Risto toma por sorpresa a Ábalos y le pone en aprietos en directo metiendo a Koldo por llamada
En una de las emisiones más polémicas hasta la fecha del programa "Todo es mentira", el presentador Risto Mejide dejó boquiabierto al político José Luis Ábalos al introducir una llamada sorpresa con Koldo García, exasesor del mismo Ábalos. Lo que comenzó como una intervención habitual del político en el programa se convirtió rápidamente en un tenso intercambio que dejó al descubierto las grietas en la relación entre el invitado y el presentador.
La situación se tornó incómoda cuando García comenzó a responder a las preguntas de Mejide sobre los correos electrónicos y los contratos de la empresa Soluciones de Gestión, temas delicados que desataron un vendaval de especulaciones y señalamientos. El exasesor explicaba que Ábalos siempre había utilizado su correo personal, lo que llevó a Mejide a profundizar en las implicaciones de esta práctica.
Sin embargo, la tensión llegó a su punto álgido cuando García se negó a responder algunas cuestiones, alegando que no tenía acceso a cierta documentación debido a un procedimiento judicial en curso. Esta negativa desencadenó una serie de intentos de Risto por obtener respuestas claras, mientras Ábalos observaba la escena con una mezcla de incredulidad y molestia.
Pero lo que realmente prendió la mecha fue el hecho de que la llamada con García se produjo sin previo aviso para Ábalos. El político expresó su malestar con el presentador por no haberle advertido sobre la situación. "Si me pedís que vaya a un directo, decidme qué sorpresas me voy a encontrar, no me parece correcto", señaló Ábalos, mientras Risto intentaba justificar la situación argumentando que era la primera vez que García llamaba en directo y que todo había surgido durante el programa.
El intercambio de opiniones entre Ábalos y Mejide evidenció el ambiente tenso en el set, con el político reclamando más transparencia en la dinámica del programa y el presentador defendiendo su acción argumentando que no era necesario revelar todos los detalles de la emisión a los invitados.
La discusión, que se prolongó durante varios minutos, dejó entrever la incomodidad y la tensión latente que existía entre ambos, mostrando una faceta del programa que rara vez se ve en pantalla. Al final, con un tono algo molesto, Ábalos concluyó el breve pero intenso intercambio de palabras, dejando entrever la incomodidad que había generado la situación y evidenciando la fragilidad de la relación entre el invitado y el presentador.