03.05.2024 |
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BESO RUBIALES Y JENNI HERMOSO

Luz verde para sentar a Rubiales en el banquillo

Los cargos que se les imputan al expresidente de la RFEF incluyen un delito contra la libertad sexual y coacciones
Luis Rubiales y Jenni Hermoso en un acto público con la Selección. / Oscar J. Barroso
Luis Rubiales y Jenni Hermoso en un acto público con la Selección. / Oscar J. Barroso
Luz verde para sentar a Rubiales en el banquillo

En un giro sorprendente, la Audiencia Nacional ha dado luz verde para que se juzgue al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, junto con el ex seleccionador femenino Jorge Vilda, por el incidente del beso a la jugadora Jennifer Hermoso durante la ceremonia de premiación del Mundial 2023. Este decisión, llega tras el rechazo de los recursos presentados por Rubiales, Vilda y otros dos investigados, Albert Luque y Rubén Rivera, contra el auto del juez Francisco de Jorge, quien propuso llevarlos a juicio.

Los cargos que enfrentan incluyen un delito contra la libertad sexual y coacciones. La Audiencia Nacional ha explicado que en esta etapa del proceso no se busca demostrar los hechos, sino evaluar si existen suficientes indicios para continuar con el procedimiento.

El tribunal ha considerado que los hechos descritos en el auto recurrido muestran indicaciones claras de un delito contra la libertad sexual y coacciones. Se ha señalado a los recurrentes que en esta fase del proceso no se puede confrontar las declaraciones como si estuvieran en un juicio oral, y que el reto de presentar pruebas corresponderá a la fase del juicio.

La Fiscalía ha solicitado hasta cuatro años de prisión para Rubiales por agresión sexual y coacciones, y un año y medio de prisión por coacciones para los otros tres acusados. Además de la pena de prisión, se pide la inhabilitación para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena, libertad vigilada y una indemnización de 50.000 euros para Jennifer Hermoso.

Este desarrollo legal ha generado un gran interés público y ha avivado el debate sobre la conducta apropiada en el ámbito deportivo, así como sobre los límites del comportamiento en eventos deportivos de alto perfil.

La polémica se desató durante la ceremonia de premiación del Mundial 2023 en Sídney, Australia, el 20 de agosto pasado, cuando Rubiales y Vilda fueron acusados de haber besado a Jennifer Hermoso sin su consentimiento. Este incidente provocó una reacción inmediata tanto en la comunidad futbolística como en el público en general, generando un intenso debate sobre el respeto y la igualdad de género en el deporte.

La respuesta oficial del entorno de Rubiales y Vilda ha sido de negación y defensa, argumentando que el beso fue un gesto de celebración espontáneo y que no hubo intención de causar incomodidad o daño. Sin embargo, la opinión pública ha estado dividida, con algunos expresando apoyo a los acusados y otros exigiendo un enjuiciamiento completo y una rendición de cuentas.

El caso ha reavivado la conversación sobre el acoso y la violencia de género en el mundo del deporte, un tema que ha estado en el centro de atención en los últimos años con el surgimiento del movimiento #MeToo y la creciente conciencia sobre la importancia de abordar estos problemas en todos los ámbitos de la sociedad.

Para muchos, el juicio de Rubiales y Vilda será un momento crucial para determinar cómo se enfrenta el sistema legal a las acusaciones de agresión sexual y coacción en el contexto del deporte. La forma en que se maneje este caso podría tener un impacto significativo en la forma en que se abordan y se previenen estos problemas en el futuro, no solo en el fútbol, sino en todos los deportes y en la sociedad en general.

Además de las implicaciones legales y sociales, el caso también ha generado reflexiones sobre la cultura del deporte y el comportamiento aceptable en eventos deportivos de alto perfil. Muchos han argumentado que el incidente del beso a Jennifer Hermoso es un ejemplo de cómo el poder y la celebridad pueden ser mal utilizados para intimidar o acosar a otros, y que se necesita un cambio cultural más amplio para abordar estos problemas de manera efectiva.

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