sucesos

Desastre en la línea Santander-Bilbao: un tren descarrila y evacúan a doce personas

Estado en el que quedó el tren tras impactar con una roca en las vías en Gibaja. Afortunadamente, no hubo heridos entre los pasajeros. / Bomberos y Bomberas Bizkaia

Los doce pasajeros fueron evacuados a Carranza y uno de ellos trasladado al hospital por una dolencia previa. Equipos de emergencia y técnicos de Adif y Renfe trabajan para restablecer la circulación ferroviaria.

Caos en el Alvia Santander-Madrid: avería obliga a un trasbordo masivo en Segovia 

Un viajero agrede a un maquinista en el tren de Cercanías, por no llegar al final de su trayecto

El tren de la línea Santander-Bilbao descarriló este jueves en la localidad de Gibaja, término municipal de Ramales de la Victoria, tras impactar con una roca que había caído sobre las vías. El suceso ocurrió a las 09:45 horas, a tan solo cinco kilómetros de la estación de Carranza, lo que movilizó rápidamente a los equipos de emergencias de Cantabria y los refuerzos de bomberos de Vizcaya y la Ertzaintza. Doce pasajeros viajaban en el convoy, de los cuales once fueron evacuados y trasladados a Carranza para continuar su viaje, mientras que un duodécimo pasajero fue derivado al hospital por una dolencia previa.

El tren, que había partido de Santander a las 07:58 horas con destino a Bilbao, donde tenía previsto llegar a las 11:10, colisionó con una roca que, según informes de Adif, se desprendió desde una ladera, rebotó en la carretera y terminó en las vías. La piedra, de considerable tamaño, fue arrastrada unos veinte metros por el convoy, lo que provocó el descarrilamiento de uno de los vagones.

En el momento del impacto, Arguiñe Maya, vecina de la zona, paseaba a sus perros cerca de las vías acompañada por su madre. "Escuchamos el tren acercarse y, al ver la roca, pensamos en ponernos en medio para avisar", explicó. "Nos llevamos un buen susto al ver cómo el tren impactaba contra la roca y descarrilaba. Parecía que iba a volcar, pero por suerte no lo hizo. Fue algo de película", relató Maya.

Técnicos de Adif ya han retirado la roca y están evaluando los daños en las vías y el tren. La roca causó también daños en el depósito de combustible del tren, lo que obligó a los bomberos del 112 Cantabria a trasvasar el gasoil para evitar una fuga. Renfe ha calificado el incidente como una "incidencia por la existencia de un obstáculo", que provocó la salida de un eje del tren. La empresa ferroviaria trabaja para restablecer la circulación lo antes posible, mientras se mantiene un plan alternativo de transporte entre Gibaja y Carranza para garantizar la movilidad de los usuarios.

Este accidente es uno más en la castigada línea entre Bilbao y Santander, que durante años ha sido objeto de movilizaciones y protestas por parte de los usuarios debido a los frecuentes retrasos, la falta de frecuencias y la elevada duración del trayecto. La línea, que cruza zonas montañosas, ha estado expuesta a percances por desprendimientos y obstáculos en las vías.

Los trabajos para retirar el tren de las vías y reparar los daños estructurales continúan, con la esperanza de que el tráfico ferroviario recupere la normalidad en las próximas horas. En el lugar también se encuentran operativos de la Guardia Civil y bomberos de Vizcaya, coordinados por Adif y Renfe, para supervisar las labores y garantizar la seguridad en la zona.

El convoy, según Renfe, sufrió un percance habitual en esta línea, marcada por constantes quejas de los usuarios, quienes reclaman mejoras urgentes en el servicio. "Llevamos años con problemas en esta ruta. Es una lástima que cosas así sigan ocurriendo", declaró uno de los afectados.

Por el momento, los pasajeros han sido trasladados a su destino por carretera mientras los equipos técnicos realizan las reparaciones necesarias para reanudar el servicio ferroviario lo antes posible.


Un accidente que revive las quejas históricas

El descarrilamiento del tren añade un nuevo episodio a la larga lista de problemas que afecta a la conexión ferroviaria entre Santander y Bilbao. Los pasajeros, aunque indemnes físicamente, han vuelto a sufrir las consecuencias de una infraestructura que ha sido calificada como deficiente por los usuarios desde hace tiempo.

La evacuación de los pasajeros se realizó sin complicaciones, con el traslado a autobuses para cubrir el tramo afectado por el accidente. En cuanto a las vías, los técnicos de Adif seguirán trabajando para evaluar los daños y garantizar la seguridad antes de restablecer el servicio.

Las autoridades han señalado que el servicio se interrumpirá hasta que las reparaciones se completen, pero no se ha especificado una fecha exacta para la reapertura de la línea.

Una línea en el punto de mira

El accidente en Gibaja no es un hecho aislado, sino una muestra más de la precariedad que denuncian los pasajeros de la línea entre Bilbao y Santander. Desde hace años, se han sucedido las quejas por la lentitud del servicio, los retrasos continuos y la falta de mantenimiento en algunas áreas críticas del trazado.

Los usuarios de esta línea llevan tiempo reclamando mejoras sustanciales en la frecuencia y la duración del trayecto, que consideran insuficientes para la demanda existente y para garantizar la seguridad de los viajeros.

Con este incidente, la exigencia de respuestas se hará aún más patente, y el problema de la infraestructura ferroviaria en esta zona de Cantabria se posiciona una vez más en el centro del debate.

El accidente, a pesar de haber tenido consecuencias únicamente materiales, ha vuelto a encender las alarmas en una de las líneas ferroviarias más problemáticas del norte de España.