionante para caminar y disfrutar de la naturaleza en su estado más prístino. Las dunas, moldeadas por el viento y el mar, ofrecen un paisaje cambiante y único.

  • Playa nudista de Somocuevas en Piélagos: Conocida por su tradición nudista, esta playa está enmarcada por acantilados y ofrece un ambiente tranquilo y natural para aquellos que buscan una experiencia relajante y liberadora en contacto con la naturaleza.

  • Urros de Liencres en Piélagos: Estos farallones costeros son un espectáculo natural impresionante, resultado de la acción erosiva del mar a lo largo de millones de años. Su imponente presencia y su conexión con la historia geológica de la región los convierten en una parada obligatoria para los amantes de la naturaleza y la geología.

  • Playa de La Arnía en Liencres: Caracterizada por sus formaciones rocosas únicas y su belleza natural, esta playa es un lugar ideal para dar un paseo y disfrutar del paisaje. Sus acantilados y grutas ofrecen oportunidades para la exploración y la contemplación de la majestuosidad de la costa cántabra.

  • 'Urros':  La Costa Quebrada ofrece un espectáculo natural impresionante con su cadena de urros puntiagudos, especialmente al caminar por los verdes acantilados que conectan las playas de Portio y La Arnía en Piélagos. Este tramo costero es una ventana al máximo esplendor de la fachada cantábrica, donde la naturaleza exhibe su belleza de manera imponente. Si no hay espacio para estacionar en Portio, se puede intentar en La Arnía.

  • Playa de Covachos en Santa Cruz de Bezana: Famosa por su formación tombólica, que ilustra perfectamente el concepto de tómbolo, esta playa es un lugar único para explorar durante la marea baja. Su conexión con la geología y su belleza escénica la convierten en un destino fascinante para visitantes y científicos por igual.

  • Faro de Cabo Mayor en Santander: Ubicado en un acantilado de 60 metros de altura, este faro ofrece impresionantes vistas del océano y el paisaje circundante, convirtiéndose en un símbolo emblemático de la costa cántabra. Su historia y su función como guía para los navegantes añaden un componente histórico a su atractivo natural.

  • La playa del Camello en Santander es mucho más que arena y mar; es un lugar lleno de historia y elementos distintivos que hacen de ella un sitio único en la región. Su nombre proviene de una formación rocosa peculiar que se asemeja a la joroba de un dromedario, y es esta característica la que la hace reconocible y memorable para los visitantes. A diferencia de otras playas más familiares, la del Camello se destaca por ser un símbolo geológico emblemático de Santander. Otros elementos que han marcado la historia de la zona, como la peña Horadada y el Puente del Diablo, también forman parte de su encanto, aunque hayan desaparecido con el tiempo debido a causas naturales. Además de su belleza natural, la playa del Camello es un lugar donde el juego de pala se convierte en una especie de religión laica para los habitantes de Cantabria. En uno de sus extremos, se erige la escultura "Neptuno niño", obra del escultor hiperrealista Ramón Muriedas, que rinde homenaje a la infancia y a la diversión que se experimenta en este entorno.

Estas paradas ofrecen una muestra de la diversidad geológica y natural de la Costa Quebrada, un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y la geología. Desde ermitas empotradas en acantilados hasta formaciones rocosas únicas y playas salvajes, la Costa Quebrada ofrece una experiencia única y enriquecedora para aquellos que buscan explorar la belleza y la historia de esta región costera.