Música

¿Destino o pésima gestión? El desastre tras bambalinas en el concierto de Melendi

El cantante asturiano, Melendi, durante un concierto. / EP
Lo que prometía ser una noche memorable en el concierto de Melendi en la playa de la Virgen del Mar en Santander, se convirtió en una experiencia frustrante para los asistentes

El concierto de Melendi en Santander, celebrado en la icónica playa de la Virgen del Mar, debía ser una noche inolvidable para los fans del artista, quienes esperaban con ansias revivir los éxitos de sus primeros discos. Sin embargo, lo que debía ser una celebración de la música se transformó en un episodio de frustración para miles de asistentes.

Kilométricas colas de hasta una hora para comprar bebidas y comida fueron la tónica de la noche. Muchos se preguntaron si este caos era destino o casualidad, haciendo eco de una de las canciones más populares del cantante. La respuesta, sin embargo, se inclinaba más hacia una pésima gestión por parte de la organización del evento.

El caos comenzó desde el inicio del evento. Aunque la organización había anticipado la alta afluencia de público—se esperaban 12.000 personas—y había implementado un servicio de transporte exclusivo para facilitar la llegada al recinto, la situación dentro del mismo dejó mucho que desear. Los asistentes, que habían pagado un precio considerable por sus entradas, se encontraron atrapados en interminables filas solo para conseguir una bebida o algo de comer.

La gira "20 años sin noticias" ha sido un éxito rotundo en toda España, y pronto se extenderá a Latinoamérica y Estados Unidos. Sin embargo, este incidente en Santander subraya la importancia de una gestión eficiente en eventos de gran envergadura, donde la experiencia del público debe ser tan cuidada como el espectáculo en sí.

A pesar de los contratiempos, el carisma y talento de Melendi lograron salvar la noche para muchos, pero queda claro que la organización tiene mucho que mejorar para futuros eventos. La lección aprendida es que no basta con traer a un artista de renombre; la logística y la atención al público son clave para asegurar el éxito de cualquier concierto.