Celebramos a María como Madre de Dios y Madre del Pueblo

¿Hoy es festivo? ¿Que Santo es hoy, 15 de agosto? Aquí te contamos todos los detalles

Procesión de la Virgen Grande en Torrelavega, donde el alcalde entrega el bastón de mando de la ciudad a La Patrona, en el marco de las Fiestas de la Virgen Grande.

La festividad mariana por excelencia se celebra hoy, 15 de agosto, recordándonos que la devoción es un puente entre lo terrenal y lo divino.

 

En este 15 de agosto de 2024, Cantabria, al igual que toda la Iglesia Católica, se viste de gala para celebrar la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. "El cielo y la tierra se unen en un solo cántico de alabanza", decía San Juan Pablo II al describir este día, un día que para los fieles representa la culminación de la vida terrenal de María, llevada en cuerpo y alma al paraíso eterno.

La Asunción de la Virgen no es solo una festividad más en el calendario litúrgico; es, según la tradición, un acto de fe que trasciende las barreras del tiempo y del espacio, un símbolo de esperanza para todos aquellos que ven en María, no solo a la Madre de Dios, sino también al reflejo de la promesa de la vida eterna.

Una historia de devoción

"La fe, como el arte, tiene el poder de elevarnos por encima de la realidad cotidiana", dijo el teólogo Hans Urs von Balthasar, y es precisamente lo que sucede cada 15 de agosto. La Asunción ha sido motivo de fervor y celebración desde hace siglos, y Cantabria, tierra de tradiciones y raíces profundas, no es la excepción.

Las iglesias de la región, desde los majestuosos templos hasta las humildes capillas rurales, se llenan de devotos que rinden homenaje a la Virgen María, en una jornada marcada por misas solemnes, procesiones y el sonido de las campanas que resuena como un eco ancestral en cada rincón de nuestra tierra montañesa.

María: Un símbolo que trasciende lo divino

Más allá de su significado religioso, la Asunción de María es también una metáfora poética. "La Virgen sube al cielo, y con ella sube la esperanza de la humanidad", escribió el poeta José María Pemán. La figura de María ha sido siempre un faro de luz en la cultura popular, un símbolo de pureza, fortaleza y devoción.

En el arte, la música, y la literatura, María ha sido inspiración para innumerables obras maestras. Desde las sublimes pinturas de Tiziano y Rubens hasta los himnos de alabanza que resuenan en las catedrales góticas de Europa, la Asunción es una celebración que une la belleza del arte con la profundidad de la fe.

Una celebración viva en Cantabria

En nuestra querida Cantabria, la Asunción de la Virgen no es solo un acto litúrgico, sino una celebración popular que trae consigo las fiestas patronales en muchas localidades. Desde Laredo hasta San Vicente de la Barquera, los cántabros salen a las calles para festejar en comunidad, con romerías, danzas tradicionales y ofrendas florales a la Virgen.

En Santander, la Catedral se llena de fieles, mientras que en los pueblos más pequeños, las procesiones recorren las calles empedradas en una mezcla de devoción y alegría. En Potes, las campanas de Santo Toribio resuenan con fuerza, recordándonos que la fe en María es tan antigua como nuestras montañas.

María en el corazón de Cantabria

Hoy, en Cantabria, celebramos no solo a la Madre de Dios, sino también a la Madre del pueblo, a la Virgen que consuela y protege. Como dijo el Papa Francisco, "María es la mujer del sí, es la mujer del servicio, es la mujer del consuelo". Y es ese consuelo, esa fortaleza que necesitamos en estos tiempos inciertos.

En este 15 de agosto, Cantabria se une en oración y celebración, sabiendo que la Asunción de la Virgen María es más que un dogma; es una certeza que nos recuerda que lo terrenal y lo divino están intrínsecamente ligados. Porque, como decía Miguel de Unamuno, "la fe no es creer lo que no vimos, sino vivir lo que no entendemos". Y en la Asunción, todos podemos vislumbrar un rayo de luz en el camino hacia lo eterno.

Hoy, más que nunca, Cantabria celebra a María en toda su plenitud, en un día que nos invita a levantar la mirada al cielo y recordar que lo celestial y lo humano pueden coexistir en perfecta armonía