descarrila un tren

Pudo ser una tragedia: El descarrilamiento del tren en Cantabria pone en evidencia la falta de mantenimiento

Efectivos de emergen- cias del 112 de Can- tabria trabajando junto al tren descarrilado en Gibaja tras el impacto contra una roca caída en las vías. / 112

El impacto con una roca que cayó sobre las vías causó el descarrilamiento del tren Santander-Bilbao en Gibaja, reviviendo las críticas sobre el deterioro de la infraestructura ferroviaria. Técnicos de Adif y Renfe trabajan para reanudar el servicio, mientras un pasajero fue hospitalizado por una dolencia previa.

El impacto con una roca que cayó sobre las vías causó el descarrilamiento del tren Santander-Bilbao en Gibaja, reviviendo las críticas sobre el deterioro de la infraestructura ferroviaria. Técnicos de Adif y Renfe trabajan para reanudar el servicio, mientras un pasajero fue hospitalizado por una dolencia previa.

El tren de media distancia que cubría la ruta entre Santander y Bilbao sufrió ayer un grave accidente en la localidad de Gibaja (Cantabria), cuando impactó contra una roca de grandes dimensiones que había caído sobre las vías. El descarrilamiento ocurrió a las 09:45 horas del jueves, a tan solo cinco kilómetros de la estación de Carranza, en el límite con Vizcaya, y movilizó rápidamente a los equipos de emergencias de Cantabria y Vizcaya.

El tren, que había partido de Santander a las 07:58 horas con destino a Bilbao, llevaba a bordo a doce pasajeros. Tras el descarrilamiento, once de ellos fueron evacuados sin complicaciones por los bomberos a la estación de Carranza, desde donde pudieron continuar su viaje en autobuses dispuestos por Renfe. Un pasajero que presentó molestias por una dolencia previa fue trasladado por el 061 al hospital para recibir atención médica.

Una roca provoca el accidente

El accidente se produjo cuando una roca, que según informes de Adif, dependiente del ministerio de Transportes, dirigido por el polémico socialista Óscar Puente, se desprendió de una ladera, rebotó en la carretera y terminó en las vías del tren. La colisión de la locomotora con la piedra, que fue arrastrada por unos veinte metros, provocó el descarrilamiento de uno de los vagones.

En el momento del impacto, una vecina de la zona, paseaba a sus perros junto a su madre cuando fueron testigos del incidente. "Vimos la roca desde lejos y, al escuchar el tren acercarse, pensamos en ponernos en medio para avisar", explicó. "Fue un susto tremendo ver cómo el tren golpeaba la roca y descarrilaba. Parecía que iba a volcar, pero por suerte no lo hizo. Parecía una escena de película", relató Maya.

Efectivos de emergencias del 112 de Cantabria trabajan junto al tren descarrilado en Gibaja tras el impacto contra una roca caída en las vías.

Daños materiales y respuesta de los equipos de emergencia

Técnicos de Adif se trasladaron al lugar del accidente para retirar la roca y evaluar los daños en las vías y en el tren. La piedra también dañó el depósito de combustible del tren, lo que obligó a los bomberos del 112 Cantabria a trasvasar el gasoil para evitar una fuga. Renfe calificó el incidente como una "incidencia causada por la existencia de un obstáculo", que provocó la salida de un eje del tren. La compañía ferroviaria trabaja ahora en restablecer la circulación lo antes posible.

Debido a las complicaciones, Renfe implementó un plan de transporte alternativo por carretera entre Gibaja y Carranza para asegurar la movilidad de los pasajeros mientras se llevan a cabo las reparaciones en las vías.

Una línea ferroviaria castigada por los problemas

Este accidente se suma a la larga lista de incidentes que afectan a la línea Bilbao-Santander, una ruta que, desde hace años, ha sido objeto de constantes quejas y protestas por parte de los usuarios, quienes denuncian retrasos continuos, falta de frecuencias y la elevada duración del trayecto. La línea, que atraviesa zonas montañosas, es especialmente vulnerable a desprendimientos y otros obstáculos en las vías.

El descarrilamiento del tren en Gibaja reaviva las críticas de los pasajeros sobre el deficiente servicio ferroviario en la línea que une Bilbao y Santander. Aunque no hubo heridos graves, el incidente ha puesto de nuevo en evidencia los problemas de infraestructura que afectan a esta conexión, una de las más demandadas de la región.

Efectivos de emergencias del 112 de Cantabria trabajan junto al tren descarrilado en Gibaja tras el impacto contra una roca caída en las vías.

Evacuación y reparación de las vías

Las operaciones de evacuación de los pasajeros se realizaron sin mayores complicaciones, y once de los doce ocupantes del tren fueron trasladados a su destino en autobuses dispuestos por Renfe. El pasajero que fue llevado al hospital presentaba una dolencia previa, por lo que fue derivado para recibir atención médica.

Los técnicos de Adif siguen trabajando para evaluar los daños en las vías y garantizar la seguridad antes de reanudar el servicio. Las autoridades no han dado un plazo exacto para la reapertura de la línea, aunque se espera que las reparaciones avancen rápidamente.

Una línea bajo el foco

El accidente en Gibaja no es un hecho aislado, sino un reflejo de los numerosos problemas que afectan a la línea ferroviaria entre Bilbao y Santander. Desde hace tiempo, los pasajeros han venido reclamando mejoras en la frecuencia de los trenes, así como una reducción en la duración del trayecto, que consideran excesiva para la demanda existente.

Los pasajeros y vecinos de la región han denunciado la falta de mantenimiento en algunos tramos de la línea, especialmente en aquellas zonas más vulnerables a desprendimientos y obstáculos en las vías, como el que ayer provocó el descarrilamiento del tren.

Un herido leve al descarrilar el tren Santander-Bilbao en Gibaja tras caer una roca a la vía

Expectativas de mejora en la línea Bilbao-Santander

El accidente de ayer ha vuelto a poner en evidencia la vulnerabilidad de la línea Bilbao-Santander, una ruta que, a pesar de su importancia para los usuarios de ambas provincias, sigue sufriendo de falta de mantenimiento y una infraestructura que muchos consideran obsoleta.

Las autoridades ferroviarias han prometido seguir trabajando para mejorar la seguridad y la eficiencia del servicio, aunque hasta ahora las soluciones han sido insuficientes para evitar percances como el de ayer.

El accidente se suma a otros incidentes que han afectado a esta línea en el pasado, y los pasajeros exigen respuestas y medidas inmediatas para garantizar un servicio más fiable y seguro.

Incidente sin heridos graves, pero con importantes daños materiales

A pesar de la magnitud del accidente, no hubo que lamentar víctimas ni heridos graves. Sin embargo, los daños materiales fueron considerables, especialmente en uno de los vagones del tren, que sufrió importantes destrozos al arrastrar la roca por unos veinte metros antes de detenerse.

El servicio ferroviario permanecerá interrumpido hasta que se puedan completar las reparaciones en las vías y el tren sea retirado del lugar. Mientras tanto, los pasajeros podrán seguir utilizando el transporte alternativo por carretera dispuesto por Renfe.

El tráfico ferroviario entre Bilbao y Santander sigue siendo un motivo de preocupación para los usuarios, que esperan que se tomen medidas drásticas para mejorar la calidad del servicio lo antes posible.