alegría y sonrisas

Un verano diferente en Cantabria para los niños saharauis

Los niños saharauis y pequeños con discapacidad disfrutan de una tarde llena de actividades. / a.e

El Ayuntamiento de Santander, junto con las asociaciones solidarias, brindó a un grupo de niños saharauis y pequeños con discapacidad una jornada inolvidable en el Festival Intercultural, llena de diversión y momentos conmovedores.

En una de esas tardes que se quedan grabadas en la memoria, un grupo de niños saharauis, que este verano participan en el programa ‘Vacaciones en Paz’, vivieron una jornada repleta de alegría y sonrisas en el Festival Intercultural de Santander. La iniciativa, impulsada por la Concejalía de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Santander, se convirtió en un oasis de felicidad para estos pequeños que, por unas horas, dejaron atrás las duras condiciones de los campamentos saharauis.

El concejal de Cooperación al Desarrollo, Mateo Echevarría, no solo fue un anfitrión entregado, sino también un compañero de juegos para los niños, que se mezclaron con otro grupo de pequeños con discapacidad provenientes de un centro de Heras. Juntos, compartieron una tarde que, más allá de las actividades programadas, estuvo marcada por la cálida acogida y el espíritu de solidaridad que siempre acompaña a esta cita veraniega en el aparcamiento de los Campos de Sport de El Sardinero.

Uno de los momentos más esperados fue la merienda. Los niños, con ojos brillantes y sonrisas amplias, disfrutaron de perritos calientes, galletas, golosinas y bebidas. Pero, quizás, lo que más se degustó fue la emoción de descubrir nuevos sabores y de compartirlos con sus amigos, en un ambiente festivo que les hizo olvidar, aunque solo fuera por unas horas, la realidad de sus vidas.

El toque de magia lo puso el mago Luis Herrero, quien, con su espectáculo, no solo dejó a los pequeños boquiabiertos, sino que también les hizo participar activamente en sus trucos. Cada aplauso, cada risa, resonaba en el festival como un eco de la esperanza y la alegría que estas iniciativas pueden traer a los más vulnerables.

Mateo Echevarría, con el corazón lleno de gratitud, expresó su emoción por la acogida de esta jornada, ya convertida en un emblema del verano santanderino. No quiso dejar de lado su agradecimiento a las asociaciones Cantabria por el Sahara y Alouda, por su dedicación incansable en la mejora de las condiciones de vida del pueblo saharaui. Un agradecimiento que también extendió a las familias de acogida, cuyo gesto solidario permite que estos niños vivan un verano diferente, lleno de cariño y oportunidades.

El programa ‘Vacaciones en Paz’, que cada año cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Santander, tiene un objetivo que va más allá de la simple acogida. Busca alejar a estos pequeños héroes de las duras condiciones climatológicas de los campamentos, ofrecerles un respiro, revisiones médicas, y en algunos casos, tratamientos necesarios para mejorar su salud.

Este año, el programa ha dado la bienvenida a 80 niños, entre ellos 17 con alguna discapacidad. Para ellos, esta jornada en el Festival Intercultural fue mucho más que una tarde de juegos y magia; fue una ventana a un mundo más amable, donde la solidaridad y el amor transforman realidades. Una tarde donde cada sonrisa fue un recordatorio de la importancia de la empatía y el compromiso con quienes más lo necesitan.