Turismo

Faro del Caballo: Una joya escarpada en la costa de Cantabria

Vistas de El Faro del Caballo en Santoña. / A.E
El Faro del Caballo, ubicado en Santoña, es uno de los destinos más impresionantes y desafiantes de la costa cantábrica, ofreciendo a los visitantes vistas espectaculares y una experiencia inolvidable

Una vista imponente del cantábrico

El Faro del Caballo, construido en 1863, se alza sobre los acantilados del Monte Buciero, en Santoña. Este faro, ahora en desuso, es famoso no solo por su ubicación pintoresca, sino también por el reto que supone llegar hasta él. Para alcanzar el faro, los visitantes deben descender los más de 700 escalones de piedra que serpentean por la ladera del acantilado, una travesía que, aunque exigente, recompensa con unas vistas panorámicas del Mar Cantábrico y los abruptos acantilados que lo rodean.

Una ruta de aventura y belleza natural

El recorrido hacia el Faro del Caballo es parte de la Ruta de los Faros del Monte Buciero, una de las rutas de senderismo más populares y escénicas de Cantabria. Esta ruta no solo ofrece la oportunidad de visitar el faro, sino también de explorar la rica biodiversidad y los paisajes variados del monte. Los senderos están rodeados de frondosa vegetación, y es común encontrar cabras montesas y una gran variedad de aves marinas en el camino.

Preparativos para la visita

Visitar el Faro del Caballo requiere una buena preparación. Es recomendable llevar calzado adecuado para caminar y suficiente agua, ya que el descenso y ascenso de los escalones puede ser físicamente demandante. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena. Al llegar, los visitantes pueden disfrutar de un entorno natural impresionante y, si el mar está en calma, incluso darse un baño en las aguas cristalinas que rodean el faro.

Historia y patrimonio

El Faro del Caballo tiene una historia rica y es testigo de la importancia marítima de Santoña a lo largo de los siglos. Aunque ya no está en funcionamiento, el faro sigue siendo un símbolo de la navegación y la historia marítima de la región. La estructura ha sido restaurada en varias ocasiones para preservar su integridad y seguir siendo un punto de interés para los turistas y amantes de la naturaleza.

Un destino fotográfico

Para los amantes de la fotografía, el Faro del Caballo ofrece innumerables oportunidades para capturar la belleza de la costa cantábrica. Los contrastes entre el azul profundo del mar, el verde intenso del monte y la imponente estructura del faro crean un escenario perfecto para fotos espectaculares. Los amaneceres y atardeceres desde el faro son especialmente impresionantes, pintando el cielo con una paleta de colores que va del naranja al púrpura.

Acceso y consejos prácticos

Para llegar al Faro del Caballo, lo mejor es partir desde Santoña. La ruta está bien señalizada y comienza en el fuerte de San Martín, una antigua fortaleza que también merece una visita. El camino hacia el faro es una aventura en sí misma, pasando por túneles y miradores que ofrecen vistas espectaculares del entorno.

Es importante tener en cuenta que el acceso al faro puede ser peligroso en condiciones meteorológicas adversas, por lo que se recomienda revisar el pronóstico del tiempo antes de emprender la caminata. Además, dado que la ruta puede ser agotadora, es fundamental estar en buena condición física y llevar provisiones básicas.

El Faro del Caballo en Santoña es un destino imprescindible para quienes buscan combinar aventura, naturaleza y un toque de historia. La caminata desafiante se ve recompensada con unas vistas inigualables y una conexión profunda con el entorno natural. Como decía el escritor cántabro José María de Pereda, "El mar no tiene caminos, el mar no tiene explicaciones," y desde el Faro del Caballo, uno puede contemplar esa vastedad y sentirse parte de algo mucho más grande. Visitar este faro es, sin duda, una experiencia que queda grabada en la memoria de quienes se atreven a explorar sus escarpados escalones y admirar su majestuosa belleza.