Eurovisión y política

Fotografía de la participante por Israel, Eden Golan. / EP
La participación de Israel en el Festival de Eurovisión de este año ha estado rodeada de polémicas que han llegado hasta el último día 

Por dos veces tuvieron que cambiar el texto de la canción que va a interpretar Eden Golan por tener una letra demasiado explícita sobre la posición de su país en la invasión de la Franja de Gaza, y su última intervención en la semifinal con la que se clasificó estuvo rodeada de polémica y de gestos contra la presencia de Israel.

Que el Festival de Eurovisión tiene un carácter político está fuera de toda duda y en muchas ocasiones sirve para expresar la solidaridad entre países, que intercambian votos con sus vecinos y que los lleva a ganar en algunas ocasiones. El ejemplo más reciente de como la política, la música y la denuncia se interrelacionan se dio en la edición de 2022, cuando Ucrania la que se llevó el micrófono de cristal justo en el año en que fue víctima de la agresión y la ‘operación especial’ llevada a cabo por Rusia, que por ese motivo fue excluida de su participación.

Pero a lo largo de la historia del festival han sido muchas las ocasiones en las que las letras han tenido un significado político, o han aparecido símbolos a favor de una causa determinada. Ucrania fue víctima, pero Israel es victimario al causar la muerte de miles de palestinos indefensos en la Franja de Gaza, en respuesta a los terroríficos atentados de Hamás del 7 de octubre, en una acción que toda la comunidad internacional considera desproporcionada.

Y en esta guerra como en todas las demás otra de la víctimas colaterales es la libertad de prensa y de expresión, que no solamente se impide en la Franja de Gaza, donde han muerto decenas de periodistas palestinos -los únicos que pueden informar sobre el terreno porque el resto no tiene permiso para entrar en el territorio invadido por el ejército israelí -, sino que también se ha extendido a los propios organizadores del Festival de Eurovisión, la Unión Europea de Radiodifusión, que durante la participación de la cantante israelí decidió silenciar los gritos de protesta -también los hubo de apoyo- de algunos de los asistentes por su presencia sobre el escenario.

Todo es un síntoma de la discrepancia que existe entre los países de la Unión Europea con respecto a la invasión israelí de la Franja de Gaza, mientras que unos países apuestan por el reconocimiento del Estado palestino como una forma de presión -inútil- sobre Israel para parar la guerra, otros actúan contra cualquier manifestación de protesta, prohibiéndolas o reprimiéndolas y las tildan de antisemitas.

Es en este contexto en el que los sindicatos de la televisión pública flamenca decidieron llevar la emisión a negro durante la intervención de la cantante israelí. «El Estado de Israel está destruyendo la libertad de prensa. Por eso interrumpimos la transmisión por un momento»,proyectaron en las pantallas. Los sindicatos belgas de ese medio de comunicación protestaban por violaciones de los derechos humanos en la Franja de Gaza pero sobre todo por lo que les afecta, la falta de libertad de prensa para informar de forma independiente.