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Rocas y playas doradas: Lo que no sabías de Miengo y su costa de ensueño

Vista de la localidad de Mogro en Miengo. / S. Díaz
Con su diversidad paisajística y patrimonial, Miengo se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más atractivos de Cantabria

El municipio de Miengo, enclavado entre las rías de Mogro y Suances, es uno de los territorios más fascinantes de la costa cántabra, destacando no solo por la belleza de sus playas, sino también por su impresionante patrimonio natural y cultural. A las desembocaduras de los ríos Pas y Saja-Besaya se suman los paisajes únicos formados por marismas, cuevas prehistóricas, islotes, y una arquitectura que refleja la rica historia de la región.

Destino para los amantes de la playa

Uno de los mayores atractivos de Miengo son sus playas, que se extienden por todo el municipio. Desde la playa de Marzán hasta la playa de Mogro, que alcanza una longitud de 1.500 metros, el litoral ofrece una gran variedad de opciones para los amantes del sol y el mar. Entre ellas destacan también las playas de Los Caballos en Cuchía, Usgo y Robayera, todas de unos 300 metros de largo, caracterizadas por su arena fina y dorada, ideales para disfrutar de un día de descanso frente al mar Cantábrico.

La playa de Mogro es especialmente destacada, no solo por su extensión sino por su ubicación única. Situada de espaldas al mar Cantábrico y protegida por las dunas de Liencres, este arenal es perfecto tanto para turistas como para residentes locales. En los últimos años, la zona ha visto la construcción de diversas urbanizaciones que se han convertido en primeras residencias para muchas personas que trabajan en Santander o Torrelavega, gracias a la cercanía de ambos núcleos urbanos.

Islotes y marismas

El litoral de Miengo no solo ofrece playas, sino también una serie de islotes que salpican el paisaje marítimo, siendo el más destacado la isla de los Conejos, un enclave de gran importancia para la avifauna. Esta pequeña isla es reconocida como un lugar privilegiado para la observación de aves, atrayendo a ornitólogos y amantes de la naturaleza de todas partes. Las aves encuentran en este lugar un refugio seguro, lo que convierte a la isla en un paraíso ornitológico inigualable en la costa cántabra.

Además de los islotes, las marismas de Cudón, Cuchía y Miengo son otro de los grandes valores naturales del municipio. Estas zonas húmedas, que se forman a lo largo de la costa, son esenciales para la biodiversidad local, ofreciendo un hábitat perfecto para muchas especies de flora y fauna.

Vestigios prehistóricos

Miengo no es solo naturaleza; también es historia. El municipio alberga algunos de los vestigios prehistóricos más importantes de Cantabria, como las cuevas de La Pila, en Cuchía, y las de Cudón, que datan del Paleolítico Superior. Estas cuevas, que contienen grabados y pinturas rupestres, son un testimonio de la presencia humana en la región desde hace miles de años. En particular, la cueva de Cudón es especialmente relevante por la calidad y conservación de sus manifestaciones artísticas prehistóricas.

Además de su patrimonio prehistórico, Miengo cuenta con varios ejemplos de arquitectura montañesa. Entre ellos, destaca el palacio de los Herrera, una casona barroca construida entre los siglos XVII y XVIII, que representa el esplendor de la nobleza rural de la época. Estas construcciones reflejan la evolución histórica de la región, desde la vida en la prehistoria hasta el esplendor de la Cantabria barroca.

Arquitectura religiosa

El patrimonio arquitectónico de Miengo no se limita a lo civil. Las iglesias parroquiales de Mogro, Miengo, Bárcena de Cudón y Cuchía son testigos de la importancia religiosa y cultural que ha tenido esta región a lo largo de los siglos. Estas iglesias, algunas de las cuales datan de tiempos remotos, son ejemplos de la arquitectura religiosa tradicional de Cantabria y se erigen como símbolos de la identidad local.

Uno de los puntos fuertes de Miengo es su vibrante vida social y cultural, especialmente durante la época estival. El municipio celebra numerosas romerías y verbenas que atraen tanto a residentes como a visitantes de otros lugares. Entre las festividades más destacadas está la conmemoración de la Virgen del Monte, patrona del municipio, que se celebra cada 24 de agosto en Mogro. Esta festividad es una de las más concurridas y representa una oportunidad única para conocer las tradiciones y costumbres locales en un ambiente festivo y acogedor.

Entre el turismo y la naturaleza

Mogro, una de las localidades más turísticas de Miengo, es conocida no solo por sus playas, sino también por su espectacular entorno natural. El estuario del río Pas, que se forma entre la Punta del Águila y la playa de Valdearenas, en el vecino municipio de Piélagos, es una de las maravillas naturales más apreciadas de la región. El río, a su paso por esta zona, moldea el llamado Abra del Pas, una extensión de agua que hoy alberga un campo de golf que, además de ofrecer instalaciones para la práctica de este deporte, permite disfrutar de un entorno paisajístico único.

En esta zona, otro de los grandes atractivos es la pesca de angulas, una actividad tradicional que se realiza en la desembocadura del Pas, especialmente durante la temporada de invierno. La pesca de angulas, que se realiza de noche y con luces, es una tradición que ha pasado de generación en generación y que hoy en día sigue siendo una práctica muy valorada en la gastronomía local. Algunos restaurantes de la zona ofrecen, en la temporada adecuada, este manjar, uno de los platos más apreciados y costosos de la gastronomía cántabra.

Un destino para todos los gustos

Miengo se ha convertido, sin duda, en un destino turístico de referencia en Cantabria, no solo por la belleza de su litoral, sino por la riqueza de su historia y su entorno natural. Tanto si se busca disfrutar de un día de sol en alguna de sus numerosas playas, como si se desea explorar el patrimonio histórico y cultural de la región, Miengo ofrece algo para todos.

Con su ubicación privilegiada entre la ría de Mogro y la de Suances, sus cuevas prehistóricas, sus iglesias barrocas y su variada oferta gastronómica, este municipio se ha consolidado como un lugar imprescindible para quienes desean conocer lo mejor de la costa cántabra.