Transparencia cero

Fotografía de la presidenta Isabel Diaz Ayuso y el presidente del PPAlberto Núñez Feijóo. / EP
Es difícil concluir si al PSOE le molesta más Ayuso o Feijóo, si les parece más peligrosa Ayuso que Feijóo. Feijóo es el líder de la oposición y candidato a la presidencia del gobierno cuando Sánchez convoque elecciones, pero es Ayuso quien centra las iras de los sanchistas 

Porque hieren más sus lanzas dialécticas, porque temen que pueda ser candidata a Moncloa algún día... o porque les pone de los nervios que sus formas castizas, tan del barrio de Chamberí como saben los madrileños, hagan más daño que las frases con enjundia política.

Isabel Díaz Ayuso siempre está en el ojo del huracán. A veces simultaneando dos huracanes, como ahora. Los dos con su pareja como excusa para cercar a la presidenta madrileña. No comparten declaración fiscal, viven juntos en un piso que pertenece a Alberto González Amador, y para suerte del sanchismo en tiempos tuvo un Maserati que da que hablar, al presentar a Ayuso como paseante en Cortes a bordo de ese automóvil.

En el tira y afloja que se traen los partidos al contrario, Begoña Gómez sale en los papeles por maniobras poco claras que ella misma impulsó, mientras que Ayuso se enfrenta a acusaciones relacionadas con su novio. En la lucha no solo intervienen personas del entorno de las dos mujeres en entredicho, sino también los medios de comunicación afines a una y a otra. Y desde lejos se les ven las intenciones. Para los cercanos a Sánchez, es mucho más grave que la pareja de Ayuso haya podido falsear la información sobre las obras realizadas en su piso, que el hecho de que se hayan filtrado datos personales sobre la situación fiscal de González Amador y sus negociaciones con la agencia tributaria para regularizar una situación que aparentemente era irregular.

Filtrar datos fiscales es delito, González Contador presentó una querella y desde muy arriba se presionó al juez para que rechazara esa querella. Pero el juez la aceptó, y ahora ha exigido que se investigue quién fue el fiscal que filtró los datos. Arrecian las críticas, con insinuaciones sobre sus inclinaciones ideológicas derechistas.

Así están las cosas en la España actual. Jueces y periodistas que intentan trabajar como han hecho siempre, con objetividad, se encuentran en el centro de la diana, y son cuestionados por otros jueces y otros periodistas a los que no gusta que sus decisiones perjudiquen a determinado partido. En esta batalla innoble, se acepta con naturalidad que la respuesta de Sánchez a informar sobre las actividades poco claras de su mujer, ha sido que informará en el mismo debate parlamentario sobre el último consejo europeo, las negociaciones sobre Gibraltar, y la trastienda de los negocios de su mujer.

¿Hay que callar ante tamaña falta de respeto al parlamento y a los ciudadanos que quieren saber qué hay en la trastienda de Moncloa, qué se les oculta? Moncloa practica a conveniencia la transparencia democrática, soslayando las presuntas corruptelas propias y utilizando toda la artillería contra el adversario.